-No, la verdad que no tengo ni idea.-repondió Jake entre risitas.
-No seguro que no-su voz sonaba cada vez más cerca y entonces apareció de nuevo en el comedor con unas bandejas en las manos- ¡Tachán!-gritó Anni.
Jake, queriendose burlar de la pobre chica, tapó sus ojos con las manos fingiendo estar asustado.
-¿Se puede saber que haces?-había dejado las bandejas en la mesa y le miraba con el ceño fruncido y los brazos en jarras.
-La última vez que dijiste esa palabra acabé en el suelo...-concluyó Jake
-Eres un idiota -dijo entre risas y intento darle una bofetada pero tuvo la mala suerte de darle al jarrón de agua que estaba en el borde.
Jake, al ser más rapido que un humano lo cogió antes de que cayera al suelo. Anni pestañeó deprisa intentando asimilar lo que acababa de ver.
Él dejo el jarrón de nuevo en la mesa y cruzaron sus miradas. El corazón de Jake latía a mil por hora mientras la tensión crecía a sus anchas.
-Creo que...-empezó Jake- creo que debemos hablar-añadió con un tono serio.
-Ya lo creo que sí jovencito-adoptó el tono que solía poner su madre para regañarla- Ya lo creo que sí.
Se sentaron a comer; Anni en la primera silla de la izquierda, Jake enfrente con Marco a su lado.
-¿De verdad tiene que comer con nosotros?-rodó los ojos- miralo ¡si ni si quiera llega a la mesa!-le guiñó un ojo al perro que seguía devorando su plato de comida.
"Cablón" escupió el can. "¡Eh! Esa boquita muchacho!" le respondió mentalmente Jake que seguía riendose.
-¡Joder!-gritó al notar un dolor agudo en la espinilla.
"Te voy a teneh que lavah la boca con jabom" río Marco.
-¿Hm?-dijo Anni con una sonrisa en los dientes- Perdona no sabía que tu pierna estaba justo ahí...-fingió ella- Ahora, explicame que narices eres, y ni se te ocurra salir corriendo como siempre, por que esta vez te perseguiré. Además, -tomó aire- sea cual sea tu secreto, ¿a quien voy a contarselo? viendo como esta el mundo fuera no creo que un muerto me escuche.
-Tienes razón, pero esa no es la questión; de lo que tengo miedo es de que te alejes de mi.
Anni.
Vale, tenía que admitir que aquello le había acojonado un poquito...
¿Qué podía ser ese secreto qué segun él haría qué me alejara? después de todo lo ocurrido en los ultmimos días...¿qué cosa podía ser tan grave? ¡Ay Dios mio! cómo no podía haberse dado cuenta, ¡era totalmente evidente! hasta se lo había dicho a él. ¿no sería realmente un extraterrestre? no creo...¿no?
-¡Qué no soy un extraterrestre pesada!-dijo molesto.
-¡Lo ves! ¡has vuelto hacerlo! ¡me has leído el cerebro! ¿qué se supone qué tengo qué hacer ahora? ¿envolverme la cabeza con papel alval?
-¿Papel qué?-dijo Jake extrañado hasta que cayó en la cuenta de lo que estaba hablando- ¡no por Dios! ¿tú ves muchas peliculas, no?-suspiró- ¿Quieres que te lo cuente o no?-añadió ofendido.
-Sí, ¡por favor!
Empezó por la muerte de sus padres hasta la mañana que acabó llorando en el Templo de Artemisa. Ella comía con los ojos abiertos, intentando asimilar cada palabra que le decía.
-¿Quieres que siga?- dijo Jake.
-Sí...pero antes quiero que me dejes unos puntos claros. El prim...
-Sí, tengo 2917 años.-le interrumpió.
La cara de Anni paso a ser pálida en cero coma. Tras unos segundos volvió a su color original.
-Por favor no te vayas...-susurró Jake con los ojos vidriosos.
-¿Por qué iba a irme? cuando todo esto acabe puedo venderte en un museo de antigüedades ¡seguro qué me forro!-dijo Anni sonriendo.
Aquella sonrisa fue la que tranquilizó a Jake por completo. Sin duda aquella chica era especial, no había salido corriendo como hubiera hecho cualquiera, se asustó unos segundos y luego no solo no huyó sino que encima tiró del humor. Ahora si que tenía miedo de perderla.
-¿Mejor seguimos en tu cama, no?-dijo Jake.
La cara que puso Anni era un cuadro, al parecer le había dado otro sentido a su inofensiva propuesta.
-¡No, no, no!-dijo el chico avergonzado- yo quería decir tumbados, mientras te explico todo, si nos quedamos aquí sentados más rato se me va a quedar el culo cuadrado.
-Hmm...-gruñó Anni- Está bien.
Después de que ambos recogieran y limpiaran los platos se tumbaron en la cama mirando al techo.
-¿Y entonces qué pasó? ¿Artemisa te explico qué eras, verdad?-dijo rompiendo el silencio.
-No, ella nunca apareció, tras horas llorando y suplicando que viniera, me dí por vencido y me eché a dormir en el suelo frío. Algo pesado cayó sobre mi cabeza y hizo que me despertara. Era una libro viejo hecho de piel en el que ponía "Neatsley"...
-¿Neats-qué?- dijo Anni.
-Neatsley, significa Vampiro en atlante.
-¿Atlant-qué?
-Atlante, es el idioma de la Atlantida.
-¡Claro! y ahora es cuando me dices que la Atlantida existe ¿verdad?-se burló.
-No, no existe, pero en su día existió.
-Genial, ¿los unicornios también son reales? ¿y las sirenas?
- Los unicornios no, pero las sirenas sí. Eran unas zorras desalmadas...Bueno ¿por dónde iba?-preguntó Jake.
-Por el libro atlante ese...-dijo Anni haciendo uso de su memoria.
-No, el libro no es atlante, tan solo lo es el idioma con el que está escrito.
-Evidentemente yo no tenía ni idea de Atlante, o eso creí hasta que al hechar una ojeada al libro me di cuenta de que entendía todo a la perfección como si aquella fuera mi lengua materna. Era una especie de guia para ser un buen...-tragó saliva-...Vampiro.
-Hm ¿entonces eres un chupacabras?
-¿No había otro sinónimo más vulgar?-dijo Jake con desagrado.
-La verdad es que no. Si eres un vampiro, ¿por qué puedes salir durante el día?-preguntó cambiando de tema.
-Putas películas de verdad...-puso cara de asco- Cuando me da el Sol, no estalló en pedazitos, ni brillo como los de Crepúsculo, ni nada de esas cosas, simplemente mi energia se debilita muchísimo.
-¿Y los colmillos?
-Sí, eso si es cierto.
Abrió la boca para enseñarle que entre una filera de dientes perfectos, dos sobresalian bastante más que el resto.
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Apocalipsis.
VampirAnni es una chica de 15 años que sufre un accidente cuando su padres discuten por sacarla de su ciudad y para su sopresa es rescatada por un chico algo extraño. ¿Amor, Humor, adolescentes, vampiros y el fin del mundo? Apocalipsis es tu historia.