"¡Tachán!"

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-¡Qué no soy ningun extraterrestre!-dijo algo molesto- soy especial ¿queda claro?

Y no mentía, era algo especial...Si ser un vampiro entraba dentro de lo especial....

-Queda claro, ahora vamos a registrar esta mansión.-dijo Anni.

La "Habitación" era lo que su nombre decía; una habitación, con una cama de matrimonio, un perchero a modo de armario, dos baules, una ventana con vistas al lago, y una puerta que comunicaba con la siguiente habitación; La cocina.

Alli había una plancha de piedra que funcionaba con fuego, una pica, de la que salía agua -através de un conducto conectado al lago- que para su mayor sorpresa era potable -gracias a un aparato que limpiaba el agua-. Fuera de quien fuera aquella casa, sabía muy bien como darse la buena vida.

La cocina también disponía de dos puertas, pero una de ellas estaba en la pared trasera. Jake paso primero. La puerta se abrió hacia dentro, y tenía una cortina de flequos de la que colgaban consistia miles de conchas agujereadas. Al pasar vió que aquella puerta daba al aire libre. Lo siguiente que pensó fue que caería al vacio, pero para su sorpresa eso no sucedió, miró a sus pies para ver que un puentes de tablones de madera colgantes le sujetaba.

Habían utilizado lianas y cuerdas a base de barandilla y parecía bastante estable. A unos escasos dos metros había una especie de mini cobertizo. Cruzaron todos menos Marco que decidió quedarse al otro lado.

En el cobertizo encontraron una nevera que funcionaba -gracias a un molino de agua que había en la parte trasera del lago escondido entre las plantas-. También vieron unos estantes llenos de todo tipo de comida en latas de conserva.

-Guay, voy a dejar aquí mis latas, por que pesan que te cagas- Anni abrió la mochila y empezó a colocarlas.

-Esto...¿Anni?-dijo Jake

-¿Hmm?-respondió ella.

-¿Quién ha dicho que vamos a quedarnos aquí?

-¿Por qué no?

-Porqué esto no es nuestro.-respondió con seriedad.

-¿Recuerdas cuándo cogiste comida de un coche y yo te respondí lo mismo?-cogió una bocanada de aire- Pues ahora te lo digo yo. Me da completamente igual si esto no era ni mio, ni tuyo ni de nadie, por que ahora mismo, ha pasado a ser nuestro -acabó de colocar las latas y cerró la mochila- Y ahora, vamos a seguir inspeccionando lo que va a ser nuestro hogar, ¿queda claro?

-No me des ordenes humana. -escupió Jake.

Él se encogió tras soltar aquellas palabras que tanto usaba Artemisa, "Maldita zorra" pensó.

-Era broma-esbozó una sonrisa falsa- Sí, sí, me ha quedado claro.- Ahora mejor volvemos con Marco que estará asustado.

Soltó la última frase con rintintin, ya que el perro a tan poca distancia podia oírles perfectamente, le respondió con un ladrido.

-¿Lo ves?-señaló en su dirección- va, vamos.

Tras registrar el lavabo, pasaron a la puerta de la despensa, porqué era eso, simplemente la puerta de la despensa, ya que su interior era algo totalmente distinto a una despensa; era otra habitación.

Una cama de sabanas azul marino que destacaba por su tamaño, aquello era la habitación de un niño. Las paredes de madera pintadas de color blanco estaban decoradas con gaviotas y todo tipo de caracolas, al igual que el armario, la mesilla de noche y la puerta que comunicaba la habitación con el lavabo.

-¡Joder y yo que pensaba que lo de afuera era una pequeña porción de la despensa!...-cruzó los brazos en un gesto infantil- esta va a ser tu habitación.-dijo Anni.

Y antes de que Jake pudiera discutir aquello, cerró la puerta dejándole a solas en aquella habitación.

-¡Bueno, qué sepas que yo solo tengo qué dar un paso para ir al baño! ¡en cambio tú, has de cruzar el comedor entero!-tomó un respiro- ¡mee voy a reír cuando tengas qué despertárte a media noche para mear Anni!-gritó para que le oyera.

-¡Bueno, qué sepas qué yo solo tengo que dar un paso para ir a la cocina! ¡En cambio tú, has de cruzar el comedor entero!, ¡me voy a reír cuando tengas que despertarte a media noche para comer Jake!-respondió Anni.

Jake sopló burlón, lo que Anni no sabia es que su comida no se encontraba precisamente en una despensa. En realidad si que podía comer, pero no aliviaba su hambre, así que lo veía una tonteria.

Alguien picó a su puerta distrayendole de sus pensamientos.

-Perdone, pero no quiero comprar nada- se burló y volvieron a picar- te he dicho que no...

Antes de que acabara la frase Anni abrió la puerta y saltó sobre él dandole un abrazo que derrumbó a Jake en el suelo.

-¡TACHÁN!-dijo Anni con todo el pelo en la cara de Jake, sin poder evitarlo, echaron a reír sin control.

Apocalipsis.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora