Prólogo

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09 de Septiembre del 2013

El tráfico de Brooklyn siempre la ponía de mal humor, choferes gritandose obscenidades y maldiciendo ya la tenian aburrida y con una lista de cosas que podría usar en una discucion y dejar a cualquiera con un trauma permanente. Parada en un semáforo, retocó su labial y su rímel por el espejo del retrovisor. Observó su reloj, 7:45 de la mañana, maldijo, ella nunca llegaba tarde a su empresa.

Bellamy publishing era una de las mas destacadas compañías publicitarias y estaba a su mando, Novalee, era reconocida y admirada por su exito en el mundo de los negocios con solo 26 años de edad.

Proveniente de una familia superficial y hostil con un hermano sobreprotector y una prima ofrecida y alebrecada, su vida en la Residencia Bellamy era insoportable, por lo que a los 23 años, con una licenciatura en Mercadeo, empezó su propio negocio y se independizó.

Cuando creces en una casa en la que la forma de ser de los que te rodean es lo que mas te afecta, aprendes a desviar tu comportamiento de las posibles semejanzas con ciertas actitudes. El semáforo cambió y ella piso al acelerador; faltando 5 minutos para las ocho de la mañana, ya se encontraba aparcando en el estacionaiento subterráneo.

Tomó el ascensor, en el piso dos, varios empleados subieron y la acompañaron, tras saludarla cortésmente, el silencio se hizo en el aparato metálico, hasta que se detuvo en el piso 15, el ultimo y desde donde controlaba todo su imperio.

*

- Mallory te necesito en mi oficina - pidió él por el intercomunicador a su asistente, sentado en su sillón de cuero detrás del escritorio con una mesa llena de formularios e informes que llenar y revisar.

Con paso torpe, Mallory entró a la oficina con un café en la mano que, aunque él no se lo había pedido, ella lo llevaba resando porque él pasara por alto su retraso de cinco minutos en la llegada al trabajo - Buenos días señor Salvatore - saludó la joven caminando hacia el escritorio, dio un traspié pero pudo estabilizarse, el presidente se apretó el puente de la nariz irritado -. Aqui está su café.

- Gracias - respondió él con tono seco y hosco - ¿Qué ha pasado con la valla especial que había pedido Metropolitan ? - le preguntó.

La joven pareció nerviosa y metió un mechón de su cabello tras la oreja - Los encargados en el taller aún trabajan en ella, la entregremos a tiempo señor...

Él aspiró profundo - ¿Sabes lo importante que es quedar bien con esa compañía? - le preguntó como si ella debería saber esa respuesta, como si ese fuera su propio nombre - Ya han transferido tres llamadas a mi oficina de ellos preguntando si estaba lista, por favor Mallory, ocupate de ello personalmente.

- Sí señor - ella asintió - ¿Revisamos su agenda?

Él dio un sorbo a su café y asintió, ella abrió la libreta color rojo vino sobre sus piernas, los ojos del hombre se desviaron por un segundo hacia sus medias que se perdían dentro de la falda que, de ser ella una empleada común, ya la habría despedido por andar por ahi levantando malos pensamientos en él, pero ella era todo menos una empleada cualquiera.

- Tiene una reunión a las diez de la mañana con todos los inversionistas para discutir el problema del bajo de las acciones, a las 11 de la mañana tiene una junta con el vicepresidente y el director de Royal Enterprices para la campaña publicitaria de su nuevo invento y a las 2 de la tarde tiene una reunión de negocios con la presidenta de Bellamy Publishing para la fusión en la publicidad del desfile de moda invernal de Fashion Blue en Manhattan.

- Esa fusión sigue siendo un dolor en mis bolas, ni siquiera recuerdo por qué acepté que Dante firmara ese contrato - se quejó él - No he oído buenas cosas sobre la presidenta de Bellamy Publishing.

Aquí  y Ahora (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora