46 - Persecución

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El hombre cubrió su rostro con una gorra hasta el tope y entró al pequeño supermercado a las afueras de Brooklyn, habían muchas personas cosa que le favoreció por un lado, puesto que la atención no se desviaría hacia él de la misma manera en que lo haría si estuviera solo allí.

Tomó lo necesario de las estanterías, bebidas, frituras, papel higiénico y desodorante, el lugar donde estaba escondido no quedaba lejos de allí, era una humilde cabaña que no llamaba la atención, otro paso inteligente de su parte puesto que, un hombre que tenia tanto dinero no iba a optar por una casucha así, o al menos eso era lo que él quería que ellos pensaran.

Estaba ansioso por salir de allí, a pesar de lo concurrido que estaba él lugar muchas personas lo miraban raro, y cómo no, si él era el único con una barba de dos meses sin afeitar, unas gafas oscuras y vestido con arapos. La cajera pasaba sus artículos con una lentitud desquiciante, cada vez se sentía mas observado y estaba tentado a coger todas las cosas e irse sin pagar pero eso llamaría la atención demasiado y si iba a ir a la cárcel no seria por un par de dólares.

- Señorita, tengo prisa - la cajera alzó su mirada hacia él, observándolo mas de lo que debería y posteriormente pasando la mirada a un punto fijo detrás de él.

Le dio curiosidad y giró, hallándose con un cartel de "Se Busca" con su foto en grande. Sólo que allí no parecía un indigente, pero si lo observabas bien en su aspecto actual, te daba cuenta de que o bien eran la misma persona o se parecían demasiado.

Respiró aliviado cuando la cajera retiró la mirada de él y siguió cobrando, su mirada permaneció igual de neutra cuando lo volvió a mirar para cobrarle.

- ¿Va a pagar en efectivo o con tarjeta? - preguntó, él quiso rodar los ojos y miró la pantalla que marcaba el monto a pagar, sacó el dinero y se lo extendió.

- Gracias por su compra, pase buen día.

Le sonrió y caminó fuera del local, ahora habían mas personas mirándolo raro y redobló la velocidad de sus pasos, todos tecleaban en sus teléfonos y eso lo descompuso ¿Lo estaban denunciando?, al salir corrió literalmente al auto y lo encendió, casi salia del estacionamiento pero mientras daba reversa, unos coches de policía lo interceptaron, miró por el retrovisor, eran tres autos.

Mierda.

Le habían cerrado la salida con las patrullas y ya tres de ellos habían salido de ella caminando lentamente hacia el auto apuntándole con armas, los vidrios eran oscuros así que sigilosamente sacó su arma de la guantera.

La puerta del copiloto fue abierta desde afuera pero él ya estaba preparado y disparó, justo a la cara del oficial. El hombre llegó a disparar, pero no lo hirió; cayó hacia atrás y los demás oficiales abrieron fuero hacia él. No le importó, cerró la puerta del auto y metió la reversa, importándole poco destruir la parte trasera auto cuando impactó con la patrulla y la hizo a un lado.

Los demás oficiales subieron al auto no sin dispararle, reventando los cristales traseros y dándole en el hombro desde atrás.

¡Maldita sea la persona que lo delató!

Rugió, golpeó el volante. Las sirenas de la patrulla atormentándolo, los demás autos delante de él atravesándose en su camino y encerrándolo. ¡Él no iba a ir a la cárcel!

¿Por qué el mundo se había puesto en su contra? Sus familiares le habían dado la espalda por ser diferente, por tener otros gustos lo condenaron, empujándolo a cometer cosas que nunca había imaginado que podría hacer. La ambición lo llenó y se quedó sólo, porque nisiquiera aquel rubio por el que había dejado todo se había quedado con él al ver en lo que se había convertido. Los prejuicios, acabaron con su futuro, con lo exitoso que logró ser a tan poca edad, con su amor por ella, un amor que iba amas allá de lo carnal, la amaba por quererlo, comprenderlo y estar con él cuando mas lo necesitó.

Novalee todo el tiempo estuvo a su lado y él le pagó cómo, dejándola a medio morir desangrándose en un sótano al lado de un muerto, quizás traumandola de por vida, quizás haciéndola perder al bebé, no lo sabía, nisiquiera tenia el valor de acercarse a ella después que lo hizo.

Impactó contra algo y se dio cuenta de que se había salido de carril por andas divagando, las sirenas se oían cada vez mas cerca y los autos adelante se agrupaban más, cada vez más, sin darse cuenta había entrado a la ciudad y estaba a punto de llegar al puente cuando decidió parar el auto.

No valía la pena seguir corriendo, si escapaba tendría que seguir viviendo escondido y no quería eso para su vida, si tenía que pagar por lo que había hecho lo iba a hacer, porque estaba seguro que si no pagaba en la cárcel, tarde o temprano iba a pagar en la calle.

Las sirenas hicieron que los autos se apartaran, se aparcaron delante, detrás y a un costado de él para impedirle volver a huir, pero eso no era necesario, él no tenía pensado hacerlo.

Bajó con las manos al aire, todos los oficiales le apuntaban, acercándose a él lentamente, él lanzó la pistola, sentía ardor en varios lugares de su espalda y supuso que mas de una vez lo habían herido, pero eso no le dolía ni le pesaba más de lo que la culpa lo hacía.

- Ponga las manos donde pueda verlas - gritó el oficial que mas cerca estaba, el alzó mas alto los brazos y esperó pacientemente a que él llegara hacia él. Él oficial le sostuvo las manos y se las retorció detrás de la espalda, chocándolo bruscamente contra el capó de su propio auto -Dallas Donovan, queda arrestado por el secuestro de Novalee Bellamy, asesinato de Mathew Smith, obstrucción de la justicia, extorsión y por herir a un oficial de policía, tiene derecho a guardar silencio, todo lo que diga será usado en su contra, tiene derecho a un abogado y sino puede pagarlo, el Estado le asignará uno.

Finalizó empujándolo hacia el auto, sentía la sangre correr y sus muñecas por igual por lo apretada que estaban las esposas, su mirada se perdió por el cristal, montado en la patrulla que lo llevaría al infierno.

Infierno que él mismo se buscó.


****

Está mal si digo que Dallas me da pena?

No me maten :((( soy humana y estas cosas me dan cosita.

Queda un capítulo + el Epílogo.

Los amo:

Akary

Aquí  y Ahora (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora