+ Capitulo Extra

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- ¡Baja de allí engendro de Lucifer! - grito Dante ya eufórico, Novalee rió por lo bajo y golpeo ligeramente su oído derecho intentando alivianar el zumbido que los gritos de su cuñado le venían causando desde que llegaron a la casa de campo.

Marshall y Morgan o la reencarnación de Zack y Cody como Dante solía llamarlos, eran los gemelos que, final de parto, Mallory supo que iba a tener pues por alguna razón, la pareja había pedido en las sesiones de rutina con la doctora que no se les revelara ningún detalle que dejara de sorprenderlos a la hora del parto.

El niño se deslizo por el tubo del paraguas y aterrizo en la silla sano y salvo, mientras Dante corría detrás de Morgan intentando que soltara la pobre rana que sostenía y no la lanzara a la piscina.

- Creo que deberías ayudar a tu marido con los niños - señaló la rubia hacia Mallory y tomo un sorbo de su jugo, sobre su regazo el pequeño, bueno, no tan pequeño Cayden dormía plácidamente, pues había terminado bastante exhausto después de haber pasado casi toda la mañana haciendo clavados en la piscina para que Bruno lo atrapara.

- Lo he ayudado lo suficiente en los últimos cinco años, es su turno ahora.

Ambas rieron y chocaron sus copas. Novalee observo a lo lejos a Bruno acercarse con Marshall enganchado a su espalda jalando su cabello, el castaña amaba a sus sobrinos y parecía que nada que ellos hicieran le afectaba o colmaba la paciencia demasiado rápido. Eso era algo que el par de amigas realmente admiraban y envidiaban, pues ambas llegaban al limite demasiado rápido cuando de sus hijos se trataba.

- Hola Dama y esposa - saludo y se hizo un espacio en el cheilon en que se encontraba la rubia con sus hijos. Su sobrino saltó al regazo de su madre casi de inmediato y empezó a besarla, pero en el camino votó el vaso de cóctel sobre su ropa y, Mallory refunfuñando, entro a la casa a cambiarlo.

- Hola mi amor - ella respondió y se inclinó todo lo que el peso de su hijo mayor que era quien estaba encima suyo por completo le permitió para besar a su esposo tiernamente -. Esas bermudas te quedan bien.

Bruno sonrió de forma encantadora - La elegiste tu, es perfecta.

Novalee se inclinó un poco mas cerca y bajó la voz - Verte asi me provoca hacerte muchas cosas.

Bruno iba a responder cuando Dante apareció de la nada y se lanzó encima de su hermano con todo y niño.

- ¡Mier...coles! - gritó Bruno y se hizo a un lado, Dante ignoró su queja y tomó a Marshall para ponerlo encima suyo y librarse de él por un momento.

- Dale amor a tu sobrino que te necesita - le dijo, Bruno lo miró mal pero su mirada se suavizó nuevamente al mirar al pequeño demonio castaño que ahora también jugaba con su cabello.

- Quiero que Cayden despierte y podamos jugar, Jonah no, él se mete mis carritos a la boca - se quejó el niño haciendo pucheros, al menos se llevaban bien entre ellos, Novalee pensó.

- O tal vez tu puedas dormirte y jugar con él en el mundo de los sueños - su padre le respondió.

- Nunca he podido hacer eso papi - respondió Marshall con inocencia y se concentró en buscar piojos invisibles en la cabeza de Bruno.


Una hora mas tarde se unieron Faith y Wesley, su novio, quien a la familia de Novalee la pareció un buen chico hacía dos años y habían perfectamente dado su bendición dos meses atrás cuando el pelinegro había pedido su mano en matrimonio.

Hicieron una parrillada al ponerse el sol, al parecer nadie quería despegarse del área de la piscina, exceptuando a Bruno y Novalee quien ya se habían escapado dos veces hacia el segundo piso donde, se demostraron lo caliente que se ponían uno al otro al verse en traje de baño.


- ¿Te gustaría volver? - sus vellos de la nuca se erizaron al escuchar aquella ronca voz en su oído, estaba cargada de erotismo y se le fue transmitido con la misma intensidad con la que el lo sentía. No le dio tiempo a responder y la tomo de la mano para conducirla por un pasillo y encerrarse en el baño de la primera planta.

- ¿Pretendes que lo hagamos en cada rincón de la casa? - ella pregunto, Bruno fingió meditarlo y respondió:

- ¿Como lo supiste ? - Una sonrisa socarrona se formo en sus labios - Lo siento muñeca es que... - dejó un corto beso sobre la comisura de sus labios y descendió hasta su cuello - No puedo estar alejado de ti por mucho tiempo y lo sabes.

- Yo tampoco mi amor - ella respondió, llevando su mano derecha a su abdomen mientras con la otra se aferraba a su cuello rodeándolo para después lamer el lóbulo de su oreja haciéndolo sentir escalofríos y endurecerse.

Bruno la volteó contra el lavamanos como era ya de costumbre, pues ver su redondo y firme trasero desde ese angulo lo excitaba demasiado y no descansaba hasta dejarla con las piernas temblorosas de tantos orgasmos y con las nalgas tan rojas como la pasión que aun existía entre ellos dos a pesar de tanto tiempo pasado.

Separó sus piernas y acarició su culo sobre el bikini tomándose su tiempo para admirarla por el espejo y ver como reaccionaba ante cada caricia por mas mínima que fuera. Cuando el introdujo una mano por la parte delantera del traje de baño y tocó aquel punto, ella mordió su labio con fuerza.

- Bruno... - profirió ella, amando cada letra que componía aquel nombre al mencionarlo.

- Te amo, te necesito Novalee.

Sin que ella se diera cuenta ya tenia a su esposo dentro de ella moviéndose con desespero de manera arritmica, ella hacia que sus caderas se encontraran poniéndose de puntillas para estar a nivel y de vez en cuando, estirando sus brazos hacia atrás para agarrar a Bruno de la cintura e impulsarlo para que llegara mas profundo.

Tuvo tres orgasmos en un corto periodo de tiempo y sentía que en cualquier momento se desmayaría de tanto placer que estaba sintiendo. Tenia el clítoris hinchado y palpitante por las intensas sesiones de sexo que había tenido en ese mismo día pero no le importaba, pues mientras mas encuentros tenia con aquel hombre, mas fuerte lo sentía.

Se corrió sobre su trasero haciendo todo lo posible por no gritar de placer mientras se descargaba y ella le decía improperios en voz baja al verlo correrse sobre ella y derramar aquel liquido caliente que representaba el producto de aquel encuentro.

- Te amo - ella le dijo cerca de sus labios cuando lograron estabilizarse y allí mismo entraron a la ducha porque debían volver abajo.

- Te amo mas maldita sea.

Aquí  y Ahora (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora