Aquella puerta eléctrica se deslizó permitiéndole pasar al otro lado y respirar el aire puro de la libertad, por alguna razón sus ojos se llenaron de lágrimas, recordó sus momentos afuera y su pecho se oprimió al recordar nuevamente los motivos que lo pusieron ahí dentro en primer lugar.
- ¿Hijo?
Su mirada volvió al frente, había un grupo de personas allí con carteles y globos. Ahora su pecho dolía aun más, estaba su familia, todos estaban ahí y estaba... Estaba su chico.
Empezó a correr en su dirección, sus lágrimas brotaron con mas fuerza mezclándose con risas tanto de él como de los demás. Nunca imagino hallarlos ahí pues en el tiempo que duró preso, Dallas se preparaba mentalmente para enfrentar la vida sólo allí afuera.
- Dios hijo, perdonanos por favor - sus padres fueron los primeros en salir a abrazarlo, clamando su perdón entre lágrimas y si quizás él fuese el mismo chico de antes les hubiese rechazado, pues era fácil venir a él hoy que estaba libre, cuando pasó tanta pena en días de visita donde solo de vez en cuando su hermana lo iba a visitar cuando venía a la ciudad los fines de semana. Bueno y de José -. Lamentamos haber sido tan malos padres.
Cerró sus ojos y aspiró el olor de sus padres, ¿Hacía cuánto no recibía un abrazo de ellos? ¿Su cumpleaños número quince tal vez?
- L-los perdono - logró decir, pues el nudo en su garganta lo estaba ahorcando - ¿Por qué está José aqui? ¿Eso quiere decir qué...
- Sí - su madre completó -. Te aceptamos por lo que eres hijo, lo aceptamos a él.
- Gracias - contestó, pues aquello quitaba un gran peso de sus hombros.
- ¿Pero qué sigues haciendo aquí? ¡Ve a abrazarlo! - No podía creer que su padre estaba diciendo eso. No dudó y corrió a los brazos del chico quien lo abrazó como si no creyera que estaba ahí.
- Gracias por haber estado ahí - expresó -. Te quiero tanto Jos.
El rubio sonrió absorbiendo esas palabras - Te quiero más y lo sabes.
-¿Qué no hay abrazo para mí? - esa voz...
Ella se hallaba de pie con unos globos de su color favorito y una bolsa de papel con lo que parecía ser envases de plástico. Estaba sonriendo, estaba hermosa, demasiado.
- Por supuesto que sí - el chico lo soltó y le dijo "Ve" con la mirada, Dallas corrió hacia donde la rubia y la abrazó, girándola en el aire haciéndola reír.
- ¿Estuviste...levantando pesas allí dentro? - se burló entre risas, siempre creyó que al cargarla así él la dejaría caer.
La puso sobre sus pies - No pensé Verte aquí hoy - sostuvo sus manos, su familia desde atrás observaba la escena eternecidos -. Estás preciosa.
- Bueno - lanzó su pelo ahora mas largo hacia atrás con un movimiento - Eso es cierto.
- Qué modesta.
Novalee rio - ¿De verdad piensas que me perdería este momento? - ofreció sus bolsas -. Mamá te ha enviado esto, son tamales.
Sus ojos se iluminaron, amaba que Gretta cocinara aquello y no negaba que esa era una de las razones por la que le gustaba ir a su casa - Gracias, de verdad. ¿Cómo están tus hombres?
- Sólo pude traer a Cayden, está en el auto esperando mi señal.
La rubia hizo una seña hacia el auto de donde salió el no tan pequeño Cayden junto a su padre, quien venía detrás suyo en pose posesiva. Bruno envió una mirada de advertencia hacia él casi inevitable, pues nadie podía cargar a su muñeca y hacerla gritar más que él.
Cayden tomó la mano de su madre, mirando a Dallas con una sonrisa traviesa, el castaño fruncio el ceño.
- Wow - exclamó -. Está súper grande.
- Es porque práctico Basketball, tío Dallas.
Bien, eso fue un golpe directo a su corazón. ¿Tío Dallas? Vamos, Novalee iba a matarlo un día de estos. La miró, ella le guiñó un ojo. Cayden alzó el puño cerrado en dirección a su "tío" quien no dudó en chocarlo. Bruno, extendió su mano, quizás sosteniendola mas de lo que debería.
- ¿Esto es una tregua? -preguntó, preparado para escuchar un "claro que no", pero Bruno hizo un amago de sonrisa y contestó:
- Mientras no alces a mi mujer así pues sí - Novalee rodó los ojos y lo codeó -. Es broma, claro que sí.
Sonrió, en esas sintió a su familia acercarse - Queremos agradecerte Novalee.
Se centraron en una conversación llena de agradecimientos hacia la rubia, a pesar de que ella fue el centro que recibió los malos actos de su hijo estaba hoy allí y lo perdonó. Su madre aún hoy en día decía que, si su hijo fuera hetero, no lo querría con una mujer diferente a Novalee.
- Ya nos tenemos que ir, los gemelos de Mallory están de cumpleaños - anunció ella -. Están invitados si desean, tú también José.
El rubio se sorprendió, nunca pensó que ella le dirigiera la palabra y se aturdió tanto que sólo pudo asentir.
- Y tú, tonto - habló a Dallas -. Cuidate y cuida a este chico, mira que ya son casi once años juntos.
Dallas asintió - Te lo prometo.
La rubia y su familia se despidieron. Hacer cosas como esa llenaban su alma como su esposo no tenía idea, hacer la paz con quienes la hirieron, limpiaban su alma y de paso la ayudaban con la crianza de su hijo, no quería que él tampoco albergara odio en su corazón.
- El tío Dallas me cayó bien mamá - Cayden dijo -. Se ve agradable.
- Lo es bebé.
- ¿Sabes? - esta vez habló su marido tomando su mano -. Te amo más cada día.
Ella rió, sus mejillas acalorándose como la primera vez - También te... - sus manos fueron a su boca - ¡Para el auto!
Él obedeció, ella no dudó en abrir la puerta y soltar todo aquel liquido que amenazaba con salir, su hijo y Bruno acariciaban su cabello, no volvieron al auto hasta que ella se calmó.
- ¿Que sucedió? - él preguntó.
- No lo sé - contestó -. Llevo varios días así.
Los ojos de Bruno se ampliaron -¿Crees qué...
Ella iba a contestar, pero el hecho de que volviese a abrir la puerta para vomitar, le dio a sus hombres la respuesta.
- ¡Voy a tener otro hernanito!
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Aquí y Ahora (+18)
Romance-Se supone que no deberías estar seduciendo a tu jefa...-. Le dijo, con respiración entrecortada al notar como el hombre que la tenia acorralada contra la pared de la sala de juntas adentraba una mano bajo su falda. - No...-trató de detenerlo-alguie...