31 - Tómame

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Después de que Mallory y Dante de hubieran ido a una "Cena de amigos" ellos se habían quedado cenando en la tranquilidad de su cocina, cuando terminaron de comer, empezaron una carrera hacia el baño, porque Novalee quiso devolverlo todo a la taza.

Él sostuvo su pelo hacia atrás hasta que ella terminó, avergonzada de que Bruno siempre la acompañara cuando ella vomitaba en algún lugar, era algo embarazoso, irónicamente.

- Recuestate nena, voy a limpiar esto por tí - él murmuró con ternura mientras la ayudaba a ponerse de pié.

Se lanzó a la cama literalmente, cansada y de mal humor, tomó una menta de la mesita de noche y bebió agua ¡Estar embarazada era un asco! Era mentira eso de que es una etapa bella, ¡No! No hay nada de bello en que vomites todo lo que comes y en que quieras echarle canela molida hasta al arroz.

- ¿Te sientes mejor? - él preguntó, ella negó y lo tomó de la mano para que subiera a la cama.

- Creo que tengo un antojo - musitó bajito a la vez que acariciaba su estómago, él la miró fijo, interrogante.

- No me digas que otra vez tengo que ir a Manhattan por un taco - replicó él, ella negó y se subió a su regazo, chocando su pecho con el de él que ahora se encontraba desnudo.

- Mi antojo está justo aquí - murmuró a su oído e hizo bajar su mano hacia el miembro de Bruno que ahora estaba erecto gracias a que ella había colocado su sexo justo encima del suyo, lo apretó y besó su cuello -. Eres tú.

Él tomó su cabello y la obligó a besarlo, la apretó más contra sí, agarrándola del trasero y frotándola contra él.

- ¿La muñeca quiere que yo la folle? - él preguntó, jadeante, mientras besaba su cuello.

- Sí, cariño, tómame.

Ella desabotonó sus vaqueros y bajó de la cama lentamente, gateando en cuatro patas hacia el centro de la habitación mientras él la miraba, ya hincada, se sentó sobre sus rodillas y le hizo un ademán de que se acercara.

Ya frente a ella, bajó su pantalón con un poco de esfuerzo, mirándolo fijamente mientras lo hacía, bajó su boxer blanco y su miembro rebotó contra su cara, pasó una mano alrededor de él, para luego introducirlo a su boca, lentamente y hasta el fondo.

El sabor a menta en sus labios impactó en lleno a Bruno quien gimió alto, peinó su cabello hacia atrás y la manejó, haciendo que bajase su boca una y otra vez sobre su miembro.

- Mierda muñeca.... Eso se siente tan bien - él le decía, haciendo que ella ejerciera mas presión sobre su punta.

Se sacó el miembro de la boca y lamió desde la base hasta la punta, volvió a descender a la vez que soplaba su aliento fresco sobre él, haciendo que echara su cabeza hacia atrás y cerrara los ojos.

- Joder Novalee - musitó - Ven aquí.

Ella limpió su boca con los dedos a la vez que lo miraba con perversidad - Me gusta más cuando me dices muñeca - murmuró ella cerca suyo, él sonrió y la pegó a él para besarla.

- Vamos a follar a mi muñeca.

Ella le sonrió y él apretó su trasero, mientras lo besaba, sintió como él caminaba con ella dirigiéndola a algún lado de la habitación, terminaron en una esquina en la que él la cargó y ella envolvió sus piernas alrededor de su cintura.

Rodeó su cuello con sus manos y mordió su labio a la vez que movía sus caderas de arriba hacia abajo creando fricción con su miembro.

- Vamos Bruno, entra en la muñeca - pidió, él no se hizo de rogar.

De una embestida ya estaba en ella, por la posición llegaba muy profundo y ella agradeció que no hubiese casas al lado o sino vendrían a ver quien le estaba torturando.

Bruno introdujo dos dedos en su boca mientras la embestía, ella chupaba con fuerza, expresando de esa manera el placer que sentía.

- Más rápido cariño.

Bruno la sostuvo más fuerte y movió sus caderas con más ritmo, ella casi le muerde los dedos y él los sustituyó con su boca sobre la de ella.

Novalee arañó la espalda de Bruno al sentir su orgasmo llegar, apretó su cabello y mordió su hombro para evitar gritar, él, la sostuvo más fuerte aún y la llevó a la cama, donde la hizo acostarse plana de espaldas.

Se colocó sobre ella, aplastándola a la cama con su pecho, volvió a halar su pelo hacia atrás y empezó a besar su cuello a la vez que tanteaba con su miembro su entrada para lentamente introducirse en ella.

- Estás tan malditamente humeda para mí muñeca - gruñó él - ¿Cómo quieres que te folle?

Ella mordió su labio, en esa posición lo sentía muy profundo y sin moverse ya estaba tocando puntos dentro de ella - Rápido y....fuerte.

Bruno echó las caderas hacia atrás sin salir por completo de ella para luego entrar de golpe, ella gritó, literalmente y el jaló más su pelo haciendola gruñir.

La embistió con rapidez, moviendo sus caderas en círculos y de adelante, ambos sudados, en la habitación sólo se escuchaba el sonido de sus cuerpos al chocar mezclado con gemidos y respiraciones entre cortadas.

Novalee mordió la esquina de la cama, aquello era intenso y le dolía tanto como le gustaba.

- Nena....- lo escuchó decir - Voy a correrme.

Aquellas palabras, cargadas de tanta excitación hicieron su entrepierna tensarse alrededor de Bruno, cerró los ojos fuertemente y mientras él explotaba dentro de ella y lo escuchaba gemir, lo siguió solo un par de segundos después en el orgasmo.

Cayó a su lado, jadeando, el pelo que salía de la coleta improvisada de Bruno lo tenía pegado a la cara y ella allí, acostada, parecía como si en cualquier momento fuera a dormirse.

- ¿Muñeca? - la llamó, ella respondió con un gruñido perezoso y él sonrió, la atrajo hacia sí y la puso sobre su pecho para acariciar su cabello - ¿Sabes? Nunca imaginé que llegaríamos tan lejos.

- ¿A qué te refieres? - ella preguntó, arrastrando las palabras.

- Bueno, pues yo te veía en la universidad una vez a la semana y casi siempre Dallas estaba detrás tuyo - rió un poco -. Le tenía unas ganas como no imaginas.

- ¿Sólo porque siempre andaba tras de mí?

Él negó - Porque se me adelantó. A ver, sólo teníamos una clase juntos, ni siquiera llegamos nunca a hablar pero estabas tan malditamente buena.

- ¿Estaba?

- Joder no, sabes de lo que hablo - él la sintió reír - Te invitó a salir el mismo día que yo lo iba a hacer, en frente de todos, maldito suertudo.

Ella se acercó a su mejilla y la besó - Tu no tuviste que invitarme a salir y ahora me llevas al cielo y me traes, ahora, me has dado el regalo que Dallas nunca me hubiera podido dar, me has dado un bebé, uno tuyo.

- No creas que eres la única que está feliz con eso muñeca - besó su frente -. Estoy que hago una puta fiesta.

- Eh eh, cero malas palabras que el niño escucha.

Él rió - Lo siento bebé.

- Te quiero Bruno - le dijo, a la vez que besaba sus labios tiernamente.

- Yo más nena.

- ¿Ahorramos agua?

Él rió - Pensé que nunca lo dirías.

Aquí  y Ahora (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora