Sus ojos se llenaron de lágrimas. ¿Asi le pediría matrimonio? ¡Dios era perfecto! Novalee nunca lo habría imaginado. Se giró al sentir una presencia detrás suyo, encontrándose a Bruno con un ramo de rosas rojas y una hermosa sonrisa nerviosa plantada en el rostro.
-¿Quieres casarte conmigo muñeca? - esas cuatro palabras hicieron que sus rodillas casi cedieran y la hicieran caer al piso.
- Dios Bruno yo...yo...- No dijo más, porque es que ¿Que le diría? Estaba esperando este momento en silencio por mucho tiempo, imaginaba diferentes forman en las que él pudiese pedírselo y entre ellas no estaba la que el implementó ahora, como tampoco estaba entre las posibles respuesta que daría la que estaba dando ahora: ninguna.
No sabía que decir, tan solo lloraba sin aún despegar su mirada de él con Cayden en brazos quien halaba su cabello.
- ¿Mi amor?
Sentía mucho miedo, miedo de que ella dijera que no ¿Es que no quería casarse con él? Osea, estaban enamorados y él lo sabía ¿Era tal vez muy rápido para dar ese paso? ¡Dios que dijera algo!
- Sí claro que sí.
Escuchar esas palabras gloriosas hicieron que él alzara su mirada para verla sonreír y caminar hacia él para besarlo, rozó sus labios con ternura y amor haciéndolo sentir en las nubes, no quería dejar de besarla y no lo hizo, sólo se despegó de ella cuando su hijo que estaba en medio de ellos separó sus caras clavándole las uñas en las mejillas.
- ¡Ñaa! - balbuceo el bebé o algo así, ellos tan solo rieron y acapararon sus mejillas para besarlo entre ambos.
Cayden se quedó dormido alrededor de las once y media de la noche, cosa que no les importó a sus padres por el simple hecho de que nadaban entre nubes de amor. Ella no podía creer lo que él había hecho y él no podía creer su respuesta.
- ¿Sabes que te amo verdad?
Claro que ella lo sabía, no eran sólo las palabras que demostraban aquello sino su mirada trasparente a pesar de la oscuridad de sus ojos, sus gestos y la atención que siempre le brindaba, Bruno era todo amor no sólo con ella sino con Cayden, ella no tenía dudas de lo que él sentía y dudaba algún día tenerlas.
- Yo te amo Bruno - sus delgados brazos rodearon su cuello y chocaron sus labios en un tierno beso, beso que al principio fue inocente pero que cuando sintió su espalda chocar contra la cama supo que eso no quedaría así.
- Dejame hacerte el amor cariño - murmuró Rosando sus labios, ella no anhelaba mas que eso pero tampoco sabía como responder si sus besos siempre la descolocaban.
Su respuesta fue jadear y arrancar su camiseta, ni siquiera sabia donde había quedado el ramo de flores y aunque el detalle le había encantado no le importaba mucho si lo tenia a él encima con una erección que rosaba en el lugar indicado haciéndola estremecer.
Lo besó con anhelo, realmente lo necesitaba. Sus labios se acoplaban a la perfección, como si hubiesen sido creados para moldearse entre ellos como si fueran solo uno. Bruno era su vida, su universo y él lo sabía.
Él besó su cuello delicadamente, no tenia intención de ser brusco, hoy quería tomarse su tiempo y hacerla sentir amada, porque él la amaba, la había amado desde siempre aunque no siempre tuvo la valentía para expresarlo en voz alta.
Sus cuerpos desnudos y sudados se hallaban pegados como si de un pegamento permanente se tratase, el vaivén de sus caderas hacia que se encontraran con desesperación en busca de su placer, las uñas de ella se aferraban a su espalda tratando de desahogar el montón de sensaciones que en su cuerpo él producía mientras la amaba lentamente.
- Te amo muñeca - susurró a su oído, besó sus labios nuevamente y bebió sus gemidos cuando llegó al climax mas intenso de su vida, no lo había pensado pero, mientras mas lento, mas podía absorber las sensaciones.
- ¡Te amo Bruno! - gritó en medio del climax.
Se quedaron allí, exhaustos y sudorosos, Novalee no aguantaba mas tener un ojo abierto, estaba cansada y necesitaba digerir todas las emociones que había experimentado en el día.
- ¿Qué fecha tienen para la boda? - exclamó Greta, estaba realmente emocionada con la noticia ¡Su hija se iba a casar! Que fuera con Dallas la llenaba de emoción porque le parecía buen chico, pero sabía que Bruno amaba a Novalee de verdad y ella a él, esta si sería una boda real.
- Un mes - respondió, habían acordado aquello ese mismo día en la mañana, querían casarse cuanto antes, ella no quería una boda sencilla pero tampoco algo tan extravagante así que un mes le pareció perfecto para cuadrar todo.
- Oh Dios... Hay que mandar las invitaciones, bueno...¡Hay que hacerlas! ¿Qué diseño te gustaría? ¿Cuantos Invitados? ¡Una boda de noche sería genial! - gritaba, su hija no podía llevarle el ritmo por todo lo que estaba diciendo, se notaba que estaba feliz y Novalee no hacia mas que mirarla divertida viendo como ella caminaba de aquí a allá por la sala.
- Mamá calma, tenemos tiempo aunque poco para cuadrar todo, lo que si sé es que quiero una boda de noche.
Tenía esa ilusión desde siempre, quería que su boda con Dallas fuera así pero él se había negado en rotundo y decidió cambiarlo por él a la boda normal.
- Imagino que no quieres que haya muchos invitados ¿no? - su hija asintió y le dio un sorbo a su café.
Se sentía tan orgullosa de ver a su hija feliz, a pesar de los inconvenientes que se había presentado en su vida, las malas jugadas del destino y sus golpes bajos la habían hecho caer innumerables veces, pero Dios le había dado la vida y la dicha de verla levantarse cada vez con mas fuerza, su hija la enorgullecía aunque tal vez ella no siempre se lo decía, a pesar de que su hija pensara que quería mas a Faith que a ella misma.
La verdad es que Faith era una niña que sólo la tenía a ella, después que Iris, su hermana, había muerto junto a su esposo en aquel accidente, ella había quedado sola, sentía esas ganas de protegerla y demostrarle que al menos contaba con su amor. Era su sonrina y la quería, pero era un amor que no se comparaba con el que sentía por su hija porque era completamente diferente.
- Gracias por hacerme parte de esto - expresó Greta mirándola, no había mas que sinceridad en sus palabras y mirada, su hija le estaba dando la oportunidad de entrar de nuevo en su vida, a pesar de lo mezquina que había sido con ella anteriormente. - Te amo Novalee.
Su hija sonrió, su madre había adoptado una mejor actitud y merecía todo el mérito, algo que ella no estaba dispuesta a negarle.
- Te amo, mamá.
Aiiinssss que ternura *_*
Son unos cursis todos aquí ...
Sé que llevo un tiempesito diciendo que el final de la historia se acerca y dirán que no se acaba nunca pero es que faltan cosas aún por pasar, tan solo les aviso que el día de la boda seria el capítulo final, calculando quedan alrededor de dos o tres capítulos más el epilogo.
Akary
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Aquí y Ahora (+18)
Romance-Se supone que no deberías estar seduciendo a tu jefa...-. Le dijo, con respiración entrecortada al notar como el hombre que la tenia acorralada contra la pared de la sala de juntas adentraba una mano bajo su falda. - No...-trató de detenerlo-alguie...