8 - Sé hombre al menos una vez en tu vida.

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Él se removió incómodo sobre sus pies.

- ¿Puedo entrar? - preguntó un poco tímido, ella cerro la puerta aún más, solo dejando espacio para que su cabeza quedase al otro lado de la puerta.

- Por supuesto que no - hizo intento de cerrar pero él la detuvo, tintineo unas llaves en su rostro y eso la hizo encenderse mas.

- Novalee tengo las llaves y si cierras la puerta la voy a abrir.

Mentalmente ella se maldijo por no haber cambiado ya todas las cerraduras y le echó la culpa a lo agitadas que estaban sus emociones por los recientes acontecimientos.

- Ya le di tu ropa a tu hermana, firmé tu liquidación y devolví todo lo que me regalaste ¿Que demonios has venido a buscar?

Ella se recordó que no debia alzar la voz ni mostrarse alterada, tampoco podria mostrarse débil ni herida delante de él, asi que enderezó su postura y se mostró mas imponente.

- Quiero que hablemos - ella iba a hablar pero él la detuvo - Por favor Novalee.

Respirò resignada y se apartó de la puerta, sabiendo que ese enfrentamiento tarde o temprano tendría lugar. Dallas entró vacilante y caminó hacia la sala, esperó por ella y cuando entró junto a él, ambos se sentaron frente a frente en el salón.

- Novalee yo...

- Ve al grano - pidió ella instantáneamente él empezó a hablar.

- No canceles la boda por favor - soltó, y aquello fue como darle un golpe en el estómago.

Ella rió con incredulidad - ¿Me estás jodiendo?

Las mejillas de Dallas se tiñeron de rosa - No.

Ella tomó varias respiraciones profundas intentando calmarse, que tu prometido te engañara dolía, que tu prometido te engañara con un hombre dolía aun mas, pero que tu prometido se vea descubierto por ti infraganti siendote infiel y llegue a tu casa como si nada a pedirte que no cancelaras la boda, era algo total e irrevocablemente inconcebible.

- Dallas vete de aquí.

Él negó con la cabeza - Novalee mi familia me mataría si se entera de esto, no puedes cancelar la boda porfavor.

Ella se puso de pie y por poco se abalanza sobre él sino fuera porque Mallory salió de la habitación y le gritó que se detuviera.

- ¿Y tú que coño has venido a buscar? - espetó ella hacia Dallas con odio y desprecio tomando a su amiga del brazo.

- Quiere que no cancele la boda - dijo Novalee riendo burlona - Oyele las ocurrencias a este hijo de puta.

Dallas abrió mucho los ojos, palabras asi nunca habian salido de la boca de Novalee pero era comprensible y no dijo nada al respecto, pero cuándo recordó la nota del diario no se pudo contener - ¿Por qué has dado aquella información al periódico ?

Ella alcanzó un jarrón y se lo lanzó, por suerte o por desgracia él se agachó y el jarrón impactó contra la pared - ¡Sacalo de aquí porque lo mato! - gritó, sus defensas cayeron y ahora respiraba pesadamente; Mallory miró a Dallas con tanto desprecio y advertencia en su mirada que él se giró para salir.

- Deja las llaves ahí - ordenó y él las sacó del llavero y lo lanzó a la mesa.

Novalee se sentía impotente y frustrada, justo en ese momento se prohibió sentir culpa alguna por lo que había hecho en la sala de juntas y para liberarse de la culpa completa debía empezar por decirle a su mejor amiga que se había acostado con su jefe.

- Mallory... - empezó. Su amiga la instó a sentarse, le pidió un segundo con ademán y entró a la cocina, cinco minutos después regresaba con una taza de algo humeante. Té.

- Cuentame lo que te atormenta Novalee, llevo rato preguntándomelo.

Ella dio un sorbo a su té y metió un mechón de su pelo tras la oreja, nerviosa, trazó el borde de la taza con sus dedos y suspiró - Me he follado a tu jefe.

Esperó que Mallory escupiera el té, que le gritara, le lanzara la taza y el collar de mejores amigaa por siempre que le había dado hacía 10 años, pero no lo hizo. Cuando alzó la mirada, Mallory tenía una sonrisa perversa en el rostro.

- ¿La tiene grande? - preguntó.

Novalee parpadeó, confundida y a la vez sorprendida - ¿No vas a gritarme? ¿No harás un drama? ¿No me golpearás hasta que recapacite?

Mallory rió - ¿Por qué haría eso? Bruno es un cuerazo. ¿La tiene grande? ¿Cómo fué? ¿Dónde?

Novalee soltó aire contenido - Acomódate, estas a punto de imaginarte la mejor sesión de sexo salvaje que una mujer pudo haber tenido.

- Estoy lista. Ladra.

*

Mientras subía los escalones de la entrada del edificio, sentía que alguien la seguía pero al girarse no veía a nadie, siguió caminando hasta el vestíbulo y saludó a la recepcionista, tomó un café de la maquina expendedora y subió al ascensor.

- Buenos dias caballeros - saludó a unos empleados que había en el ascensor también y que se hicieron a un lado para darle espacio, luego respondieron su saludo con cortesía.

Cuando llegó a la planta en la que le tocaba, ya no había nadie más con ella, inmediatamente las puertas se abrieron, salió, pero al ir distraída con el móvil, chocó con un fuerte pecho masculino.


- ¿Entretenida señorita Bellamy? - alzó la mirada al escuchar aquella voz grave y rasposa, encontrándose con unos maravillosos ojos oscuros y profundos.

- D- Disculpame, me ha llegado un texto.

Se permitió descaradamente observar el aspecto de Bruno el día de hoy, un traje negro con una camisa azul oscuro y corbata negra de rayas azul marino verticales, su cabello medio arreglado y a la vez despeinado se veía un poco más oscuro y supuso que estaba humedo aún.

- Lo noto - dijo él con una ceja enarcada - ¿Almorza...

Se detuvo al escucharla lanza un gritito de sorpresa y notó que un hombre la alzaba en sus brazos. Era alto, media como metro noventa y tenia el pelo rubio y ojos azules, cuerpo robusto e imponente, algo en sus gestos le parecía familiar.

Cargó a Novalee y la giró en el aire, ella reía de sorpresa y emoción, cuándo el la puso en el piso ella lanzó sus brazos alrededor de su cintura y lo abrazó, él sonrió y la abrazó fuerte, dejó un beso en su frente y removió su pelo.

Antes de ver aquel gesto tan íntimo y fraternal, Bruno sintió la primitiva posesividad que se recordó, no debía por nada del mundo tener y eso lo enojó, él no sabía quien era ese hombre y tampoco debía estar celoso, ella podría hacer lo que quisiera.

No se habia dado cuenta de que tenía el ceño fruncido hasta que lo sintió disolverse cuando ella lo miró y caminó hacia él de la mano del hombre.

- Él es Bruno Salvatore, presidente de la empresa fusionada, creo que lo conoces - dijo al rubio y éste lo examinó de arriba a abajo con el ceño fruncido, extendió la mano y Bruno la apretó fuerte.

- Y Bruno - añadió ella - Éste tonto, es Kendall Bellamy, mi estúpido hermano mayor.


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Disfrutenlo.

Gracias por leer y apoyar la historia

Abrazos y besos cibernéticos.

Denisse

Aquí  y Ahora (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora