17 - Escapando.

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Caminaron hasta donde estaban los demás uno al lado del otro, nadie se se extrañó al verlos llegar juntos pero Faith los miraba con desagrado y Kendall como si quisiera romperle el cuello a él.

- Ven aqui Kendall - le pidió ella, su hermano caminó en su dirección - Me iré con Bruno, creo que tenemos que hablar - le dijo al oído, su hermano sabía que la única forma en que podia detenerla era amarrándola y amordazandola pero Skylar lo esperaba y él no tenía tiempo.

Asintió - Mantén tus manos fuera de mi hermanita machote - le advirtió con ojos entrecerrados, Bruno se o preguntó porqué todos le llamaban así.

Cuando ella se giró para irse con Bruno vio que él hablaba con su hermano, Dante giró y la vio y ella le sonrió, él se acercó - Porfavor rubia, arregla este desastre - le pidió señalando a Bruno quien lo fulminó con la mirada - Necesito un compañero de consola.

Ella rio - Voy a ver qué hago por ti.

Él le guiñó un ojo y caminó hacia los demás, tomó a Mallory de la cintura por detrás y ésta se alejó y lo golpeó, pero ella pudo divisar un pequeño sonrojo en sus mejillas.

- ¿Nos vamos? - lo escuchó decir y tomó una respiración profunda antes de asentir.

Condujeron hasta Brooklyn en silencio, la tension se podía palpar en el aire dentro del auto y mientras él se limitaba a mirar la carretera, ella se concentraba en mirar por la ventana.

Bruno era un hombre sumamente reservado y callado, habían sido pocas las veces en las que habían entablado una conversación mas allá de temas de trabajo y lo poco que sabía de su vida personal era por la imprudencia e insistencia de los periodistas.

Llegaron a el condominio donde él residia, las casas por fuera estaban pintadas con una mezcla de colores cálidos y oscuros dándole su toque elegante y contemporáneo a sus fachadas, al final de la calle, alejado por unos cuantos metros de las demás casas Bruno vivía, aparcaron fuera alrededor de las dos de la mañana y él al salir la ayudó a salir del auto.

- Aquí vivimos Dante y yo - anunció, era una hermosa casa de dos niveles hech de concreto, madera y cristal, una amplía y pulcra entrada y un sendero de piedra que daba justo a una enorme puerta de caoba.

Sus tacones repiqueteaban por el camino y a pesar de que dominaba los tacones a la perfección, las agujetas se clavaban por los hoyos de las piedras, él la tomó de la mano con firmeza.

- No sé porqué ustedes las mujeres usan tacones tan altos - murmuró él por lo bajo.

- Nada menos de veinte centímetros, es mi lema - respondió ella y él sonrió al notar el doble sentido de su expresión.

Abrió la puerta y ella lo siguió por un pasillo oscuro con paredes de cristal que daban a dos jardines a cada lado, el salón era amplío, con muebles por doquier y una gran televisión pantalla plana en la pared y un gran estante con consolas y cintas de videojuegos.

- ¿Quieres algo de tomar? - él le preguntó y ella asintió aún embelesada con el diseño de la casa, se preguntó cómo sería la habitación de él.

Desapareció por donde ella supuso era la cocina y volvió con dos copas, se dirigió a un minibar que se hallaba a sus espaldas y de un gabinete sacó una botella de vino.

- Uhm - profirió ella - ¿No tienes Vodka?

Él alzó las cejas y guardó la botella de vino para luego sacar lo que ella le pidió - ¿A la roca?

Ella negó, él sacó de una pequeña nevera una botella de cóctel de frutas y la puso sobre la barra, cambió las copas por otraa mas profundas y vertió la bebida, se acercó a ella con dos copas, una con sólo Vodka y la que ella había pedido, le entregó la suya y se sentó a su lado en el sofá mas grande.

Duraron cinco minutos en silencio y a ambos les pareció una eternidad, ella balanceaba sus pies cruzados y tomaba su bebida, el se había recostado y ahora trazaba el borde de su vaso con los dedos.

Se echó hacia adelante de un golpe y le quitó la copa pero antes de que ella pudiera reaccionar, los labios de Bruno ya estaban sobre los de ella. El sabor embriagante a vodka solo se mezcló con el suyo mientras su lengua se adentraba a su boca y la hacia pegar la espalda contra el sofá.

Puso sus manos sobre su pecho y empujó, al él no responder ella mordió su labio y él se separó - Mierda... - se quejó y se pasó un dedo a ver si sangraba.

- No vine aqui a follar Bruno - soltó ella limpiando sus labios con el dorso del brazo.

- Sólo era un beso Novalee - él respondió pareciendo ofendido.

- No quiero que me beses hasta que me digas porqué mierda golpeaste a Dallas.

Él respiraba con dificultad e intentó calmar sus latidos , ella dio un largo trago a la copa de Bruno e hizo una mueca después - Habla.

- Lo golpee por haberte humillado en television nacional, lo golpeé por ser un hijo de puta y por haberte estado engañando por mas de dos años.

<< lo golpeé por haberte invitado a salir el mismo dia que yo iba a hacerlo aquel agosto en la universidad >> pensó.

Ella se quedó en silencio - La violencia nunca ha sido la solución.

Él rió, bien que Mallory le había contado lo que ella le habia hecho a Dallas después de lo que le hizo, ella también lo recordaba y sus mejillas se tiñeron de rosa.

- Pues lo siento pero no pensé que te pondrías así, pensé que me agradecerías, además él no me vio Novalee.

- Mierda Bruno no te vio pero ahora cree que fui yo y ahora mi carrera cuelga en un hilo.

Él bufó - Si te denuncia yo iré a la policía y contaré la verdad porque definitivamente no le dije a Dallas que era un mensaje tuyo, no hablé porque tenía que evitar que me.reconociera.

Ella lo miró directo a los ojos, aquello no era una gran hazaña, era lo menos que él podia hacer después de meterla en ese lío .

- Si tengo que golpear a ese imbécil otra vez lo voy a hacer, aunque dures un mes sin hablarme - dijo con firmeza, ella soltó la copa y agarró sus manos.

- Supongo que no debí tratarte así - dijo y él le sonrió.

- Estabas muy alterada, te entiendo.

Ella lo miró y desvió la mirada, él notaba que ella tenía ya rato queriendo decir algo y por alguna razón no se atrevía - ¿Qué sucede? - preguntó tomándola oor sorpresa, ella se acercó a él vacilante y dejó un suave beso en sus labios, con tanta ternura que él se asustó porque ese no era un beso de deseo, había sentimientos allí.

Ésta vez fue él quien se separó. - Creo que es mejor que te lleve a casa Novalee.

Aquí  y Ahora (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora