Trece

2.5K 230 25
                                    

Suspiré y me bajé del coche. Mis tacones resonaron en la calzada bajo los jadeos de Ethan. – Kyle, Kyle. ¿Qué te dije de molestar al chico? – me crucé de brazos. Kyle dejó de pegarle patadas a Ethan y me miró. Ethan me miró con sus manos puestas en su abdomen. Miré a Kyle y este sonrió. - ¿Qué me harás?

Sonreí – Yo podría coger mi arma y dispararte.

- Demasiado ruido, Grace – se acercó hacia mí y sonreí.

- ¿Tú crees? Entonces tendré que hacerlo con mis propias manos, ¿no?

- Eso parece – Kyle se abalanzó hacia mí y lo esquivé. Cogí su muñeca y la giré. Le di con mi pie detrás de su rodilla y tiré de su pelo con mi mano libre. Empujé su cuerpo hacia abajo hasta que quedó de rodillas.

- No deberías subestimarme, Kyle. – Saqué mi arma y la puse en su espalda. – No me importa dispararte, porque cogeré mi coche y me iré antes de que alguien pueda verme. Tienes suerte de que tengamos una tregua y no te mate – Kyle gruñó y tiré más fuerte de su pelo – La próxima vez que toques al chico, te mataré, y no me importan las consecuencias. – lo solté. – Ahora vete antes de que me arrepienta de mi decisión.

Kyle se levantó y me miró con odio. – Te mataré cualquier día, Clark.

- No, no lo harás si quieres tener tu culo a salvo de él. – Kyle juntó sus labios en una fina línea y se giró. Lo vi subir en su coche e irse.

Me giré y vi a Ethan sentado en el suelo, agarrando su cabeza con sus manos. – No hay de qué – dije. Me giré para ir a mi coche, pero cuando abrí la puerta lo miré. – Mierda – cerré la puerta fuerte. – Levántate, Ethan – le ordené con rabia. No podía dejarlo ahí, aunque quisiera. Bueno, mi parte orgullosa quería dejarlo ahí tirado y golpeado.

- No tienes por qué hacerlo, Grace. Simplemente vuelve a darte la vuelta y vete – tosió mientras se levantaba.

- No digas tonterías – pasé su brazo por mis hombros. - ¿Qué hacías aquí? – le pregunté.

- Solo estaba pensando y me topé con él – dijo en voz baja.

Abrí la puerta del copiloto y lo dejé dentro. Le puse el cinturón y cerré la puerta. Cuando me monté, arranqué el coche y puse camino al hospital. Ethan estaba sangrando por su ceja y su labio. Su ojo no tardaría en hincharse un poco, y por lo que podía ver, sus brazos tenían rasguños. - ¿Dónde me llevas? – preguntó.

- Al hospital.

- Pensé que me curarías tú.

- No soy médico.

Cuando llegamos al hospital, aparqué y lo ayudé a bajarse del coche. Cuando entramos por las puertas un enfermero nos vio. - ¿Qué le ha pasado? – preguntó sustituyéndome al lado de Ethan.

- Le han pegado – dije.

- ¿Habéis avisado a la policía? – Lo seguí hasta una habitación y Ethan se sentó en una camilla.

- Sí, hemos estado hablando con ellos. – mentí.

- De acuerdo. Curaré primero tu ceja – le dijo a Ethan.

Esperé pacientemente a que terminaran de observarlo, de que viniera un médico y le diera el informe. Habían curado su ceja y le habían puesto una venda en su muñeca. También le habían hecho una radiografía por si tenía alguna costilla rota. Ninguna, por suerte.

- ¿Ya? – me levanté de la silla y él asintió con los informes en su mano – Bien, te llevaré a casa.

Ambos salimos del hospital. Ethan no hablaba mucho y eso me dolía. No podía entender cómo había sido tan tonta. Había confiado en él y no sabía por qué.

4. Saga Cree en mi - Bang BangDonde viven las historias. Descúbrelo ahora