Quince

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Moví mi pierna, nervioso mientras buscaba trabajo en el ordenador. Ya me había metido en la bolsa de empleo y estaba esperando que me llamaran del hospital donde había hecho las prácticas para ver si podía quedarme trabajando o no. Miré el teléfono. Ningún mensaje de Grace. ¿Estaría bien? Me levanté de la silla decidido a ir a buscarla a su casa. Me vestí y me puse los zapatos. Cogí mi móvil y mi cartera con la documentación y antes de salir avisé de que me iba.

Abrí la puerta y vi a Grace bajándose del coche. Se había cambiado de ropa y llevaba su pelo recogido en una cola alta. Respiré aliviado. Me dirigí a ella mientras esta se quedaba parada al lado de su coche. - ¿Acabas de llegar? - le pregunté.

- No. Llegué a la madrugada, como no estoy acostumbrada, se me olvidó avisarte. - La revisé de arriba abajo. - Estoy bien. - La miré.

No tardamos en juntar nuestros labios con desesperación. Mis manos se pusieron en sus caderas y la apreté contra el coche. Lamí su labio inferior - Pensé que te había pasado algo - volví a besarla. Metiendo mi lengua en su boca y saboreando el sabor a tabaco y menta.

- Nunca me pasará nada - retiró las manos de mi nuca para ponerlas en mis hombros. Hoy era uno de esos días grises pero bochornosos. - Además, vengo a recompensarte - Alcé una ceja. - He pensado que podríamos pasar la tarde juntos. - sonreí de lado. - ¿Por qué tu madre mira por la ventana? - miré hacia atrás y vi a mamá mirando por la ventana. Ella nos saludó entonces miré a Grace, que estaba saludándola también, moviendo su mano de un lado a otro - Pensarían que serías gay o algo.

- Sí, supongo que sí. ¿Tienes planeado hacer algo? - ella negó con la cabeza. - Yo sí, solo déjame coger varias cosas. - le di un pequeño beso y me giré cuando estuve a un metro de ella. - Será mejor que entres y saludes a mi madre.

Grace sonrió y se acercó a mí. Cogió mi mano y la miré. - ¿Qué miras?

- Vas perfecta para donde quiero llevarte. - dije mirando su ropa cómoda.

Conducir al lado de una Grace pensativa no era muy agradable. No es que ella estuviera sonriendo todo el tiempo, pero me daba miedo cuando pensaba demasiado, quería que se despejara. - ¿Todo bien ayer? - le pregunté.

- Sí - dijo ella moviendo su pelo.

- ¿Puedo hacerte una pregunta? - ella me miró y supe que era un sí - ¿Qué hacéis? Es decir, ¿Qué hiciste ayer?

- Cosas que se escapan de tus manos.

- ¿Por qué no puedes contármelo? No diré nada. Lo sabes. Necesito saberlo - moví mi cabeza de un lado a otro - No soy un niño, no voy a asustarme.

- Sé que no te asustarás, pero no quiero que me culpes por nada. Lo de ayer - negó con la cabeza - Lo de hace unos días es todo muy confuso, Ethan. Jamás pensé que haría algo así, que sería cómplice de la ruina de muchas vidas.

- ¿A qué te refieres? - pregunté. Grace negó con su cabeza y miró por la ventana. Sabía que no me iba a decir nada.

- Luna park - leyó en un cartel. - ¿Qué es eso?

- Un parque de atracciones - me encogí de hombros.

- ¿Me has traído a un parque de atracciones? - me miró sin poder creérselo.

- Sí - dije aparcando - Y será mejor que dejes de poner esa cara de seca y la sustituyas con una cara sonriente. No quiero que asustes a ningún niño.

Grace bufó y se bajó del coche cuando terminé de aparcar - No me gustan estos sitios - dijo colgándose una pequeña mochila negra detrás de su espalda.

- ¿Alguna vez has ido a uno? - me puse a su lado.

Grace se quedó pensativa - Sí, cuando era niña. - dijo mirando a la nada, seguramente, recordando aquella última vez que fue.

4. Saga Cree en mi - Bang BangDonde viven las historias. Descúbrelo ahora