Dieciocho.

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Grace volvió a dormir y yo aproveché para ir a casa, ducharme y coger algo de ropa. Entré en el salón y vi a mamá con la tablet. - Voy a quedarme en casa de Grace unos días. Está enferma y no tiene a nadie.

Mamá dejó la tablet encima de sus piernas y me miró. - ¿Enferma? ¿Qué le pasa?

- Pues eso, que está enferma - me encogí de hombros.

Ella frunció el ceño - Ya me lo has dicho.

- Tiene un virus.

Asintió lentamente y suspiró - Esa chica me da pena - se levantó del sofá. -Le haré algo caliente para que se lo lleves.

- Mamá, tengo que irme ya - la seguí a la cocina.

- Espera, no tardo nada - dijo sacando una cacerola. - ¿No tiene ningún tío ni nada aquí? ¿Algún abuelo?

- Es de Canadá, así que no. Por lo que se ve no tiene contacto con ellos.

- No me imagino lo que tiene que ser vivir así.

- Yo tampoco - murmuré.

- No pensé que ella fuera tu tipo de chica.

Fruncí el ceño. - ¿Por qué?

Mamá se encogió de hombros - Bueno, tiene el pelo rojo y algunos malos tatuajes.

Tenía razón. Yo tampoco pensé que ella fuera mi tipo de chica, pero Alice lo era. Me gustaba Grace, la chica ruda y peligrosa, y me gustaba Alice, la chica tierna y divertida.

Abrí la mosquitera y después empujé levemente la puerta. Entré y escuché voces en el salón. Me dirigí hacia allí y me quedé en la puerta. Grace estaba de pie y tapaba sus pechos con su sabana mientras que Austin se paseaba de un lado a otro del salón.

- Tienes que ayudarme – djio Grace - ¡Está vivo!

- No puedes saberlo, no cuando tu madre muerta se te ha aparecido en un sueño y te lo ha dicho.

- Fuera de mi casa.

- Joder, lo siento Alice. No quería ser tan duro. – se acercó a ella.

- Fuera. De todos modos, ¿Qué haces aquí? Si no vas a ayudarme, lárgate.

Austin me miró y después miró a Grace. Salió del salón, esquivándome. Dejé la mochila en el suelo y me acerqué a ella. - ¿Estás bien? – Grace se sentó en el sofá y yo me senté a su lado.

- No lo sé. – Pasó una de sus manos por su rostro. – Creo que estoy volviéndome loca, Ethan. – movió la cabeza de un lado a otro.

- ¿Por qué?

- Cuando volví a Ontario, no dejaba de soñar con mi madre. Uno de los sueños fue tan real... que pensé que ella había estado allí. Y... soñé varias veces más. Hoy es la primera vez que sueño con ella después de tantos años y... me dijo que no dejara de buscar a mi padre – me miró – Eso significa que está vivo, Ethan – Grace me miró con esperanza.

Uní mis labios en una fina línea mientras pensaba que decirle – Nena... quizás puede estar vivo. Pero no deja de ser un sueño, te has estado tomando fuertes calmantes.

-Oh, Ethan. – Dejó caer su cabeza hacia delante – Ella estaba en mi habitación. Aún puedo oler su perfume, y... - suspiró. – ¿Puedes dejarme sola?

Las cicatrices curaron en unas semanas. No había visto a Grace desde que dijo que iba a empezar a investigar de nuevo sobre el paradero de su padre. De eso hacía tres días. Nos enviábamos mensajes para saber que ella estaba bien.

4. Saga Cree en mi - Bang BangDonde viven las historias. Descúbrelo ahora