Tsuki-dayo

Juu Ni

Yuno abrió su bento y reveló la abundante comida casera a sus compañeras sentadas a su alrededor. Erika y Yuki se inclinaron más cerca con los ojos bien abiertos en asombro, al igual sus bocas. "¡Yuno-chan! ¿Tu hiciste eso?" Yuki preguntó, apuntando al apetitoso plato de comida.

"Sip." Yuno asintió e infló su pecho, fanfarroneando un poco.

"¡Serás tan buena esposa! ¡Con ese cuerpo y ese talento para cocinar!" Erika dijo, apuntando con sus palillos el pecho de Yuno. Las mejillas de Yuno se encendieron y ella cruzó sus brazos cubriéndose.

"¡Caray!, ¡eres tan pervertida Erika!" Las chicas rompieron en risas, dejando solo a [T/N] quien miraba fijamente su comida. No parecía estar prestando atención a la conversación, o a cualquier cosa que la rodeaba. El almuerzo que su madre le preparó inesperadamente ya no le era apetitoso. Yuki lo notó y su sonrisa se desvaneció.

"¿[T/N]-chan?" Yuki preguntó dulcemente. Erika y Yuno volvieron su atención a dicha chica también. [T/N] parpadeó al volver en sí, y levanto la mirada para encontrarse a sus tres amigas con caras de preocupación. Se las arregló para sonreír, pero eso solo intensificó la inspección. "¿Estás pensando en la condición de Aoba Jousei?"

[T/N] bajó la mirada, evitando hacer contacto visual con sus amigas. Odiaba ser tan fácil de leer. "¡[T/N]! ¡No tienes que hacerlo si no quieres!" Erika dijo, golpeando la mesa con sus manos, casi tirando sus almuerzos al suelo. Gracias a Kami estaban lo suficientemente alertas, incluyendo a [T/N], para salvar sus almuerzos de la caída. "Perdón..."

"¿Siquiera qué les dio la idea para poner una condición así?" Yuno gruñó.

"...Tenían una cierta condición." Los oscuros ojos de Hitomi recayeron en [T/N], enviando escalofríos por todo su cuerpo. Sus palmas comenzaron a sudar y un nudo se formó en su garganta.

"[T/A] [T/N] debe estar en el juego, todo el tiempo."

"¡¿Qué?!" muchas de las chicas resoplaron, comenzando una pequeña conmoción en el gimnasio. La sonrisa en la cara de Yui se esfumó y pasó a formar una mueca. Miyuki suspiró y sacudió su cabeza. Yuki miró a su amiga preocupada.

[T/N] solo estaba sentada ahí, tratando de registrar lo que había oído. Sus ojos [C/O] se notaban casi vacíos mientras miraba a la consejera, quien permanecía en silencio. Los labios de [T/N] estaban ligeramente abiertos y por mucho que quería cerrarlos no podía.

"¡¿Ellas solo quieren menospreciar a [T/N], no?! Ellas ni siquiera quieren un partido con Karasuno. ¡Todo lo que quieren es jugar con [T/N]!" Misaki protestó. Iwari puso una mano en su hombro y le dijo que se calme.

Hitomi estaba silenciosa a esas palabras. La consejera tenía la sensación de que estaba diciendo algo verdadero. Cuando estaba en el teléfono con la entrenadora de Aoba Jousei, podía distinguir algo de mala gana en su voz al hablar. Aparentemente fue a pedido de la capitana de Aoba Jousei, Mamiko Akari, jugar contra Karasuno. Dejó bien en claro que [T/N] debía estar en el juego todo el tiempo. Hitomi no estaba muy feliz con la idea, pero necesitaban jugar algún partido para ver a qué nivel estaban.

"Es tu decisión el elegir jugar o no." Hitomi dijo a [T/N]. "Nadie te va a forzar si no quieres hacerlo."

"¡Olvídalo! No necesitamos el-"

"Lo haré." [T/N] interrumpió a Misaki, causando que todo el equipo quedara silenciado y pusiera su mirada en ella. Sus ojos parecían arder mientras observaba a su consejera con completa confianza.

"¡[T/N]!" Misaki protestó.

"Lo haré." [T/N] repitió, esta vez una voz más firme.