Tsukishima se agachó para desatar sus zapatos. Había sido un largo día. El festival escolar era solo en un par de días y estaba tan ocupado con la obra en la que estaba a cargo en contra de su voluntad. Habían ensayado una y otra vez, y Reiko era extremadamente persistente con estar a su lado a pesar de su rechazo, drenando toda su energía. No podía esperar para acostarse en su cama y dormir para olvidar todo.
Levantó la mirada cuando oyó la puerta abrirse y encontró a su hermano sujetándola. "¡Tadaima!" Anunció. "¡Oh, Kei! Que coincidencia ¿huh?"
"Okaeri." El Tsukishima más joven saludó suavemente.
"Bueno, ¿ustedes chicos no llegaron justo a tiempo?" Su madre apareció en una esquina. "Akiteru, ¿cómo estaba tu amigo? ¿Está bien?"
"Si, estará bien." Akiteru informó, gruñendo mientras tomaba asiento junto a Tsukishima. Se sacó sus zapatos y suspiró. "Está lejos de muerto." Rio, recordando las bobas bromas que compartieron en la cama del enfermo.
"Es bueno oír eso." Dijo, volviendo a la cocina. "La cena está casi lista así que límpiense rápido."
Tsukishima se puso de pie y guardó pulcramente sus zapatos en el estante. Estaba a punto de dirigirse a su cuarto cuando Akiteru lo detuvo. "¡Oh, espera! Oye Kei," dicho rubio se volteó. "[T/N]-chan no está pasando por nada serio, ¿o sí?"
"¿A qué te refieres?" Tsukishima indagó.
"Bueno," Akiteru comenzó, rascando la parte de atrás de su cuello. "la vi en el hospital hace poco..."
"Muchas gracias." Akiteru sonrió a la enfermera en la recepción. Reajustó el regalo en su mano y se volteó en la dirección que la enfermera le había indicado. Parpadeó cuando vio un rostro familiar en el pasillo.
Una chica con cabello [C/C] estaba caminando hacia la entrada del hospital con uniforme que le parecía extremadamente conocido. Notó que tenía una mirada triste en su rostro, mirando sus pies mientras caminaba. Inhaló profundamente cuando finalmente recordó quien era, apresurándose hacia ella.
"¡[T/N]-chan!" exclamó. Oyendo su nombre, la chica levantó su mirada inmediatamente, sorprendida de verlo. "¡Qué coincidencia!"
"De seguro es agradable verte de nuevo, Akiteru-san." La expresión que tenía segundos atrás desapareció y fue reemplazada con una sonrisa. "¿Qué estás haciendo aquí?"
"Vine a visitar a un amigo; cayó hospitalizado con un virus." Akiteru rio, levantando el regalo para mostrárselo. "¿Qué hay de ti, [T/N]-chan? ¿Todo bien?"
"Uh..." Estaba ligeramente desconcertada por su pregunta pero rápidamente lo ocultó. "Solo vine para mi chequeo." Sonrió encogiéndose un poco de hombros.
"Ah, ya veo." Él asintió.
"Debería irme ahora; mi papá me está esperando en el auto afuera." Explicó, reajustando la correa del bolso en su hombro.
"¡Oh, seguro! Dale mis saludos a tus padres."
"Lo haré. Me alegró verte de nuevo, Akiteru-san." Hizo una pequeña seña con su cabeza y se apresuró hacia la entrada.
"Tenía una expresión más bien inquieta así que estaba un poco preocupada." Akiteru presionó un dedo en su barbilla, pensando en voz alta. "Pensé que sabrías si está bien pero supongo que no ¿huh?"
"No es nada..." Tsukishima no lo tomó mucho en cuenta y caminó hacia las escaleras. A pesar de lo que había dicho no pudo evitar que lo moleste durante toda la noche.
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Tsuki-dayo
Fanfiction[T/n] es miembro del equipo de voleyball femenino de Karasuno. Como Hinata y muchos otros jugadores, ella es apasionada sobre el voleyball y su adrenalina corre cuando toca el balón. Está en la misma clase que Hinata, y es cercana a el junto con Kag...