Capítulo 55: Nueva Vida.

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Donghae miró por la ventana, aunque en realidad no se estuviera fijando en el impresionante paisaje que podían ofrecerle aquellas impresionantes vistas aéreas. Jamás había subido en un avión y, quizás, si hubiera sido en otro momento, hubiera estado completamente ilusionado mirándolo todo con curiosidad. Pero no, en ese momento no se sentía así para nada.

Se había pasado todo el viaje en silencio, cerrando los ojos de vez en cuando para tratar de dormitar, cosa imposible. Si aquel viaje ya de por si era largo, al azabache se le estaba haciendo eterno. No podía dejar de pensar en Hyukjae y todo el fin de semana que había pasado a su lado. Incluso se planteó si no hubiera sido mejor no despedirse, pues ahora aquello le había dejado una herida abierta la cual creía imposible curar.

Alejó ese pensamiento de su mente. No quería tener la idea equivocada, sabía que si no hubiera pasado ese fin de semana junto al pelinegro, jamás hubiera llegado a recuperarse. Ahora se sentía completo y a la vez vacío.

Suspiró agobiado y alejó sus orbes de la ventanilla posándolas en el respaldo del asiento que tenía enfrente.

-¿Quieres algo de comer.... O beber algo?- preguntó Kibum acariciándole la mano.

Donghae alzó la vista y forzó una sonrisa.

-No gracias... estoy bien.- le contestó.

El moreno le sonrió y suspiró, siguiendo con la vista en aquella revista que llevaba ojeando desde hacía unas horas, sin leer nada. Le preocupaba Donghae... esa mirada de profunda tristeza tardarían en irse. Pero... parecía que algo en él había cambiado. ¿Acaso Hyukjae le había ayudado a vences esos miedos que padecía días atrás? Sabía que algo así había pasado, pues el azabache no estaba tan sumiso como otras veces. Incluso parecía el mismo Donghae de siempre... triste, pero Donghae al fin y al cabo.

-Por favor... abrochen sus cinturones, estamos a punto de aterrizar.

-Cielos... llegamos ya.- dijo Kibum sonriéndole.

Donghae asintió mientras se abrochaba el cinturón y miraba por la ventanilla una vez más. El paisaje era tan diferente a Corea.... Y eso ni siquiera le provocaba ninguna otra emoción que no fuera nostalgia. Ya ni si quiera sentía nervios.

-¿Qué da muy lejos la casa de aquí?- preguntó en voz baja.

-La de mi tía no.- dijo acercándose para observar el paisaje.- pero según me dijo, nos dejará una cabaña cerca de las montañas....

Donghae escuchó aquellas palabras sin alejar la vista del paisaje, cada vez más cercanos al suelo. No le contestó, tan dólo volvió a sumirse en sus pensamientos.

El avión no tardó en aterrizar y detenerse para dejar a los pasajeros desbordar. Kibum tomó un maletín que había guardado en el compartimiento superior, mientras tomaba a Donghae de la mano.

-Vamos... según dijo mi tía, vendrá a buscarnos....

-Me temo que hará mucho frío ahí afuera.- murmuró el azabache.

-Sabía que dirías algo así- dijo abriendo el maletín, sacando un grueso suéter.- ven... vamos a abrigarte bien....

Donghae le dirigió una fugaz sonrisa y tomó el suéter.

-Gracias.- dijo poniéndoselo sin dudarlo ni un segundo. Se colocó el cuello alto y miró a Kibum.- Tú también deberías abrigarte.

-Lo sé.- dijo sacando otro suéter más liviano.- con esto estará bien... sabes que soy una roca....

-Te congelarás.- le dijo Donghae con un suspiro y luego le dedico otra pequeña sonrisa.- he leído que los inviernos aquí son muy duros.

-Ya me abrigaré bien cuando nos instalemos... anda, vamos...

Una mente oscura [EunHae]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora