Capítulo 72: La Bruma Sobre El Caso.

983 82 13
                                    

Hangeng se removió al escuchar el despertador. Murmuró algo sin sentido y estiró el brazo para apagarlo. Volvió a acomodarse sin recordar que tenía a Heechul junto a él. Se pegó como lapa al moreno, sonriendo ante la calidez que sentía.

Heechul medio gruño mientras se despertaba, estaba demasiado cómodo como para tener que levantarse, además había algo que le daba mucho calor. Entreabrió los ojos y se encontró de pleno con la cara del policía, aferrado a él como un peluche.

Frunció ligeramente el ceño, no tenía muy buen despertar.

-Hangeng... me das calor.- Murmuró separándole un poco.

El castaño sonrió al escuchar la voz de Heechul. Recordó entonces los sucesos nocturnos y decidió molestar al moreno. Encontraba cierto placer en ver esa carita de mala leche.

-Tengo frío.- se volvió a pegar enredándose como pulpo con el cuerpo de Heechul, jalando las cobijas para cubrirse completamente.

Heechul volvió a gruñir algo in entendible entre dientes y lo empujó un poco más.

-Estás ardiendo aparta un poco.- le dijo entonces.

Hangeng abrió sus ojos y le sonrió sacándole la lengua.

-Malo.- se estiró un poco.- estábamos tan calientitos y a gusto....

El pelirrojo se dio la vuelta entonces y volvió a cerrar a los ojos. Aún era demasiado pronto.

-No deberías haberme despertado.-Murmuró.- Ese despertador suena demasiado fuerte....

-Si no es así no me levanto.- Se sentó y se estiró como un gato antes de salir de la cama.- Bueno, hora del baño.

Saltó hacia la pequeña silla junto a su puerta y tomó su toalla encaminándose al baño.

El pelirrojo lo único que hizo fue taparse la cara con la almohada y bufar. ¡Menuda energía tenía Hangeng al levantarse!... Él mismo tardaba como mínimo una hora en ser persona humana y recuperar su buen humor, aunque incluso el buen humor aquellos días se había esfumado.

-Despiértame cuando termines.- Añadió con voz ronca, dejando claro que no pensaba levantarse aún.

Hangeng le escuchó a medio pasillo y no pudo evitar sonreír. Heechul era como una gatito malhumorado que se aferraba a uñas y dientes a las cobijas antes de dar un paso fuera y meterse al agua. Pero sin duda comenzaba a encariñarse con ese berrinchudo. Demasiado.

-Si no fuera tan cabreado.- murmuró para sí mismo entrecerrando los ojos mientras abría la ducha y comenzaba a mojarse.

Heechul trató de volver a dormirse pero ya había demasiada luz en el cuarto y si se levantaba a cerrar la ventana ya sí que no regresaría a la cama. Se quedó allí tumbado, tratando de abrir los ojos al fin, aprovechando los últimos minutos de comodidad en aquel lecho antes de levantarse.

Le gustaba esa cama, era mullida, no como la que había en su habitación. Además las sábanas eran suaves y aunque odiaba reconocerlo, le agradaba que olieran a Hangeng, pues era un olor dulce con una pizca de frescura. Sonrió fugazmente y se volvió para quedar boca arriba, sumido en sus pensamientos.

Hangeng volvió a la habitación secando con una toalla pequeña su cabello. Iba con otra enrollada en su cintura, pensando en qué ponerse. Se dio cuenta que Heechul ya se había despertado más pero prefirió no decirle nada. Presentía que el pelirrojo podría levantarse y tirársele encima.

Heechul lo observó de reojo, aún tapado hasta el cuello, sin tener la intención de moverse allí.

-Buenos días.- murmuró medio de mala gana.

Una mente oscura [EunHae]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora