Capitulo 16- ¡Eres un maldito cobarde!

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Me desperté con el cuello duro por dormir en el sofá y aturdida por el ruido chillón de mi nuevo "celular", si así se le podía llamar. Apague la alarma, escucharon bien ALARMA. ¿Maddie Collins con alarma para despertarse? Así es, es todo un logro. Me levanté de a poco y me sobé la cabeza, estaba por morir. No me pregunten porque me duele la cabeza, porque no lo sé.
Apoye mis pies en el suelo y me deslicé hasta levantarme.
Caminé hacia el baño en busca de pasta dental, para sacar el mal olor de mi boca, estoy segura que tendría que comerme todo el pote de pasta dental.

Salí del baño, con un dolor de cabeza terrible, un calor que me volaría los sesos con tal de no sentirlo, pero hay algo bueno ¡Tengo buen aliento!
Bajé hacia la cocina en busca de algo comestible para llenar el agujero negro que tenía en mi estómago, visualicé a Dustin y Vanessa teniendo una charla de hermanos en el desayuno. Decidí no interrumpir, se veían muy tiernos. Así que me escondí tras la pared, para encontrar el momento adecuado de interrumpir.

-¿Así que te gusta un chico?- Oí decir a Dustin.

-Si...- contestó la vocecita de Vanessa, seguramente sonrojada.

-¿Y cómo se llama? ¿De dónde lo conoces? ¿Por qué te gusta? ¿Qué edad tiene? ¿Es buen chico? ¿Cuándo lo traerás para que lo conozca?- le preguntó Dustin como todo un hermano celoso.

-Tranquilo, no lo conocerás, ¡Y tampoco te diré su nombre!- dijo Vanessa riendo un poco.

Supuse que este sería el momento indicado para entrar, antes de que Dustin empezara a gritar porque su hermana no quisiera presentarle al chico que le gusta.
Entré por la puerta, bueno, es obvio ¿No? No creo que haya entrado por el mueble. El punto es que, entré a la cocina.
Dustin sonrió instantáneamente cuando me vio y Vanessa se lanzó a mis brazos para que la cargara.

-¡Maddie!- gritó lanzándose a mis brazos. No sé si no medí bien su peso o que, pero falló su salto y caí al piso con Vanessa arriba mío. Mi cabeza retumbó por toda la sala, Dustin me miró con cara de susto y yo lo miré con la vista nublada.

-¡Mad!- gritó Dustin mientras quitaba a su hermana de encima mío y me sostenía la cabeza para que me sentara.

-Estoy... Bien- le respondí con dificultad mientras me sentaba y me sobaba la cabeza.

-¿Bien? Tú no estás bien, iremos al médico- me dijo Dustin mientras me cargaba y me daba una orden.

-¿Al médico? Claro que no iré, estoy bien Dustin, ¿Nunca te caíste?- le pregunté obvia bajándome de sus brazos.

-Maddie.- me dijo seco mientras agarraba mi brazo y me daba vuelta. Rodeé los ojos y lo miré directo a el mar celeste que había en sus ojos.

-Bien iré, pero no ahora- dije soltándome bruscamente de su agarre y agarrando un tazón para servirme cereales con Leche.

-Wow, con que humor que nos levantamos...- dijo Dustin sentándose en la mesada al lado mío.

-¿Nos levantamos? Perdón, pero tú te habrás levantado de mal humor- dije sería quedando de costado para mirarlo de frente y tirarle un cereal en la cara.

-¿Qué haremos hoy?- me preguntó muy alegre.

-¿Y yo qué sé? ¿Acaso me ves cara de itinerario?- le respondí con ironía.

-Bueno...¿Y cómo estás?- dijo intentando sacar un tema para hablar.

-¿A caso mi cara no te lo demuestra?- le dije apuntando mi cara.

-Estás de mal humor- me afirmó. ¿No enserio Dustin? ¡No juegues! ¡Estoy muy alegre! Dormí genial, la cabeza no me retumba como un tambor y no tengo a nadie al lado mío que esté como un grano en el culo.

El mejor error de mi vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora