Capitulo 25- Declaración.

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En la noche no pude pegar un solo ojo. Estuve toda la noche pensando en lo que diría hoy, me levanté a las 4:00 de la madrugada, me paré frente al espejo y comencé a practicar el diálogo que tendría con Dustin, ya sé, es algo totalmente ridículo, pero ¿Vieron? Es la hermosa magia del amor, espero que hallan notado mi sarcasmo, porque estar enamorada, es una mierda.
Voy a proseguir con mi historia, eran las 5:00 de la madrugada y yo estaba hablando con mi reflejo, hasta que una Ariadna con sueño empezó a gritar como un mono que me callara y a lanzarme cojines. Desde ese momento, pasaron dos cosas:
Primera: Me di cuenta de que no hay que molestar a Ariadna cuando tiene sueño.
Segunda: No pude pegar un ojo en toda la noche.

Me desperté, o más bien dicho me levanté, a las 7:00 de la mañana, lo sé, Maddie Collins se despertó temprano un Sábado, gocen el momento, porque no volverá a pasar. Caminé hasta la cocina y preparé café, literalmente preparé café. Mi hermosa mezcla era una extraña cosa espesa con 300 kilos de café, y una gota de agua, necesitaba un café así. Mezclé lo sólido con el poco líquido, logrando una mezcla parecida a una crema, ¿Qué? Necesitaba mucha cafeína en una mañana como estas.

Tomé el café, y luego fui a bañarme. Me vestí, me sequé él cabello, y me puse un abrigo para salir afuera. Estas eran las cosas que más odiaba de las mañanas: La helada, y no saber qué hacer mientras todos dormían.
Me senté en los escalones de la entrada de mi casa y me dediqué a observar el paisaje lleno de neblina  y sin personas, si algún día llegara el fin del mundo, sería un día como hoy. Me levanté de los escalones y empecé a caminar sin ningún rumbo, solo caminaba, pensaba, caminaba y pensaba. El lugar al que llegué logró sacarme una sonrisa, el muelle. El muelle en donde una vez llegó un extraño chico que estaba en un estado zombie, parecido a mi estado actual, y yo lo ayudé con su vida amorosa. Reí ante mis pensamientos mientras me sentaba en el mismo lugar que hace un tiempo. Me da gracia que yo le halla dado consejos a ese chico para ayudarlo con su vida, pero yo no saber qué hacer con la mía propia.

Miré la hora y eran las 8:30, supongo que daría una vuelta hasta que alguien se digne a despertarse. Decidí ir a McDonald's, ¿Qué? La comida siempre ayuda a los corazones rotos. Estaba por llegar al lugar pero reconocí el rostro de una persona que venía de frente a mí pensando en entrar a McDonald's, Dustin. Creo que no soy la única que se desveló anoche, ni tampoco la única que creía que McDonald's era la cura para todo. Mientras pensaba todo esto quede en  algo así como un shock momentáneo, hasta que él levantó la vista y yo me di vuelta mientras colocaba mi capucha en mi cabeza y sacaba mis lentes, ¿Qué? Nadie sabe que uso lentes, podría decir que soy mi...¡Prima!

Mierda, ahora no podía ir a McDonald's. Así que volví a casa, en busca de alguien que dé señales de vida. Entré a mi habitación y Ariadna seguía muerta en el colchón, pero algo me llamó la atención en la ventana de enfrente. Dustin estaba en su cama mirando la pared como si fuera lo más interesante, hasta que corrió su vista hacia mi ventana y yo en la desesperación por qué no me viera, me escondí al costado de la ventana, me enredé con la sábana de Ariadna y terminé cayendo arriba de ella, Correr o morir, no quería morir, así que cuando Ariadna se levanto con vapor brotando de sus orejas, a correr se ah dicho. Corrí hasta abajo y me encerré en el baño con tranca, él baño, era el mejor escondite hasta que alguien quería entrar al baño, y bueno, el súper plan de quedarse a vivir dentro de la pequeña habitación, se iba a la basura.

Una hora, 30 minutos escondida dentro del baño. Abrí la puerta sigilosamente esperando que Ariadna se haya aburrido de esperar y esté desayunando, o jugando con Peter, pero no. Al abrir la puerta Ariadna, que estaba apoyada en la puerta, calló como muerto dándose contra este, Uh, eso debió doler. Al observarla me di cuenta de que ella estaba dormida, y por más del golpe ¡No se despertó! Busqué una colcha para taparla y la estiré encima de ella para taparla mientras la miraba con ternura.

El mejor error de mi vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora