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Louis pestañeó sorprendido por lo que Harry le había dicho. ¿Cómo era posible que una persona que acabas de ''conocer'' te pida que vayas a su casa? Para Louis eso era algo que no le podía pasar a él.

Harry se dió cuenta de lo que acababa de decir y se arrepintió al instante. Por Dios ¿en qué estaba pensando? De un momento a otro ya le estaba pidiendo a un desconocido que viniera a su casa. ¿Con qué proposito?

El ojiazul sacudió la cabeza y miró a Harry. Si aceptaba ir a su casa no seria solo para comer y hablar unas cuantas cosas, era obvio que se lo había pedido con el fin de que se quedara y era la primera vez en su vida que alguien le pedia algo como eso. Pero tampoco le emocionaba mucho la idea, se sentiría como un intruso, como alguien a quien recogieron de la calle para ser un estorbo.

- N-no quiero molestar- dijo al fin después de un tiempo.

Harry no se impresionó en lo absoluto. Por alguna razón ya esperaba una respuesta como esa pero realmente quería poder cuidar de ese chico.

- No serás una molestia. Créeme, vivo solo y tenerte seria una buena compañia. -No lo había dicho en mal sentido ni nada sino que en serio necesitaba dejar de sentirse solo.

Entonces, Louis pensó diferente. Esta podría ser su oportunidad de vivir una vida mejor, tener a alguien que cuidase de él así como sus padres nunca lo hicieron, tener un amigo, sentirse tranquilo... Sin darse cuenta asintió y Harry sontió mostrando sus hoyuelos. No estaba seguro de lo que había hecho o en lo que se había metido pero estaba seguro de que le gustaría.

Primero, a Louis le parecía muy atractivo Harry, y segundo, no se iba a negar el placer de vivir con alguien que le daria todo o al menos eso pensaba.

Harry tomó a Louis del brazo y lo subió en el auto una vez más pero esta vez se dirigian era a su casa. Esta seria la primera vez que Harry ayudaría a una persona, y le estaba saliendo del corazón, quería hacer algo bueno en su vida para no sentirse tan miserable. Louis no merecía vivir de la manera en la que estaba viviendo, un chico tan hermoso como él no podría estar en esas condiciones y Harry tenía unas tremendas ganas de ver como era el ojiazul sin estar todo sucio. De alguna manera eso le causaba mucha curiosidad.

En todo el camino Louis solo podía observar el auto detalladamente, como si nunca se hubiera montado en uno y observando cada movimiento que Harry hacia. Estaría eternamente agradecido con ese chico.

Al llegar, Harry bajó y por alguna muy extraña razón le abrió la puerta a Louis. Éste aún seguía embobado viendo el auto. El rizado sonrió cuando él volteó y lo miró apenado, bajó del auto y cerró la puerta con un portazo. Se tapó la boca con ambas manos al ver lo que acababa de hacer y se arrepintió mentalmente de haber aceptado la propuesta del rizado.

- Lo siento.

Harry sonrió y negó con la cabeza. Le hizo un leve asentimiento hacia el departamento indicandole que lo siguiera, y así lo hizo. La recepcionista los miró a ambos muy impresionada, Harry nunca solía llevar a nadie al departamento y menos a un hombre que está tan sucio. Louis sentía que moriría de vergüenza en cualquier momento, estar en un lugar en donde solo las personas con dinero estaban lo hacian sentir mal y que lo miraran de esa manera aún más.

El rizado se dió cuenta de lo incomodo que Louis estaba, así que apresuró el paso para llegar lo mas rápido posible al departamento y que él pudiera sentirse seguro y libre de todas esas miradas de desaprobación que le daban.

Cuando por fin entraron al departamento los ojos de Louis casi se salen de orbita, todo lo que estaba viendo era lo mas hermoso que jamás en su vida haya visto. Paredes blancas perfectamente limpias, piso de cerámica, muebles de cuero, mesas de vidrio, una cocina impecable y un televisor pantalla plana en la sala.

My sweet salvation. {Larry Stylinson}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora