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Louis había decidido salir a caminar un rato en vista de que Harry había ido al colegio a ''ponerse al día'' con todo lo que tenia pendiente. Además tenia que salir un poco, necesitaba distraerse y no solo pensar en Harry.

Caminaba por las calles de Londres y a veces entraba a tiendas solo a observar. Hace muchisímo timpo que Louis no salía a la ciudad, si Harry no lo hubiese sacado de aquel asqueroso callejón todavía seguiria ahí tirado y con su miserable vida.

A lo largo de los años Louis había aprendido a vivir así, con los insultos de la gente y todo lo demás, los primeros años si fue dificil afrontar la situación en la que se encontraba pero ya era cuestión de tiempo para acostumbrarse. Hubo un tiempo en el que se podía permitir todos los lujos que quisiese y gastarse una gran cantidad de dinero pero todo eso no le duró mucho porque su más grande secreto se reveló y ya todo se fue a la mierda.

Por eso es que Louis no se quiere a si mismo y piensa que no le agradará a nadie y solo recibirá insultos de todos. Que Harry lo haya salvado ha sido lo mejor que le ha pasado en la vida.

Por cosa rara pasó por el lugar en donde Harry lo había encontrado tirado y se encontró con las personas que menos quería ver. ¿Es que acaso la vida estaba en su contra?

Apresuró el paso pero no sirvió de nada porque ya lo habían visto y ya lo estaban siguiendo. Comenzó a correr y de pronto sintió unos brazos grandes atraparlo. Su corazón se aceleró y estaba muriendo de miedo. Unas pequeñas lagrimas se escaparon de sus ojos y su respiración se volvió agitada.

—Parece que nos volvemos a encontrar—susurró en su oido.

Louis se dio la vuelta lentamente y quedó en frente de esos dos hombres musculosos y altos que le habían hecho la vida imposible. Damian, el que todavía lo sotenia por el brazo sonrió perversamente y Thomas veía todo apoyado en una pared.

—¿Donde está mi putita preferida? —dijo Thomas acercandose.

Ya no podia contener sus lagrimas, salian y salian sin que pudiera pararlas. Lo habían lastimado tanto que con el simple hecho de tenerlos en frente una vez más era razón suficiente para llorar. Thomas lo tomó del mentón con mucha fuerza, hasta llegar a lastimarlo, y hizo que lo mirara.

—¿Como has estado, Louis? —preguntó con voz ronca.

Louis tembló ante su voz. Se notaba que estaba drogado, tenía los ojos muy rojos y cuando hablaba arrastraba las palabras. Al ver que no respondía, Damian lo sacudió fuertemente.

—B-bien. —respondió asustado.

—Parece que te ha ido bien, mira nada más como estas vestido.

Tenía unas enormes ganas de llamar a Harry para que lo ayudara y le diera su merecido a esos imbeciles.

—Me alegra que por fin hayas conseguido con qué sobrevivir. Ya no me estaba gustando la manera en la que vivias.

Se acercó a él y lo besó desesperadamente, como si necesitara sentir los labios de Louis después de tanto tiempo. Metió su lengua hasta el fondo y Louis sentia que vomitaria por el asco que estaba sintiendo en ese momento. Se separó y lamió sus labios para después mirarlo con lujuria.

—Tus labios... Oh Dios, esos labios que tanto me gustan. ¿Ahora a quien le pertenecen?

Ahora me gustaria que le pertenecieran a Harry.

—¡Responde mierda!

—A n-nadie.

—Que interesante, ¿puedo probarlos? —preguntó Damian mientras lo soltaba y lo tomaba otra vez, pero ahora por la cintura. Thomas asintió.

My sweet salvation. {Larry Stylinson}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora