23.

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Louis llegó nervioso al departamento después de su larga caminata por la ciudad —que bastante bien que le hizo— rogándole a Dios que Harry no hubiese llegado ya, pero al entrar se encontró con el rizado sentado en el mueble con una cara de pocos amigos que a decir verdad lo asustó un poco.

—Hola amor— dijo un poco nervioso. —Pensé que llegarías más tarde.

—No, me mandaron a casa y por eso estoy aquí. —respondió de manera cortante. Louis se preguntaba qué había hecho mal esta vez y repasó mentalmente todo lo que había ocurrido desde que salió cayendo en cuenta de que no había sucedido nada demasiado importante y que pudiese ocasionar que su novio estuviese así.

—¿Estás enojado?

—Sí.

Louis bajó la cabeza tal cual perrito regañado y Harry no puedo evitar sonreír, su novio era tan malditamente hermoso que cualquier cosa que hiciera podía hacerlo sonreír como un estúpido, sin embargo, tenía que mantener su posición y exigirle una explicación a Louis, esta vez no se quedaría callado con una simple respuesta del ojiazul.

—¿Por qué? —Louis se acercó lentamente a Harry y se sentó a su lado. —¿Hice algo?

A Harry eso terminó de derretirlo por completo. Que él pensara que estaba así porque había hecho algo le resultaba tan tierno que una vez más no pudo evitar que una sonrisa se plantara en sus labios.

—Louis, necesito que me expliques por qué esto estaba en la habitación. —Harry sacó de su bolsillo la pequeña tarjeta con los horarios de Fantasy que le habían dado a Louis esa tarde en aquel lugar en donde muchos años atrás había trabajado.

+++

Liam estaba recostado en el sofá de su casa llorando desconsoladamente por su amado Zayn, aquel chico del que estaba enamorado, pero había sido tan estúpido que ahora ni siquiera tenía el valor de acercársele y hablarle.

¿En qué estaba pensando cuando le dijo que le gustaba otra persona? ¿Acaso no tenía suficiente con tenerlo a él? La verdad era que no se sentía para nada arrepentido por haberle confesado que gustaba de otra persona, pero de lo que sí se arrepentía era haber terminado lo que tenían, aunque de alguna manera se sentía mal con el hecho de saber que seguiría con él y en sus pensamientos más de una vez tendría a esa persona. No podía hacerle eso a Zayn.

Sin embargo, aquí estaba, llorando por lo mucho que extrañaba la presencia del moreno y el poder hablarle y contarle cada una de las cosas que le pasaban sin tener que guardarse nada.

Estaba debatiendo acerca del qué hacer para recuperarlo y poder superar ese dolor tan gigante que sentía en su corazón cada vez que pensaba en él, pero sus pensamientos lo mantenían totalmente bloqueado y no había una sola cosa que se le viniera a mente que pudiese hacer para tan solo hablarle y decir lo siento.

Se limpió las lágrimas y reunió el valor suficiente para tomar el teléfono y marcar el número de Zayn. Por supuesto que el moreno sabría que se trataba de Liam porque cuantas veces no recibió llamadas de ese número cuando aún no eran novios y aun después de comenzar a vivir juntos seguía recibiéndolas cada hora.

—¿Liam?

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—Entonces, Louis. ¿Me explicaras por qué esto estaba en la habitación? —Harry sabia a la perfección de ese lugar, una vez cuando trataba de descubrir cosas sobre el pasado de su amado lo visitó con Niall y vaya que esta vez si no se quedaría sin respuestas.

Louis se puso bastante nervioso, no recordaba que había dejado eso en la mesita de noche y ¡Que estúpido fue! Debió de haber tenido precaución y tener en cuenta que Harry llegaría en cualquier momento y podría haberlo visto.

My sweet salvation. {Larry Stylinson}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora