(Por: Marissa)
Quiero tener a Chloe Jensen como compañera en mi siguiente trabajo grupal. Listo, lo dije.
Sabía que ella estaba entre los diez mejores estudiantes de nuestro grado pero nunca imaginé que fuera por algo más que su padre siendo benefactor de la escuela.
Faltan dos días para la fiesta y ella todavía tiene tantas cosas en lista que no sé cómo vamos a lograrlo. Sin embargo, sigue insistiendo en que vamos adelantados.
Cuando el camión que trae las bebidas que Christopher ha encargado termina de estacionar, Chloe se une con emoción a la tarea de cargar cajas y empezar a distribuirlas en el almacén detrás del bar. En comparación, elegir en internet las máscaras para el baile me hace sentir inútil.
—Ella no va a dejar que la ayudes —indica Giselle cuando empiezo a levantarme.
—¿Sabes leer la mente? —Pregunta Adrian.
Me doy cuenta que él también se ha puesto de pie.
—La estaban observando y luego se pusieron de pie al mismo tiempo, no es necesario ser un genio —contesta ella—. Ahora sigan con su tarea o van a retrasar su cronograma.
Su tono no admite réplicas, así que vuelvo a sentarme. Después de todo, ellas han sido amigas por años.
Elegir diez tipos diferentes de máscaras nos lleva menos de cinco minutos, pero cuando llamamos a Giselle para que ponga los datos de su tarjeta de crédito, Chloe y Christopher ya han terminado.
Los dos vuelven con nosotros mientras tachan cosas en la lista.
—Quiero que me guarden una de las verdes —dice Chloe mientras verifica lo que hemos comprado—. Como un recuerdo de esta locura.
Las máscaras fueron su idea para ayudar incluso más a la sensación de que no somos nosotros en esa fiesta. Si no podemos ver sus rostros, es mucho más fácil aceptar que la persona del otro lado está interpretando a alguien más.
—¿De recuerdo? —Se extraña Giselle—. ¿No piensas venir a la fiesta?
Hay un pequeño minuto de silencio mientras Chloe luce como si la acabaran de atrapar haciendo algo indebido.
—Yo...bueno...Lydia no va a fiestas —consigue decir finalmente.
—Yo tampoco —dice Regina acercándose y abrazando a Giselle, que luce desolada—, pero mis padres acordaron dejarme venir.
—Lydia no va a fiestas por decisión personal —explica Chloe—. Es una ocasión perfecta para bañar a alguien en cerveza o cualquier idea más desagradable, y ya que le hacen ese tipo de cosas todo el tiempo...
—¿Por qué la estás defendiendo? —Pregunta Adrian.
Por primera vez desde que se puso a dirigir la organización de la fiesta, Chloe parece quedarse sin palabras.
—Porque creo que tal vez podría haber más sobre ella que su encantadora personalidad —admite después de unos segundos—. De eso se trata este proyecto, hay más sobre todos nosotros. Ahora si me disculpan, debo ir a verificar que sus atuendos para la fiesta estén listos, no olviden que las pruebas son...
—Mañana a las cuatro y media —decimos a coro. Nos lo ha repetido al menos unas quince veces.
Ella asiente y abraza a Giselle.
—Vendré el domingo para que me cuentes todos los detalles, ¿sí?
—Vale.
—Perfecto, los veo mañana.
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Camina al INFIERNO en mis zapatos
Teen Fiction"El nombre que han sacado en el sorteo, es el nombre del compañero que les ha tocado en este proyecto. ¿Han escuchado que antes de criticar a alguien deben caminar una milla en sus zapatos? No, no es un trabajo en parejas. Por un trimestre entero, t...