Hard Out Here

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(Por: Chloe)

¡LO LOGRAMOS, LO LOGRAMOS!

Es todo lo que puedo pensar cuando salimos de clase. El profesor ha anunciado que desde el día de mañana, el proyecto vuelve a instaurarse y no puedo ser más feliz. Toda la clase está decidiendo dónde podemos celebrar la noticia, pero yo me alejo un momento con Giselle.

—Voy a extrañar poder estar cerca de Lucas en clase —confieso.

—Intento ser feliz por ti, pero realmente no entiendo qué ves en los chicos.

—Es lindo...

Giselle rueda los ojos divertida.

—Su mamá nos ayudó muchísimo porque está en la junta de padres, igual que la mamá de Marissa. ¿Ella sabe que eres su novia?

—Todavía no hemos sido presentadas, pero la verdad no sé si ese debate era un buen momento, teníamos que estar concentradas en ganar.

—Es bueno que hayamos ganado —afirma Giselle.

Hay algo en su voz que suena diferente de las demás veces en las que lo ha dicho.

—¿Y tú? ¿Estarás bien con esto? Vas a tener que sentarte junto a ella...

—Sé que dolerá, Chloe, pero me doy cuenta que es importante para Regina negar lo que pasó. Algún día quizás se acepte a sí misma, pero no es un trabajo que puedo hacer por ella.

Le paso un brazo por los hombros y ella me da un beso en la mejilla.

—Pasemos este día juntas, igual extraño a esos locos, ¿sabes? Incluso Lydia se había relajado muchísimo.

—Es la que más ha estado pendiente, trajo bastantes argumentos buenos.

—Intentaré hablar más con ella, ¿vale? Aunque solo sea por ti. Hacía una pésima imitación tuya.

Eso me recuerda algo y tengo que despedirme de Giselle rápidamente antes de que la campana de inicio del siguiente periodo me gane.

No me toma mucho tiempo ubicarla, ya que mi altura me permite una vista panorámica de los pasillos.

—Eh, tú.

La tomo del brazo en cuanto me acerco y ella no ofrece mucha resistencia mientras la alejo de sus amigas, pero no me deja llevarla a otro pasillo.

—¿Qué quieres? —me espeta.

—Sé lo que estás haciendo con Lydia, y conmigo misma —digo pausadamente.

—Estás loca, no sé de qué me hablas.

Tengo que darle eso, es una actriz francamente buena. Quizás lo suyo es el taller de actuación.

—Lo repetiré: sé lo que estás haciendo, déjanos en paz. Es ridículo que hagas esto por un chico, encima uno que ni siquiera te respeta y va por ahí acosando a otras chicas.

—Mira, niña rica, no sé de qué me hablas. Deja de insultar a mi novio.

—¿Niña rica? Eso no es culpa mía, intento tener una conciencia social. No me va muy bien porque siempre he tenido dinero, pero estoy trabajando en eso. Hay muchas cosas que no sé de cómo funciona el mundo y de las que no puedo aprender porque ni siquiera sé que no las sé. Mi privilegio me puede cegar mucho, pero al menos lucho contra eso. Tu has elegido cegarte por algo tan ridículo como poder alardear de que le quitaste un novio a alguien.

—Yo no le quité el novio a nadie, ellos terminaron y él me eligió a mí.

—Es verdad que nadie le quita un novio a nadie, no voy a discutir eso. No me importan los pormenores de tu relación, solo quiero recordarte que sí, quizás soy una "niña rica" —hago comillas con las manos para enfatizar mi punto—. Incluso si el proyecto regresa, todavía soy Chloe Jensen fuera de aquí. Nos guste o no, conozco a mucha gente, y me hacen caso. Sigue intentando acosarnos y voy a aplastar tu vida como a una cucaracha.

—No sé de qué me hablas.

—¿Ah no? Bueno, pues a ver si te acuerdas con el video que grabé de ti colocando un sapo en mi casillero.

Es lo único que se me ocurre que no habría podido pedirle a alguien más, así que juego todo a esa carta.

Su cara muta a una expresión de terror y siento un alivio infinito así como una sensación de absoluta victoria.

—Bien, veo que lo recuerdas —exclamo triunfante—. Gracias por escuchar.

Me alejo pasillo abajo con una sonrisa del tamaño de Rusia cuando escucho un grito a mis espaldas:

—¡Eres una perra, Chloe Jensen!

Absolutamente todo el pasillo voltea a mirarme, pero no me dejo amilanar. Vuelvo sobre mis pasos y me detengo a una distancia prudente.

—¿Sabes? Mi oferta de aplastarte era un intento de ser amigable. Sigue así y ese video no solo irá donde el director, sino a todas mis redes sociales Te reto.

El timbre de la escuela suena mientras digo las últimas palabras y me alejo en una salida triunfal al ver su cara de total pánico. Doy las gracias mentalmente a Lily Allen, creo que ya sé sobre qué voy a escribir mi poema para la clase. Lo titularé: "El mundo es difícil para una perra".

Camina al INFIERNO en mis zapatosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora