Capítulo 19

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-¿Sobre qué quieres hablar? - pregunto seco.


-Te explico acá, te veo en el hospital, en la habitación de Tamara.- me cuelga.


Salgo de la universidad bajo la mirada de todos, camino por la acera hasta que veo un taxi y lo detengo. Le doy la dirección, en el camino estuve pensando y preguntando me lo que mis padres me querían decir. Digo mis padres porque, si mi papá esta, mi mamá también.

Cuando llegamos le doy el dinero, el cual gané en una pelea en la cual participe hace unas semanas. Camino hacia la recepción a paso lento, quiero atrasar lo más posible la reunión con mis padres. Espero a que el ascensor baje, cuando llega y abre las puertas entro al ascensor y presiono el botón, comienza a subir. En cuanto se abren las puertas salgo y camino hacia la habitación. Los largos pasillos se vuelven mas largos de lo que son, los pensamientos de lo sucedido en la universidad vuelven. ¿Por que hizo eso? ¿Por qué me engaño? La impotencia viaja por mis venas y la decepción inunda mi corazón.

Llego a la habitación de Tamara; entro y me encuentro con Lisa y Edgard, mis padres, junto a Marcus y Miranda.


-¿De qué querían hablar?- les pregunto tosco, me pongo al lado de Tamara y le acaricio el cabello, todavía esta pálida.


-Siéntate, es algo muy delicado.- no me muevo.- Bien, queremos decirte algo muy impactante, no sé cómo te lo tomes.- dice mi padre, juntando sus manos.


-Solo dilo.- digo, cruzando mis brazos y mirándolo.


Los padres de Tamara están sentados en un sillón al lado de la camilla de Tamara, mientras mis padres están parados cerca de la puerta.


-Tú tienes una hermana gemela.- dice mi madre.


-¿Qué?- pregunto incrédulo, mi cara pierde todo rastro de sangre.


-¡No vuelvas a ofenderla de esa manera! ¡Ella es la madre de mis hijos, así que exijo respeto! - les grito, con la cara roja de la furia.


¿Cómo llegamos a esto? Simple, los comentarios de mis padres, no soportan que me haya ido de la casa para poder estar cerca de los niños, además de no hacer lo que ellos quieren. No entienden que ya soy mayor de edad y que ya puedo tener consciencia sobre mis decisiones.


-Respeto es lo que ella no te da, no te creas que no sé lo que ella te ha hecho todo este tiempo.- me grita.


-¡Pero yo la amo!- grito, haciendo que callen.- yo la amo, por favor respeten mi decisión.-les ruego.


-Prácticamente, estas criando a unos niños que tu tan siquiera sabes si son tuyos.- me dice mi padre.


-¡CALLATE!...no te metas con los niños.- lo señalo, con los dientes apretados.


-Es la pura verdad, tu solo confías en que son tuyos porque no tuviste la decencia de protegerte.- me reprocha mi padre.


-Tal vez, porque nunca tuve un padre que se preocupara por mi, me enseñara a protegerme o como conquistar a una mujer.- le reprocho.- ¿Sabes qué? Ahora se porque me fui de casa. Mándale un saludo a mi hermano, claro si pueden.- digo con sarcasmo, miro a mi madre.- Adiós, Lisa.-


Camino hacia la puerta, sin mirar atrás; la abro y me encuentro a una Kelly con ojos y nariz roja.


-Yo...- se desmorona y cae de rodillas al suelo.



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