-¿Qué película quieren ver?- pregunto.
-¡El Principito!- gritan los gemelos.
Miro a Kelly con una sonrisa, ella me mira con una sonrisa y se encoge de hombros.
Compro las taquillas y entramos, compro palomitas y refrescos. Entramos a la sala que nos tocaba, entrego las taquillas y entramos. Nos sentamos y comienza la película. Los niños prestan a todo lo que pasa, se ven tan lindos concentrados y relajados. Cuando salimos Brianna bosteza, a los segundos Brunno la sigue. Tienen sueño.
-Vamos a casa, ustedes están muertos de sueño.- le estiro la mano a Brianna y Kelly a Brunno. Ellos la aceptan, cruzamos la calle, les abro la puerta del carro, ellos entran y se ponen los cinturones. Rodeo el auto y abro la puerta a Kelly, ella me da una sonrisa de agradecimiento, como cada vez que le abro la puerta. Cuando ella entro yo cierro la puerta. Vuelvo a rodear el auto y entro. Enciendo el auto. Miro por el retrovisor y veo que los niños se han quedado dormidos, Brianna con la cabeza en el hombro de Brunno y él encima de la de ella. Sonrío y miro a Kelly, ella me mira con anhelo y temor.
-¿Qué ocurre?- pregunto nervioso y preocupado.
-Hace seis días, tú me prometiste algo y no quiero que lo cumplas.- se queda en silencio unos segundos, tragando el nudo en su garganta.- Tú me prometiste que, si yo descubría quienes de verdad me querían, tú te irías para siempre y yo no quiero eso.- susurra con los ojos aguados.
Se abalanza sobre mí y me besa, yo le sigo. Me besa con pasión, anhelo y amor. Ella pone sus brazos en mi cuello para acercarnos más, pongo mis manos en sus caderas y la pongo encima de mis piernas. Nos separamos por falta de oxigeno, pegamos nuestras frentes, mientras jadeamos buscando aire. Abro los ojos, y me topo con sus labios hinchados. Subo la vista y veo sus impactantes ojos azules, más oscuros.
-Te prometo, que no te voy a dejar. Jamás.- digo sin pensar.
Me abraza, nos quedamos así por unos largos minutos.
-Gracias, de verdad, no sé que hará sin ti.- dice volviendo a mirar mis ojos.
Estamos frente a la mansión, ya subí a los chicos, ahora es momento de irme.
-¿Seguro que no quieres llevarte mi carro?- pregunta preocupada.
-Seguro, quiero caminar por la calle esta fría noche y pensar.- le digo con una sonrisa.
Se me acerca y me arrebata un beso. De esos que te arrebatan hasta el corazón. Nos separamos y veo sus ojos brillosos.
-Ve con cuidado, ¿sí?- asiento, con una sonrisa.
Salgo de ahí con una sonrisa tonta en la cara, ella es la mujer con la que quiero pasar el resto de mi vida, que seamos viejitos y veamos nuestros nietos crecer. Puede que suene bien común, pero es la pura verdad, ella me hace sentir de una manera inexplicable. Es como si estuviera en las nubes, a su lado siento como si un zoológico entero estuviera en mi estomago y cuando sonríe es simplemente inimaginable, las galaxias se quedan cortos al lado de mi amor por ella, es como el π, es incalculable.
Miro al frente, veo tres chicos, parecen pandilleros o algo así, uno de ellos saca una pistola y me apunta.
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Recuerdame.
NouvellesBrandon Walker es un joven, 21, universitario que estudia su bachillerato en Administración de Empresas. En la Universidad lo molestan por vestirse como ñoño, ser un gusano de libros, tener frenos en los dientes y anteojos gigantes. Las chicas lo re...