Capitulo XXIV (Maraton 2/4)

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Tres semanas.

Tres estúpidas semanas en las que no le he dirigido la palabra a Nat, Gilo, Angela, Ashton, Josh, Sean, Fede, nadie. Mi familia no era la excepción, Julio incluido.

Me encontraba enfadada conmigo misma por algo que ni siquiera yo había realizado, me había vuelto una antisocial en éstos días por él, por aquel acto que me dejó marcada "de por vida".

Las tardes se volvían aburridas si no entablaba una conversación con alguna de mis amigas o con el divertido de Sean. Ahora me encontraba en el hospital, al cuidado de niños pequeños con cáncer entre otras enfermedades mortales.

-Srta. ______ -Me llamó una de las niñas.

-¿Sí? -Respondí con una sonrisa forzada.

-¿Me leerías este cuento, porfavor? -Pidió con una sonrisa muy tierna.

-Claro Phoebe.-Articulé tiernamente mientras tomaba aquel librito de breves páginas.

La chica castaña se acomodó en la camilla y con sus ambos lindos ojos celestes, observó atenta a como le leía.

Reía con sus muecas de asco cuando musitaba una frase como "¡La caca podrida!" y otras más.

-"Los buenos recuerdos.. nunca se olvidan." -Musité al terminar aquel lindo cuento, Phoebe ya hacía dormida tapada con sábanas blancas y yo tenía lágrimas en los ojos, aquella historia me había llegado al corazón.- Buenas noches Phoebe. -Sonreí mientras acomodaba la oscura frazada y las sábanas blancas.

-Tu turno termi.. ¿Qué ocurre? -Cuestionó Amelia corriendo hacia mi. -Nada.. -Sonreí limpiando mis lágrimas- Una simple historia.

-¿Estás segura? -Insistió- ¿No es por el Nat ese? -Preguntó haciendo una mueca de desagrado.

-No. -Contesté cortante, recordarlo no me agradaba mucho.

-Vale -Sonrió- Tu turno terminó, cuídate ______. -Se despidió mientras quitaba de mi bata blanca.

-Adiós Amelia..

Marqué el botón para que el elevador llegara donde me encontraba y en menos de la mitad de un segundo, llegó. Me adentré en éste y oprimí el número "1", fué entonces cuando recordé una de las líneas que decía aquel texto:

"-No olvides nada de lo que has pasado, tu primer beso con él, tu sonrisa y el efecto que causas en los demás al hacerlo, cuando John te dijo todo lo que sentía por tí, los lindos días que pasamos juntos, porque recuerda.. los buenos recuerdos nunca se olvidan-Musitó Christopher."

Las puertas del elevador se abrieron en señal que debía bajar, llamaría a Marco para que viniese por mi y al llegar, me tiraría sobre la cama como en estas últimas tres semanas.

-Marco, necesito que vengas por mí. -Dije cuando atendió el celular.

-Estoy a la vuelta de la esquina señorita ____. -Contestó.

-Claro, gracias. -y corté.

Caminé donde Marco me había dicho y efectivamente, allí estaba estacionado con el gran vehículo oscuro.

-¿Hará una parada extra? -Cuestionó Marco desde el asiento piloto. -No. -Sonreí desgastada- Solo llévame a casa, gracias.
- Como usted ordene.

Miré por la ventanilla del vehículo, parejas felices, de adolescentes a ancianos. Era tan hermoso, como desearía tener a mi persona indicada para pasar con ésta el resto de mi vida. Anhelaba que "mi persona indicada" fuera él, Nat. Pero no. Wolff jamás luego de su acto con Summer.

No te tengo miedoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora