Capitulo XXXI

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-¿Por qué no las envía ahora?.

-Porque nadie le obedecería, solo sus cobardes camaradas. -Comentó Nat.

-Si jamás hubieran ido a ese horrible lugar, esto no estaría ocurriendo. -Musité fría, continuaba enfadada con ellos, pero no por su, ahora, no falsa promesa, sabía la verdad sobre eso; si no, porque habían asistido a aquel pub.

-Pero, recuerda la causa.. -Habló Gilo- fue por tí, queríamos olvidar como te alejaste de nosotros.. -Sentí una gran culpa, era verdad.

-Lo siento.. -Susurré arrepentida.

-¡Abrazo grupal! -Gritó Sean, haciendo que todos nos uniéramos en un lindo abrazo amistoso.

(...)

Llegué a mi hogar, a eso de las 14:43 PM, seguida de Nat. Mamá había ido a algún lugar desconocido -Para mí- por asuntos de trabajo.

-Puedes observar televisión si quieres.. -Sugerí a él mientras yo seguía caminando hacia mi habitación.

-Espera.

Tomó mi mano y me atrajo hacia él, uniendo nuestros cuerpos, muy pegados; y luego nuestras bocas en un suave beso que luego se volvió fogoso..

-Te amo, ¿Lo sabías? -Habló entre besos.

Me guió a las escaleras, aún sin alejar nuestros labios y entramos hasta mi habitación, para luego, caer sobre la cama.

Nat me besaba con delicadeza y me acariciaba de la misma manera, como si de un cristal se tratase, los besos eran interrumpidos por pequeñas risitas de ambos
.
-También te amo, y con todo mi corazón.. -Contesté tierna, mientras la vestimenta desaparecía de nuestros cuerpos.

¿Estás segura de que quieres esto? -Preguntó sobre mis labios con la respiración agitada.

-No he estado más segura de algo en mi vida. -Musité con una sonrisa coqueta, mientras que rodaba para dejarle a él bajo de mí.

-Serás mía, así nadie podrá acercarse a tí. -Sonrió a lo que yo reí y comencé a acariciar su pecho, hasta llegar centímetros más arriba de su zona baja, donde, al rosarla... ocurrió algo que jamás podría ser capaz de olvidar.

-Te amo, te amo, te amo.. -Me dijo con la respiración entrecortada.

-Yo también.. te amo de aquí al infinito y más allá.. -Musité mientras dejaba rastro de un fugaz, pero tierno beso en sus labios.

Sentía como sus manos viajaban desde mis hombros hasta la parte baja de mi espalda, y era como si una descarga eléctrica recorriera toda mi columna, yo solo estaba ahí mirando a sus ojos que me veían con una intensidad que jamás había sentido.

Nat se acerco a mi oído y me susurro –Eres lo mas hermoso que he visto en mi vida- solo basto con decir eso para que algo dentro de mi se encendiera y en un movimiento rápido cambiamos de posición y era yo ahora quien me encontraba encima de él. Siempre pensé que cuando me encontrara en una situación así me sentiría nerviosa de que me estuvieran viendo desnuda, pero con Nat justo ahora mirándome así, me sentía hermosa, me sentía deseada, y lo único que quería era que esa sensación nunca desapareciera.

Deje un camino de besos desde sus labios hasta el elástico de sus bóxer y al llegar ahí me detuve, dirigí mi mirada hacia arriba y ahí encontré a Nat mirándome fijamente, como diciéndome que podía seguir, y lo hice. Con manos temblorosas fui bajando sus bóxer hasta que desaparecieron de mi vista y lo que vi me dejo sin palabras y un terror recorrió mis pensamientos –que todo eso no iba entrar en mi, no había forma alguna- y el miedo en mi rostro ya que Nat soltó una pequeña risita y me dijo –Tranquila, no te va a pasar nada malo- y yo solo sentí como la sangre se me acumulaba en las mejillas.

No te tengo miedoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora