CAPÍTULO 4

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La vida algunas veces regala a las personas la oportunidad de ser felices por el resto de sus días sin tener qué esforzarse. Si se deja pasar esa oportunidad, entonces es probable que el Karma se ensañe en hacerles ver el error que han cometido y, de querer esa oportunidad de nuevo, habría qué pasar por mil infiernos.

Eso era lo que sucedía con Becky Stark, había dejado pasar la oportunidad de ser feliz mientras ella hacía feliz a un hombre que realmente lo merecía, ahora vendría ese fuego oscuro que la quemaría por dentro hasta la última fibra de su ser. Desde que había llegado a su habitación se había sumido en un sueño intranquilo en donde sólo se repetían las frías palabras del Capitán Steve Rogers.

Sin darse cuenta, había dormido casi dieciséis horas continuas; Tony tuvo que ir a buscarla a su habitación pues ni siquiera la voz de Jarvis pudo despertarla. Abrió la puerta despacio para entrar y encontrarse con la oscuridad de la habitación de su hermana, caminó despacio hasta la cama donde ella estaba dormida de lado con una manta encima. Se sentó a su lado y tocó su brazo para despertarla sin ser muy brusco.

-¿Becky? - la llamó despacio mientras aprovechaba para verificar los niveles del suero en la araña metálica de su brazo, permanecía estable afortunadamente.

-Mmh...¿qué pasa? - despertó rápido al escuchar a Tony llamarle, se sentó en la cama mientras él le sonreía para tranquilizarla.

-Has dormido mucho y la fiesta esta pronta a comenzar, deberías irte preparando - le explicó mientras ella se levantaba de la cama poniendo una de sus manos cerca de la sutura en su cabeza.

-Oh, Dios...¿Pepper ya llegó? - se acercó al espejo para mirarse, lo que encontró la decepcionó. Tony se puso detrás de ella y la volteó hacia él para mirar su cara.

-Mírate, tienes menos de un mes conmigo y ya tienes marcas en el rostro. Prometí que te cuidaría - dijo él con el ceño fruncido más a modo de auto regaño.

-Tranquilo, sabes que esto no me asusta - le respondió ella sonriendo y mirando el círculo de luz que había en el pecho de su hermano.

-Lo sé, eres tan necia como nuestra madre - acarició la cara de ella con cuidado recordando a la valiosa mujer que acompañó a su padre hasta el último respiro de su vida.

-No... no pude comprar ningún vestido, Tony - dijo ella cambiando el tema que los llevaría a sentimientos que ambos trataban siempre de evitar.

-Oh, sobre eso... fui esta mañana a recoger el auto en el centro comercial y me encargué de eso. Espero que te guste, creo que el estilo te sentará muy bien - le dijo él mientras Becky lo miraba sorprendida.

-¿Me compraste un vestido? - él no respondió, la tomó de la mano y la llevó a la habitación contigua, donde al abrirla se encontró con un lindo vestido color negro que tenía una chaqueta color azul oscuro a juego - Tony, es hermoso. ¡Me encanta!

-También encontré esto en la camioneta - dijo él mostrándole el dije de la estrella de cristal que antes había comprado.

-Creí que lo había perdido... - dijo ella tomando la cajita de las manos de su hermano.

-¿En serio? ¿Una estrella? Podrías haber sido más sutil - preguntó él insinuando su posible significado.

-No es lo que estás pensando, la Sra. Müller me decía Sternchen (Estrellita) - trató ella de evadir lo que Tony decía.

-¿Sólo eso? - Tony no era de los que de daban por vencidos, por lo que insistió levantando el mentón de ella para que lo mirara a los ojos.

-Ya no importa lo demás, él me odia - dijo ella poniendo una cara triste y sentándose en la cama.

El comienzo de la Evolución © #PStaxPV Donde viven las historias. Descúbrelo ahora