Secuela de: "El Legado Stark"
Después de un año, Becky Stark vuelve a Nueva York. La reciente caída de S.H.I.E.L.D. ha dejado un gran vacío en los Vengadores, quienes necesitarán la ayuda de la chica cuando se ven afectados por una nueva y gran ame...
En la vida hay distintos tipos de tormentas, cada una con diferente intensidad. Lo que todas tienen en común es que no son para siempre y se puede volver a disfrutar del sol y la calma otra vez. Esa paz era la que sintió Becky a pesar de ser las cuatro de la mañana.
El llanto de su hijo la despertó para anunciarle que estaba hambriento. Suspiró y justo cuando se disponía a hacer el esfuerzo por levantarse, sintió el enorme brazo del Primer Vengador atrayéndola hacia él para besar su hombro y su cuello en repetidas ocasiones.
—Yo iré, no te levantes —dijo él mientras se separaba de ella y caminaba hacia donde su hijo de apenas dos meses. El pequeño se removía en su cuna esperando que pronto lo alimentaran.
El Capitán lo tomó en sus brazos y besó su cabecita tratando de calmarlo y dejara de llorar. Usualmente, al tacto de sus padres, Aiden entraba en una paz absoluta y se quedaba escuchando las palabras o las tiernas canciones que le cantaban. Steve se perdía siempre en el instante en que su hijo estaba con él, no podía poner en palabras lo que sentía por la vida que estaba experimentando.
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—Heredó de mí que adora estar en tus brazos... —susurró Becky desde la puerta mientras veía a Steve arrullar a su bebé. Él le sonrió y se acercó despacio a ella, que se había abrigado con una sudadera de él.
—Y de mí el amor que te tengo... —El Capitán besó a su esposa y con cuidado le entregó al niño ahora que ella se había levantado para darle pecho. Vivían aún en la torre pues el complejo no estaba del todo terminado y Tony debía realizar las pruebas de seguridad adecuadas.
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Desde el día que nació, Aiden había transformado la vida de sus padres dándoles un motivo inmenso por el cual enfrentar cualquier cosa que llegara y sin importar el costo. Y ese sentimiento no era sólo de Steve y Becky, pues también Tony y el resto de los Vengadores que aún se encontraban en la torre veían en Victoria y Aiden un futuro sin precedentes. No había día en que Pepper no ayudara a Becky con las nuevas tareas de madre y hasta la tierna Victoria estaba encantada con su primo; la primera vez que lo vio, le sonrió emocionada para después preguntarle a su madre si podrían llevarlo a casa con ella.
