CAPÍTULO 1

28.8K 1.7K 314
                                    

El conductor del taxi la dejó en la entrada del hospital más importante de Washington, D.C., el cual era fuertemente custodiado por la policía, el ejército de los Estados Unidos y otros más a los cuales no pudo identificarles el uniforme. Tenía que ingresar rápido por la puerta principal ya que el resto de las entradas serían difíciles de cruzar; estaba segura que su corazón iba a salirse de su pecho pronto por todo lo que significaba estar ahí.

Se apresuró a caminar hacia la puerta siempre tratando de parecer lo más natural posible. A cada lado de la puerta había un hombre con un arma, por lo que caminó sin mirarlos esperando que no la vieran, ni siquiera sabía si el rostro de "la hermana de Tony Stark" había salido ya a la luz. Ya dentro del enorme hospital sabía que no sería fácil encontrarlo. Pero tenía que verlo, saber que iba a estar bien.

Como caídas del cielo, tomó de uno de los escritorios privados una bata clínica, un cubre bocas y una tabla con información de los pacientes. Entró al elevador asumiendo que de ninguna forma posible tendrían al Capitán América al alcance de la puerta de entrada y presionó varios botones al azar para que se fuera deteniendo cada cierto tiempo mientras llegaba a los pisos más altos. La adrenalina y los nervios la carcomían por dentro pensando en lo enojado que iba a estar Tony por no haber seguido las indicaciones como él lo había dicho, pero su hermano tendría que entender que no había fuerza en el mundo que le impidiera ver a Steve después de saber lo que le había sucedido.

Revisaba la tabla con la información sin encontrar nada que le ayudara a guiarse por el inmenso hospital, sabía que había otra manera de averiguarlo pero se negaba rotundamente a hacerlo. Comenzó a desesperarse cuando el elevador se llenó de doctores, hasta que un par de hombres con chaleco anti balas le llamó la atención. Ellos seguro sabían en qué área tenían al Primer Vengador, respiró profundo y se recargó en la pared al final del ascensor para que nadie la viera de frente.

En cuestión de segundos, sus ojos comenzaron a resplandecer de un color azul. Pareciera que la iridiscente luz de otras galaxias se hubiera apoderado de sus pupilas. Entonces comenzó a escuchar lo que la gente no decía, pero sí lo que guardaba en su mente. Un laberinto de pensamientos que tendría que cruzar para poder llegar a él.

"Ojalá se ponga bien mi madre".

"Tengo hambre, ya quiero irme".

"El paciente afortunadamente se pondrá bien".

"El piso dieciocho es área restringida y es allí donde hay más habitaciones solas, podría dormir ahí".

"Debo avisar a mi jefe que el Capitán está descansando y que su visita se ha ido".

Detuvo su travesía por las mentes de quienes la acompañaban en el elevador, sus ojos se apagaron al color hazel y respiró entrecortadamente debido al uso de reciente de una habilidad que mantenía enterrada en lo más profundo de su ser, pero también por la danza que bailaba su corazón presa del pánico de saber que estaba cerca. Bajó del elevador en el piso diecinueve para averiguar lo que había en el piso anterior cuando las puertas se abrieran.

Usó las escaleras de emergencia para volver al piso donde minutos antes había escuchado que se encontraba el Capitán América. Cuando se vio a la mitad del largo pasillo blanco supo que aún la tenía difícil, comenzó a caminar despacio hacia el final de éste para después dar vuelta hacia la izquierda. Al final de ese nuevo pasillo vio que dos hombres fuertemente armados custodiaban la sala de espera, las piernas le temblaron y creyó que iba a desmayarse. Tony va a matarme, pensó mientras comenzaba a caminar de nuevo.

Suspiró y volvió a dar paso a esa misteriosa aura azul que inundaba sus ojos, toda información que pudiera recabar seguro le salvaría en caso que la descubrieran. Se quedó de pie al lado de una columna para no llamar la atención, escuchando y sintiendo a la vez.

El comienzo de la Evolución © #PStaxPV Donde viven las historias. Descúbrelo ahora