Secuela de: "El Legado Stark"
Después de un año, Becky Stark vuelve a Nueva York. La reciente caída de S.H.I.E.L.D. ha dejado un gran vacío en los Vengadores, quienes necesitarán la ayuda de la chica cuando se ven afectados por una nueva y gran ame...
Después de haber pasado varias horas debatiendo internamente esos sentimientos que ahora se adherían a su pecho, el Capitán Rogers se quedó dormido sin soltar la mano de Becky ni siquiera un momento. Los seis minutos en los que había enfrentado un mundo sin ella aún lo perseguían y cada vez que se sentia ahogar por ellos, levantaba la vista para darse cuenta que ella estaba frente a él.
Después de que Loki fusionara la energía del cristal con el suero de Becky y ésta se introdujera en su torrente sanguíneo, la hermana de Tony recuperó la estabilidad de sus signos vitales y sus ojos cambiaban de vez en cuando a un azul índigo que aún nadie podía explicar.
De lo que sí estaban seguros era de que ni el suero ni el cristal ayudaban a que ella sanara más rápido, por lo que la Dra. Cho ya se encontraba planeando la cirugía para reacomodar dos vértebras lumbares que no habían alcanzado a tocar en la cirugía previa. Becky se mantenía inconsciente pero en su mente veía un aura azul que le provocaba una paz inmensa.
De pronto, esa energía que la mantenía en un reposo tranquilo se desvaneció, lo que provocó que poco a poco recuperara la sensibilidad en su cuerpo y, con eso, el dolor por las lesiones.
Steve seguía con la cabeza apoyada en el colchón de la cama mientras envolvía la mano de Becky entre las de él. Se había adormilado un poco debido al sonido de los aparatos médicos, por lo que cuando sintió el movimiento de unos frágiles dedos entre sus manos no pudo evitar sobresaltarse un poco.
Becky abrió despacio los ojos, tratando de acostumbrarse a la intensa luz blanca de la sala. Cuando logró enfocar todo a su alrededor, se encontró con el rostro que siempre iluminaría sus días.
-¿Steve? - su voz afónica apenas se escuchó pero el Capitán pareció volver a la tierra de los vivos apenas se encontró con sus ojos hazel y su voz que lo invadía por dentro.
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-Sí, preciosa, ¿cómo te sientes? - el Capitán, realmente, no había medido sus palabras debido a que la emoción de escucharla lo desgarraba por dentro al tratar de salir, y tampoco es que se arrepintiera de haberlo dicho.
-Can...cansada... ¿Qué...? - comenzó a preguntar ella con dificultad en la voz. Steve supo que ella buscaba los recuerdos en su memoria al ver cómo se movían sus ojos y hacía un gesto de dolor al intentar mover algunas partes de su cuerpo. Entonces lo recordó todo y sus ojos se llenaron de tristeza y miedo.
-Hey, tranquila...tranquila - se acercó Steve a ella y acarició con cuidado su cara, cuando él la miró a los ojos supo de qué se trataba.
-Yo...morí... - fue lo único que dijo mirando directo a los ojos del Capitán, su color le recordó al aura con la que había soñado. En su aturdimiento, llegó a pensar que seguía muerta y ése era un paraíso donde Steve se había quedado con ella.
-Vas a estar bien, están atendiéndote muy bien. No te preocupes por nada - le respondió él aún inclinado muy cerca de la cara de ella. Becky sólo pensaba en que no quería perderlo de vista.
