EL JUICIO DE LOKI

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Al pasar ocho meses después del nacimiento de Aiden, los Vengadores se trasladaron al nuevo complejo al norte del estado de Nueva York para continuar la planeación de las interminables misiones desde allí. Pepper y Becky vivían también allí con sus dos pequeños hijos en una exigencia máxima de Steve y Tony por mantenerlos a salvo.

La vida no era tan mala en el complejo, pero a veces le preocupaba a Becky que no se sintiera tanto como un hogar para su hijo, o que terminara acostumbrándose a estar rodeado de situaciones tan complicadas para un bebé. Pensaba en eso en los brazos del Primer Vengador que aún descansaba en la cama que compartían.

—¿Steve? —susurró Becky acurrucando más su cuerpo desnudo contra el de él, quien movió el brazo para apretarla más.

—¿Qué pasa, cielo?

—¿Crees que sea posible vivir en Brooklyn? —El Capitán abrió los ojos y volteó a mirarla extrañado por su pregunta. Sin embargo, respondió con otro cuestionamiento.

—¿Quieres vivir en Brooklyn? —Steve quería que tanto Becky como Aiden tuvieran todo cuanto desearan, pero vivir lejos del complejo lo ponía nervioso. Habían mantenido en privado todo con respecto a las peculiaridades genéticas de su bebé, aunque fuera sólo cuestión de tiempo.

—A veces sólo quisiera que Aiden pasara tiempo lejos de esto, y no me refiero a ninguna de las personas que están aquí...me refiero a los problemas —respondió Becky abrazándose aún más al Primer Vengador, él besó su frente considerando lo que ella había dicho.

—Lo entiendo, veré qué podemos hacer, ¿sí? —dijo él sin muchos ánimos de que estuvieran fuera del complejo pero comprendiendo que sus responsabilidades como Vengador no deberían afectar a su hijo.

—Aunque sea por cortas temporadas, o simplemente algunos días... —Becky se incorporó un poco sabiendo que Steve estaba por levantarse ya. Como si fuera una alarma, Aiden comenzó a llorar pidiendo a su madre.

—Hablaré con Tony, sabes que las cosas no están muy en calma que digamos. —Steve salió de la cama junto con Becky y ambos se dispusieron a hacer lo necesario para salir y atender sus obligaciones. Él en el centro de operaciones, y ella en la cuna de su bebé.

Becky se dio una ducha rápida y alistó a Aiden para llevarlo a la enorme cocina del complejo que en esos días se encontraba casi siempre sola y así prepararle algo de comer a su hijo. Con frecuencia se sorprendía a ella misma mirando los inocentes ojos de su bebé que, con su característico tono en cada uno, dejaba a muchos con la boca abierta. Lo llevaba en brazos cuando entró a la cocina y lo acomodó en la entretenida silla para bebés que su tío Tony le había regalado mientras ella cocinaba algo sencillo para ambos. El Capitán ya debía haberse reportado con el resto de los Vengadores para verificar nuevas noticias sobre los mejorados que aún no habían podido detener y continuar la búsqueda exhaustiva de Bruce Banner.

No había mejor cosa en el mundo que cuidar de su pequeño y Becky pasaba mucho tiempo con su hijo. Terminó de alimentarlo y mientras limpiaba la cocina, la sobresaltó un ensordecedor estruendo que hizo temblar hasta a la tierra. Sabía que se trataba del Bifrost, por lo que rápido tomó a Aiden en brazos y lo llevó con ella hasta la parte de afuera del enorme edificio. Allí, Steve y Natasha ya saludaban al recién llegado, Thor.

 Allí, Steve y Natasha ya saludaban al recién llegado, Thor

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El comienzo de la Evolución © #PStaxPV Donde viven las historias. Descúbrelo ahora