CAPITULO 20

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Condujo un rato, hasta que llegamos a un especie de restaurante. Lo describo así porque en realidad parecía una gasolinera. Pero ahora me tengo que conformar. Necesito preguntar algunas cosas.

Llegamos hasta la puerta del establecimiento. Un chico, sonriente nos recibió. Nos enseñó una mesa, la tomamos. Tome aire y mi más firme expresión. Aunque ahora que la tengo enfrente, pude apreciar de nuevo lo muy hermosa que es Lia. Una morena más que deseable. Pero debe tener novio. Era definitivo.

-Y bien? –la anime a empezar a contarme, sonrió de medio lado. Mostrándome sus adorables hoyuelos, no pude evitar sonreír de puro encanto.

-Okey –dijo seductoramente, me estaba cautivando –Decidí venir, nadie me obligo –aseguro con cara de fastidio. Comprendí y solté una inaudible risita –Solo porque pensé que necesitarías una amiga. Solo llame a Marie para que me diera tus datos.

Había algo que aún no terminaba de cuadrarme, pero eso sería mi paso a seguir.

-Pero, Como fue que diste conmigo en el parque? –ahora si su piel teñida de pálido. Me preocupó. Fruncí el ceño por su repentino cambio de actitud. Tome su barbilla e hice que me mirara fijamente –Me lo puedes decir, te prometo que sea lo que sea, no te reprochare nada.

Mordió su labio inferior. Ya estaba asustada. Tenía un mal presentimiento de todo esto.

-Sasha... -dijo en un balbuceo. Abrí los ojos como platos y me acerque.

-Sasha¡? –estaba enojada, así que todo fue parte de un plan de la maldita esa. Para alejarme de Perrie. Y yo como una idiota dejando que todo pasara así sin hacer nada.

-Jade, por favor... Déjame hablar, sé que esto se ve mal, pero hay una explicación –Claro que había una explicación, en este mismo momento. Pez debe estar con la perra esa que tiene por amiga. Diciendo no se cuanta porquería sobre mí. Me levante de la mesa, esta vez sin importarme quien me llevaría. O como llegaría a casa. Tire el servilletero al piso dejándola perpleja.

-Vete, a la mierda Lia –con toda la ira que tenía, escupí las palabras anteriores. Sentada aun, hizo que reaccionara el chico que nos estaba atendiendo. Confundido igual que todos en aquel sitio, me miro sorprendido. No hice caso y camine hasta la salida. Siempre escuchando las suplicas de Lia tras mío.

-Dios¡¡¡ , Jade... déjame explicarte –en el estacionamiento, tomo mi codo. Se lo arrebate brucamente.

-No te atrevas –la amenace, me miro con cierto temor –No sabes de lo que soy capaz.

-Debes calmarte –sugirió, la mire irónica mientras reía

-Ah enserio? –dije sarcástica

-Déjame hablar, y te prometo que si después quieres irte. Te dejare hacerlo y no insistiré mas –termino con sus ojos apunto de desbordarse en lágrimas.

Debe ser algo más grave de lo que pensé. Lo pude notar, por cómo me veía, por como sus manos hacían ese extraño movimiento.

Bufe sin más argumentos para discutir, y la verdad sin ánimos para hacerlo. Cruce mis brazos, vencida. Ella suspiro aliviada, alcanzando a mostrarme una linda sonrisa.

-Vale, pero aquí no –farfulló –déjame llevarte a mi departamento.

-Lo siento –atine a decir antes de que esbozará otra palabra –pero debo ir a casa. Mi madre debe estar pegada al techo esperando por mí. Mejor me llevas a mi casa, me doy un necesario baño y después pasas por mí.

Sonrió de medio lado, y achino los ojos pensando muy bien su respuesta. Ella sabía que no tenía escapatoria, era eso. O ya no volverme a ver más.

Realmente No Te Merezco ~. ||Jerrie Thirlwards ~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora