Realmente No Te Merezco ~. ||Jerrie Thirlwards ~

CAPITULO 57

La ceremonia estaba empezando y todos estaban con esa expresión lúgubre en sus rostros, yo mantenía mi mirada fija en el cajón que en su interior contenía a mi rubia esposa. La corona de flores decoraba inútilmente el ataúd mientras algunos dejaban flores sobre él, Sasha estaba a mi lado al igual que Lauren. Los niños estaban siendo cuidados por Lia quien se ofreció amablemente, pues no quiso asistir según ella porque jamás tuvo una relación estrecha con Pez, supongo que en cierto aspecto tiene razón. Pues Lia jamás fue del agrado de Perrie. El doctor Morris estaba al otro extremo del circulo que estaba conformado por parientes y amigos de la fallecida rubia, Lucy, Vero entre otras enfermeras que atendieron a Pez están aquí junto con la doctora encargada de las quimioterapias llamada Camila Cabello... Creo.

Creo que se preguntaran por mi madre... Pues ella está justo ahora internada en un centro de rehabilitación a las afueras de la cuidad. Ella obviamente esta enterada del fallecimiento de Pez pero aun así no quiso asistir, supongo que no es nada fácil para una madre ver como entierran a su hija. Y es más saludable para ella que tampoco este aquí, supongo que está pasando por su duelo en privado y en total paz ahora que no tiene deudas pendientes con nadie.

-Estamos aquí reunidos para darle el ultimo adiós a nuestra hermana Perrie Louise Edwards –El sacerdote empezó a hablar cuando sentí el nudo en mi garganta formándose insidiosamente –Una chica digna de respeto y admiración –Sasha sollozo mientras tomaba la mano de Lauren en busca de apoyo –Una mujer que a pesar de las adversidades que la vida reservo para ella, siempre ofreció una sonrisa incomparable y que llenaba de alegría a cualquier lugar a donde iba –Sonrei estando totalmente de acuerdo con esas palabras –Para sus amigos... Familia, y esposa ella siempre fue un sinónimo de esperanza, coraje y valentía, lucho contra la leucemia por años manteniéndose fuerte por sus seres queridos... Hoy nos despedimos, rogando a Dios que la tenga en su santa gloria donde por fin podrá descansar en paz... Amen.

-Amen. –dijimos todos al unísono.

Las lágrimas no parecían estar dispuestas a cesar en ninguno de los asistentes, Lauren abrazaba a Sasha mientras ella se aferraba a su esposa con una necesidad impresionante, Lucy y Vero lloraban mientras arrojaban rosas a el ataúd de mi esposa, Los sepultureros empezaron a trabajar cuando el cajón bajo lo suficiente. Solloce fuertemente atrayendo la atención de todos allí. Mis piernas empezaron a flaquear y entonces sentí como unos brazos me sostuvieron firmemente, alce mi mirada encontrándome con los ojos grises del viejo amigo de la familia, James Morris.

-Cariño ven aquí... -me tomo en un abrazo que yo agradecí con todas mis fuerzas. Mis brazos se enredaron alrededor del hombre mientras escondía mi rostro en el hueco de su cuello, sollozando tal cual una niña pequeña –Todo saldrá bien Jade... Esto es una prueba... Ella está ahora en un lugar mejor.

Deje que todo mi dolor, frustración e ira con el mundo se fueran en mis lágrimas y lamentos. Pero en el fondo de mi corazón hay tranquilidad, porque sé que hice lo posible por hacerla feliz, porque sé que Perrie ya dejo de sufrir.

La mano de Morris se posó sobre mi cabeza mientras acariciaba mi cabello en acción de consuelo.

-La perdí... La perdí... -Era lo único que podía decir mientras me negaba a alejarme de aquel hombre. Sasha y Lauren se unieron al abrazo haciéndome sentir en calma aunque sea por unos segundos.

-Jamás la perderás... Ella siempre te amo y sé que donde quiera que este te sigue amando con la misma intensidad –La voz del anciano seguía reconfortándome y haciéndome sentir aunque sea por unos momentos que mi vida no era una mierda después de todo.

Ahora la lápida era lo único que podía observar, su nombre junto con su fecha de nacimiento y la fecha en que murió estaban plasmados en el grueso objeto. Una foto de mi sonriente y hermosa Pez aparecía justo al lado con un mensaje que ella misma escribió alguna vez.