CAPITULO 34

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-Ven aquí...

De algún modo urgida pero ahora eso no importaba ninguna de las dos. Su cabello hizo cosquillas en la parte posterior de mi abdomen cuando se ubicó en mi entrepierna. Suspire dejando que saliera cualquier poco de aire que aún quedaba en mis pulmones, la deseo. La deseo con ansias.

No aguante un segundo más. Tome su cabello entre mi puño y la traje hacia mí con brusquedad, a ella no pareció importarle en lo más mínimo y me sonrió de medio lado. Sus ojos ahora tenían un aspecto más oscuro y lujurioso. Mordí mi labio inferior.

-Quiero que me folles, Jade –aquello salió brotando de mi garganta. En un pedido indecente y dificultoso. Las llamas que encendieron sus ojos y ese brillo con el que sus mejillas se tiñeron me hicieron dar cuenta de lo satisfecha que había quedado con mi repentina desfachatez.

-Que boca tan sucia, Perrie –un tono divertido y irritantemente sarcástico me hicieron elevar mis ojos al cielo. No era momento de juegos, y odio que mí placer dependa única y exclusivamente de ella.

Sus labios abrazaron los míos con delicadeza, sin perder esa manía de morderme con fuerza. De algún modo ya me estaba empezando a acostumbrar, una sonrisa se dibujó en mis labios cuando sentí su mano curiosa recorrer la línea de mi abdomen hasta mi centro. Sentí el sabor metálico en algún modo excitante de mi sangre salir por mi labios. Amaba que ella ahora me tratara de esta manera, de una manera menos maternal y más salvaje, eso es exactamente lo que estaba buscando. Y pese a mis rabietas anteriores, creo que lo logre.

-Pez... -su voz sonaba exagerada y enronquecida. Alce la mirada y me encontré con esas dos perlas intimidantes. Gruñí y le guiñe un ojo, sus labios se curvaron y me dio otro beso casto y corto.

Se levantó de mi cuerpo, en busca de algo. La seguí todo el tiempo con la mirada pero ella solo buscaba algo entre la mesa de noche, fruncí el ceño curiosa de algún modo. Su mirada se conectaba por momentos con la mía, pero ella se encargaba de evadirme. En alguna manera yo ya sabía que tramaba pero quería dejar que me sorprendiera.

Mis ojos se abrieron como platos cando vi el objeto colgando de su mano. Una risa ronca y divertida lleno el silencio de aquella habitación, trague duro. Y pase mi mano por mi cabello. Con dificultad la mire y ella me correspondió con una mirada picara. Sonreí de medio lado y la invite a cercarse, la polla de plástico colgaba de su mano derecha mientras ella se encargaba de moverla de forma exagerada. Mi boca se sentí seca y la sola idea de imaginármela mientras me folla con eso me hace humedecer de inmediato.

-Date vuelta. –me estaba encantando el tono que usa conmigo, duro y tratando de sonar firme. Hice rápidamente caso a su orden y le di la espalda, pegando mi cuerpo a la suave colcha.

Sus manos tomaron mis tobillos e hizo que separara mis piernas desmesuradamente. Gemí al sentir la punta del objeto rozar mi clítoris. Ya lo tenía preparado, todo esto, amaba la idea.

Subió lentamente hasta mi hombro, lo beso delicadamente. Sin dejar de chupar y succionar la zona, eche mi cabeza para atrás aferrándome a la baranda de la cama. El deseo me estaba consumiendo y ella solo me torturaba.

-Quiero que me avises si te llego a lastimar –aquí vamos de nuevo. Tiene que dejar se preocupar4se por mí, almenas en el sexo. Sonreí y negué mientras reía, asentí y deje pasar por alto su advertencia.

Pasaron algunos segundos, hasta que sentí como la dura polla empezó a tomarme. Mi respiración se empezó a hacer cada vez más pesada y podía sentir como las manos de Jade me tomaban por el trasero. Se aferró a mis caderas y empezó a moverse con más ritmo y precisión, mi espalda se arqueo entonces quede un poco inconsciente tratando de procesar todas las deliciosas sensaciones. Por momentos podía escucharla balbucear algo que no logre escuchar, gracias a mi exagerado intento de mantenerme respirando.

Golpes firmes y certeros en mi cu** me hicieron sobresaltar. La sensación no era desagradable todo lo contrario. Podía sentir el máximo placer cuando lo hacía.

-Por Favor... -mi noble intento porque fuera más rápido se quedó en la pobre palabra. La escuche reír con falta de humor, bajo nuevamente haciéndome cosquillas con su cabello en la espalda. Me estremecí. Beso mi mejilla y luego susurro.

-Por favor, Que? –era despiadada sin duda alguna. Trague duro y tome aire.

-Dame más Jade. Quiero que me tomes con fuerza -sin ninguna vergüenza y no tenía por qué tenerla, ella obedeció. Tomando mis caderas con fuerza me penetro como quiso.

Cada vez me embestía más rápido y más duro. Cada golpe que daba sus caderas con mi trasero era una prueba irreemplazable del éxtasis al que me estaba llevando. Mi boca se abrió en un intento por gemir pero aquello quedo en el olvido cuando sentí sus dedos masajeando mi clítoris.

-UGHHH –deje que mi boca cordura su fuera al diablo. Me agarre del borde del colchón, aferrándome con fuerza a este –OH, DIABLOS JADE NO PARES¡¡¡

Estaba muy cerca de tener el mejor orgasmo de mi vida, y ella lo sabía a la perfección.

Pov Jade

No estaba dispuesta a dejarla descansar. No ahora. Ella está a mi completa merced, depende de mí para correrse y eso es algo increíble. Su trasero estaba rojizo por mi constante ataque, su cuerpo se meneaba conforme yo la penetraba, su cabello envuelto entre mi mano, mientras la tenía a mi completa merced.

Estaba cerca, sé que está cerca. Me moví con más fuerza y su grito ahogado me hizo darme cuenta de lo mucho que se divirtió con esto. Su cabeza cayó sobre la almohada dejando su culo aun en la misma posición. Mordí mi labio y lo bese varias veces. Empecé a subir con besos húmedos por su espalada hasta su mejilla. La bese con dulzura e hice que se acomodara sobre mi pecho.

-Estas cansada? –pregunte como una niña inocente.

Rio por lo bajo y poso sus manos sobre mis pechos. Quito el arnés de mi cintura y empezó a besar aquella sensible zona. Suspire tomando su cabeza entre mis manos.

-De ti? –Sonaba peligrosa y picara –Jamás...

-Buena Chica. –levante su rostro y bese su frente –Estas bien? –pregunte algo preocupada, revolvió los ojos

-Jade, Basta –si fue una mala pregunta, sonreí y asentí.

-Bien, Bien –me excuse mientras ella negaba con la cabeza.

-Te amo -dijo haciendo un cariño con su nariz. Sonreí y asentí sintiéndome completa cuando ella suelta esas palabras de su sabrosa boca.

-Yo mas, Hermosa.


Realmente No Te Merezco ~. ||Jerrie Thirlwards ~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora