Realmente No Te Merezco ~. ||Jerrie Thirlwards ~

CAPITULO 36

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Lamento no haber actualizado estos días. He estado ocupada, pero aqui les dejo un Cap Largo para disculparme

PDT: Acaso no se ve bien violable la Pez en esta foto .... GRRRR

Los minutos pasaron lento dentro del auto. Ella conducía, mientras yo me perdía entre la vista de la ventana del copiloto. No tenía ni la más mínima idea de qué demonios me estaba ocurriendo, pero decidí empezar a pensar en cosas de verdad importantes para mí. Y como eso no me refiero a que Sasha no lo sea. Simplemente ella ahora me tiene más que confundida ahora mismo.

-Pez... -voltee mirándola de reojo. Se notaba que estaba preocupada, lo sabía de ante mano –Hay algo que tengo que decirte antes de entrar.

Aparco el auto en lo que parecía ser el estacionamiento del lugar. Parecía lindo, pero no tenía ni idea de que era lo que la ha tenido tan inquieta toda la mañana.

-Dime... –dije mostrándole una sonrisa alegre. Torció la boca y se quitó su cinturón de seguridad.

-Se trata de mi jefe. –dijo nerviosa. Sonreí más ampliamente animándola a seguir –Es que... -no entendía nada acerca de su actitud. Me estaba empezando a intrigar –Él no es una persona muy de acuerdo con nuestras preferencias...

Frunci el ceño y ladee un poco mi rostro.

-A que te refieres? –dije temerosa. Rogando porque no fuera lo que estaba pensando.

Evadió mi mirada y se centró en la cabrilla del auto. Gruñí irritada por su maña de dejarme en ascuas.

-Anda, Jade. Dime –ahora sonaba desesperada y asustada. No había nada que pudiese hacer ahora para que mis manos dejaran de sudar.

-Mi jefe es homofóbico. Perrie –dijo como si no fuese nada. Su mirada parecía perdida en el vacío a través del cristal de la ventana.

No tuve ninguna reacción principal, solo me quede mirando su perfil con una expresión nula. Estaba intentando pensar en una respuesta pero no se me ocurría nada. O al menos algo de lo que pudiera decir sin tener que arrepentirme después, ¿Estaba enojada?. Si por supuesto que lo estoy.

-Dime algo... -exigió sin dejar su rostro voltear a verme.

Bufe alejando con un suspiro un mechón de cabello de mi cara.

-Qué quieres que te diga? –dije irónica. –Que no me importa que la gente para la que trabajas nos consideren unos bichos raros por solo amarnos como tontas?...

Entonces se volteo. Sus ojos estaban a punto de desbordarse en lágrimas y yo me empecé a sentir mal, acerque mi mano a su mejilla donde limpie una lágrima rebelde. Odio verla llorar, lo odio tanto. Pero es lo que siento, no puedo creer de verdad que ella trabaje con ese tipo de personas.

-No entiendes –se excusó –No fue mi elección, tuve que hacerlo.

-Hay más secretos, Jade –dije cruzándome de brazos –Tal vez, ahora que veo que no me tienes ni la más mínima confianza puedas empezar a engañarme con más recurrencia.

-Basta. –Dijo exaltada –No tienes ni idea de lo que he hecho por ti. No tienes derecho a decirme que no confió en ti, Perrie.

-Porque no me lo dijiste antes? –ahora ambas estábamos subiendo nuestro tono de voz. Y yo me temía que solo terminaríamos en una estúpida discusión nuevamente.

-Porque no te quería preocupar –dijo obvia –Además no es algo que te deba interesar demasiado...

Alce mis cejas, siendo imposible hallarle un sentido a sus palabras. Rugí de pura ira y deje caer mi puño en la guantera.