CAPITULO 35

580 37 2
                                    

Se acomodó en mi pecho. Mientras hacía cariños con sus dedos en mi abdomen. Sonreí encantada con lo que estaba ocurriendo, por primera vez en mi vida me siento completa y dichosa de la vida. Solo porque la tengo a ella, y a nadie más necesito para sentirme de ese modo.

-Saldrás mañana? –pregunto curiosa. Bufe al recordar mis compromisos.

-Debo –dije a regañadientes –Tengo algunos asuntos pendientes...

Se levantó nuevamente de su posición y me miro fijo. Estaba empezando a enojarse siempre lo sé por cómo me mira.

-Como que tienes algunos asuntos pendientes? –su tono había cambiado radicalmente y yo solo me limite a tomarla por la cabeza para besarla rápidamente.

-Por favor no te enojes de nuevo –reí sobre sus labios hasta que la sentí tranquilizarse.

-Entonces no me hagas enojar. –dijo haciendo un puchero. Sonreí y bese cortamente este.

-Tú te enojas por todo –dije pellizcando suavemente su nariz. Sonrió de medio lado admitiendo mi punto.

-Entonces dime que son esos... ''Asuntos pendientes'' –dijo haciendo comillas con sus dedos. –O es que acaso no tienes confianza en mí?

Bufe y rodé los ojos.

-Deja la paranoia Edwards –dije burlona –Debo ir a arreglar un asunto con el dueño del bar donde trabajo...

-Trabajas en un bar? –estoy segura de que ya se lo había mencionado antes pero ahora me doy cuenta de que no está allí cuando le hablo.

-Si –dije molesta –Y tú deberías saberlo... Ya te lo había dicho antes.

-Oh claro –dijo excusándose –Lo sé, Lo siento...

Sonreí y asentí sin darle mucha importancia. Ella se acostó en el borde de la cama, y yo la cubrí por la cintura con mis manos. Puse la frazada sobre nuestros cuerpos y me dispuse a apagar la luz.

-A qué horas te vas mañana? –dijo rompiendo el silencio de la oscura habitación. Quite su cabello de mi cara para responderle

-A eso de las nueve –respondí sin importancia.

-Podría ser que me lleves contigo? –pregunto temerosa y ansiosa. Reí por lo bajo y la atraje más a mi cuerpo, estaba caliente. Como ella sabe ser, nuestros cuerpos desnudos unidos bajo la protección de la cobija era magia pura.

-Imposible negarme si me lo pides como una niña de cinco años –dije burlona. Rio y golpeo suavemente mi pierna, me queje como si de verdad me hubiera dolido

Pov Perrie

No estoy muy segura si estoy volviéndome una loca paranoica, pero desde que despertamos he podido notar a Jade más nerviosa de lo habitual. Cualquier cosa que digo o hago le molesta de una manera extraña, no lo demuestra por supuesto, pero aun así puedo darme cuenta de lo que ocurre.

-Bebe espérame en el auto. En seguida voy –una sonrisa fue lo mejor que pudo ofrecerme, después de un beso corto y delicado.

Ella desapareció entre el pasillo dejándome a solas. Corrí como pude hasta el baño donde me dirigí inmediatamente al espejo, tal y como lo pensaba mi nariz estaba sangrando y si Jade no lo noto fue por puro milagro. Agarre un paño que estaba sobre el mármol y empecé a limpiar cualquier evidencia, sé que ya no tengo que ocultar mi enfermedad de nadie. Pero no quiero preocupar a Jade, no ahora que ella parece estar tan feliz. Bufe y pase mi mano por mi cabello, casi me echo a llorar cuando pude observar el manojo de pelo rubio hecho maraña sobre la palma de mi mano. Solloce para mí misma, estaba destruida. La Leucemia me está consumiendo poco a poco y aunque no quiera... Sé que mi final es próximo y no hay nada ni nadie qué lo pueda evitar.

Realmente No Te Merezco ~. ||Jerrie Thirlwards ~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora