Llegó el viernes por la noche, la verdad es que tenía ganas de un día de tranquilidad después de una semana demasiado movidita.
Me ducho y me pongo el pijama, como hago siempre, pero justo cuando me voy a tumbar en el sofá se escucha el timbre.
-¡¿Pero qué haces así vestida?! Ya es la hora de la fiesta, ¡ponte ahora mismo el vestido negro que compramos! Te espero en el sofá, no tardes mucho.- Se trataba de Diego. Asiento y subo a mi cuarto.
-Diego... no sé si me apetece.
-Venga anda, lo pasaremos bien, además, estos días has estado un poco rara, te vendrá bien despejarte y reírte.
-Tienes razón, ahora vengo, no tardó nada.
Iba vestido con un pantalón de pana beige, una camisa blanca que le favorecía mucho, y el pelo alborotado que le quedaba de escándalo. Definitivamente, es guapísimo.
¿Cómo se me podía haber olvidado la fiesta? Menuda cabeza que tengo...
Cojo el vestido negro, y unos zapatos de tacón que me regaló mi madre el año pasado, estaban sin estrenar, pero la verdad que me realzaban mucho la figura. Me peino un poco el pelo, es castaño y ondulado, es una de las pocas cosas que me gustan de mi. Cojo la raya de ojos y el rímel, y me pinto un poco, no entiendo por qué me quiero poner tan guapa, pero me gusta verme así.
Bajo al salón y lo primero que veo es la cara de asombro de Diego. Veo como me mira y creo que le gusta como voy.
-¡Estás preciosa María! Wow.- Me guiña un ojo y sonríe, otra vez esa sonrisa perfecta. Me limito a sonreír.
Salimos de casa, estamos en la puerta, voy a bajar las escaleras y es cuando noto un escalofrío al notar la mano de Diego en mi cintura. Me giro, y sin enterarme de nada más, me planta un beso en los labios, nunca pensé que llegaría a sentir éstas mariposas, que ridícula sueno.
-Llevo mucho tiempo esperando, y hoy creo que era el día, te quiero de verdad María.- Mira hacia abajo, noto como se sonroja. -Bueno, ya habrá tiempo de hablarlo, ahora vamos a la fiesta, que estás de escándalo.
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"Mítica chica"
Teen FictionMaría no es la mítica chica. Es diferente, no es como las demás. Su problema es que tiene miedo, nunca se ha atrevido a expresar sus sentimientos. Hasta que se da cuenta de que estaba enamorada del chico equivocado. Y cuando se da cuenta, ya es tard...