Capítulo 25: ¿Rusa?

383 22 0
                                    

María

No entiendo nada. ¿Qué cojones ha sido lo de Diego? No me puedo sentir más culpable. Ha muerto por mi. Por mi culpa. ¿Cómo he podido ser tan imbécil? Diego era un chico diez, y yo he sido tan tonta...

Lo siento joder Diego. No puedes irte así. Y toso por mi. Por estar enamorado de mi. Pero es que yo no lo estaba de él. Le quería, y sentía cosas muy fuertes. Pero él se merecía algo mejor. No a alguien como yo.

Me he enterado de la noticia cuando estaba en casa con Rich. Sonia, la madre de Diego me llamó en cuanto pasó. Pero en cuanto el padre me vio, me echó de su casa. Me echaba la culpa de todo, de lo que le había pasado a Diego. Lo entiendo. Puedo entenderlo. Pero joder, es lo último que necesitaba.

Sonia en cambio se acercó a mi y me dijo lo que Diego había escrito en su carta presuicidio.

Sus palabras me dolieron tanto. Siento tanta rabia. Por una parte, ¿cómo pudo hacer eso Diego? ¿Cómo pudo ayudar a esa persona? Sin embargo, si lo pienso, todo ha sido por mi culpa. Si yo no me hubiese acercado a West. Los dos seguirían vivos. La que debería estar muerta soy yo. Pero suicidarme no serviría de nada. Las cosas no se arreglan así. No iba a solucionar nada.

Y encima le dije a Diego que nuestro beso fue un error, de verdad que soy de lo peor.

-María, no es tu culpa.- Me dice Rich mientras me sostiene en sus brazos.

-Sí lo es Rich. La que debería estar muerta soy yo.

-No digas eso ni en broma, ¿me oyes? Eso es una tontería. La vida es así de caprichosa. Tú no tienes la culpa de nada. Y ni se te ocurra hacer ninguna tontería, por favor.

-No, tranquilo. Voy a seguir investigando por ellos. Al menos quiero averiguar quién es el culpable de todo esto. Le odio.

-¿Quieres seguir investigando? ¿O prefieres seguir mañana?

-Ahora Rich. Igual mañana ya es demasiado tarde. Todo va muy deprisa aquí.

-¿Podrás? Si quieres yo busco y tú me ayudas. Simplemente estás conmigo. Es muy duro lo que ha pasado hoy.

-Rich, quizás deberías alejarte de mi.

-¿Por qué?

-Todos los que se acercan a mi, están muertos. Mira West, Diego, Lara... Todo ha sido por mi culpa.

-Correré ese riesgo. Me gustan los riesgos.

-No seas tonto. Hablo enserio.

-Y yo. Estaré a tu lado siempre María.

-«Siempre» es una palabra muy fuerte.

-Lo sé. Por eso la digo pequeña. Tranquila.

Me acerco a él y le abrazo con fuerza. Me está ayudando mucho con todo. Le tengo que agradecer tanto...

Al cabo de un rato Rich coge mi portátil y se pone a buscar.

-¿Cómo decías que se llamaba la primera chica?

-Olga Petrov.

-Ese apellido es ruso... Estoy seguro.

-¿Y qué?

-Nada. Sólo decía.

Al cabo de buscar un rato vemos una chica en internet con esos nombres. Y sí, encaja con nuestra ciudad.

-Por lo que parece... Es prostituta.

-¿Cómo lo sabes?

-Muy sencillo. ¿Sabes el bar Cullen?

-Sí, me suena.

-Pone que trabaja allí de camarera. Poca gente lo sabe. Pero ese bar es un puticlub.

-¿Cómo lo sabes?

-Mi tío es policía. Y tenían un compañero que había sido acusado de ayudar a la trata de blancas y prostituirlas, en ese bar.

-¿Y crees que todas las víctimas serán prostitutas?

-Sigamos investigando. Pero esto no tiene buena pinta.

"Mítica chica"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora