Rich me lleva hasta casa. Ha sido una noche movidita. No hemos dicho nada en el trayecto a casa. Hasta que llegamos y me despido de él.
-Gracias por traerme y por pagar la cena Rich. ¿Quieres pasar a tomar un chocolate, o un café? Con las prisas no lo tomamos e igual te apetecía tomar uno. Si prefieres irte a casa no pasa nada.
-No, me encantaría quedarme contigo preciosa. Vamos, ¿aparco aquí?
-Sí, ¡claro! Te espero dentro, hace frío. ¿Café o chocolate caliente?
-Si es como el del otro día, chocolate, estaba buenisimo.
-Como usted mande.- Le doy un beso en la mejilla.
Entro a casa y me doy cuenta de que mis dos padres ya están dormidos. Mejor, no quiero que me empiecen a hacer preguntas. Miro a ver si hay chocolate ya preparado y me doy cuenta de que sí. Lo caliento en el microondas y lo pongo en dos tazas.
-Rich, ya estás aquí, bien. Bajamos al sótano, ahí esta mi cuarto.
-Vas un poco deprisa monada.
-Imbécil.- río- Allí hay un minisalón.
-Bajemos entonces.
Bajamos al sótano y nos sentamos en el sofá. Es un sofá cama, abro el sofá y nos sentamos juntos. Me gusta tenerle cerca, nos tapamos con un manta y empezamos a tomar el chocolate caliente.
-Cuéntame algo preciosa.
-Oye, ¿y Sara?
-Sara y yo, acabamos hace unas semanas. Pero no pasa nada. Solo foll- no acaba la palabra- solo hacíamos el amor. Pero sin amor.
-Ósea, follabais.
-Eso.
-Te mereces algo mejor.
-¿Alguien como tú?
-Yo no soy mejor. Soy un desastre. Nadie ha sabido arreglarme.
-No hay que arreglarte. Eres un bonito desastre.
-Gracias Rich.
-¿Por esto?
-Por todo.
Me da un beso en la cabeza. Me dejo caer sobre sus brazos. Cierro los ojos y me duermo.
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"Mítica chica"
Teen FictionMaría no es la mítica chica. Es diferente, no es como las demás. Su problema es que tiene miedo, nunca se ha atrevido a expresar sus sentimientos. Hasta que se da cuenta de que estaba enamorada del chico equivocado. Y cuando se da cuenta, ya es tard...