LA ESPERA

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Ya han pasado mucho tiempo desde que estoy sentado al borde de esta pileta que muestra en su parte superior a una pequeña estatua adorno, como en cualquier pileta la verdad no se como llamarlo, ya que tuvo tantos nombres así como leyendas se crearon en torno de este pequeño adoro través de los tiempos. Ya han pasado muchas horas y aún sigo esperando en este lugar como la misma paciencia con la que inicie a pesar de que sé, que no llegara nadie a mi encuentro, pero eso importa ya fui yo, quien tomó la decisión de esperarla y es por eso que aún así estoy en medio de esta plaza casi vacía.

Puedo escuchar al fuerte viento como hace silbar a las hojas de los árboles en medio de esta madrugada, también puedo notar como su frías rafagas recorre mi interior sin encontrar resistencia, y a pesar de todo yo sigo sentado en el borde de esta pileta esperándola pacientemente concurren los días y casi desolado en las noches.

Recuerdo que cierta vez vi, si no me falla la memoria, la observe correr, jugar, saltar y sonreír; bueno sonreirme a mi luego que notara que la veía hipnotizado en este lugar, si, admito, sólo necesite verla una vez para enamorarme perdidamente de ella. Y desde aquella vez decidí esperarla aquí mismo, en este lugar en el cual la conoci y es aquí donde pase horas, días, semanas, meses y las estaciones de los años hasta que deje de respirar. embrez de seguir aquella tan mencionada luz blanca del descanso decidí seguir esperándola a pesar de las décadas que ya han pasado, la seguiré esperando.

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