HISTORIAS EXTRAÑAS

LA AMENAZA

La frialdad de esta noche, no se compara con la de su piel...

Admitiré que encontré la satisfacción, al punto de llegar al clímax de un sentimiento que no conocía, si, esos gritos de dolor esas lágrimas y luego los débiles jadeos crearon en mí mi mente una melodía, algo así como el himno de la alegría, si, esa que creo beethoven esa armonía que estimula tus sentidos a un clima poco común, lástima que la fuerza de tus gritos bajaron dejando inconclusa la melodía en mi mente...

Bien, sé que ya no respira con normalidad, luego de todos eso cortes que te hice, bueno al menos aún jadeas con devoción. La veo pálida aunque está empapada de todo ese color carmesí, en fin, veo como cierra los ojos, de seguro la muerte ya llegara por ella en cualquier momento, y bueno, yo... Dejare este escrito en algún papel cerca de una esquina así que, quien lea esta líneas algo absurdas le diré.

“Sonríe que te espero en la siguiente esquina que cruces…”