HISTORIAS EXTRAÑAS

DESPERTAR

Un extraño ruido me despertó dando así inicio un otro día más de monotonía, cogí la cosas de mi alrededor, cogí una bebida y salí a trabajar con la ganas naturales de quien quiere hace algo por su existencia de alguna forma, domingo el día más pesado de la semana, solo me levanté cogí mi móvil y salí a trabajar como todos los días, si, solo la monotonía consumía todo a mi alrededor “de verdad es necesario hacer todo esto para decir que estoy vivo” no sé, solo sé que cuando llegue a casa me quite todo y me acosté, no sé, si otras vez lo mismo, cansancio, soledad así que solo cerré los ojos dejando que la oscuridad tomé todo.

El silencio fue roto por mí respiración entrecortada, estaba encerrado en un lugar estrecho, simplemente no pude moverme con libertad es ahí cuando la desesperación hizo que rompa el vidrio que estaba delante de mí, con violencia y consumido por la adrenalina natural logré romper el lugar donde estaba. Si no sé cómo logré salir de ese estrecho lugar, el olor a mármol me rodeaba, el piso, las paredes con extrañas esculturas eran iluminadas por la luz de la luna, mi cuerpo estaba débil, delgado y pálido pero eso no me importó, solo camine hacia el lugar donde había salido y puede ver mi nombre escrito con una frase “he aquí vivió estando muerto desde el inicio” la verde eso no me importo asi que camine hacia la puerta y salí de ese lugar. 

Empuje con toda la fuerza que me quedan y logré salir de ese lugar, la luz del sol me golpeó con violencia, luego dar dos pasos me caí al césped, el aroma era único así que me levanté y fui a sentarme a unos asientos cercanos, el sonido de los árboles creado por el viento era único, era como un tipo de sinfónica con todas sus bases, mire un camino y empecé a seguirlo sin más, mi mente estaba en blanco, yo solo avanzaba y avanzaba hasta que a la distancia pude ver a una puerta.

Antes de llegar a la puerta escuché a la distancia “alguien está escapando” no miré hacia atrás, solo avance hasta la puerta y antes de llegar a la puerta sentí un fuerte golpe en la cabeza, antes de perder el conocimiento escuché “tenemos que regresarlo”

En ese momento volví abrir los ojos y estaba otra vez en mi habitación, lugar donde esperaba un nuevo amanecer, un nuevo día consumido por la misma monotonía a la que llamamos vida.