ELLA

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Primeramente tengo que aclarar que no soy un acosador, bueno si, pero, para que me entiendas mejor te diré cómo empezó todo hace algunos meses cuando la vi por primera vez. Admito que me perdí me en su fragancia a pesar de estar a la distancia, los ojos oscuros y la piel pálida le daban un aire envolvente, algo así como si me llamara, como si esperara por mí aunque ella parecía ignorarlo a veces…

La primera vez que la seguí pude llegue hasta la puerta de su casa, aunque no me pudo ver, yo si la vi cuando se fue con un chico no la seguí, simplemente la espere hasta la hora que llegara. Cuando la luna ya pasó la medianoche ella regresó sola y tapada con un tipo de chamarra o casaca la verdad no sé cómo llamara esa cosa que tenía puesto, pero después de ese día no volví a ver a ese muchacho, tal vez habrían terminado la relación que llevaba con él o que se yo.

Luego de unos días llegó otro muchacho, así estuvieron saliendo una par de semanas hasta que ocurrió lo mismo que con el anterior, pero aquella noche la luna llena iluminaba resplandeciente y a la distancia pude verla mucho más bella que antes, sus ojos negros brillaban como estrella en el firmamento y su pálida piel sobre saltaba sobre cualquier cosa, realmente estaba más bella desde que la conocí.

Hay momento en los que pienso que ser daltónico es un problema, ya que de otra manera podría verla en todo su esplendor en toda su belleza, y hoy ella empieza a salir con una nueva pareja, últimamente he estado pensado en ser su amante silencioso ya que su popularidad debe ser muy alta y la espera sería larga para que por lo menos ella me preste atención. Por lo menos a partir de ahora la seguiría para cuidarla para evitar que le ocurra algo malo, para impedir que alguien se propase con ella  o evitar que le obligue a hacer cosas que no desea, si, esa sería mi nueva función.

Fui y soy testigo de cada abrazo que le ella recibió así como cada beso, cada caricia y cómo cambia su aspecto mientras pasaba el tiempo, aunque ella recupera su esplendor una vez que terminaba con su acompañante de turno. La rutina se repetía una y otra vez  hasta que cierto día, mientras esperaba a las afueras del hotel, siempre era lo mismo, entraban dos y salía solo ella resplandeciente radiante, aunque los hoteles siempre eran diferentes, alejados, muy alejados de su casa el motivo exacto aun no lo sabía. Esta noche la luna llena resplandecía en el firmamento, no sé porque siempre me he perdido en su brillo, aunque esos dos disparos y los gritos desgarradores me sacaron de mi trance llenándome en un solo instante a conocer el miedo, el pánico, la incertidumbre; esto me obligó a correr hacia donde estaba ella, ignorando ese olor putrefacto a azufre que rodeaba el lugar corrí lo más rápido que pude, corrí desesperadamente a pesar que ese espantoso y asqueroso olor, me quemaba mi interior haciéndome gritar de dolor aunque esto no impedía mi avance.

Bajo la luz de la luna, un aullido penetrante invadió un las cercanías de un motel alejado de la ciudad, estruendoso sonido proveniente de una gran criatura que corría violentamente a enfrentarse a un tipo de bestia alada que salía por una ventana  con el cuerpo inerte de una mujer en la boca.

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