II. LA ROJAVA

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El Kurdistán es una región proclamada por la nación kurda. La misma abarca una respectiva parte de cuatro países: Turquía, Siria, Irak e Irán. Pese al insistente reclamo de los kurdos a lo largo de la historia por lograr el reconocimiento del Kurdistán como Estado Nación, las cosas nunca cambiaron, o cambiaron pero solo muy poco. El Kurdistán, sigue sin existir como país. Hasta hoy día, se trata solo de un territorio habitado por kurdos en su mayoría que luchan por la declaración oficial de su patria. Quizás, no luchan en vano. Tal vez, algún día no muy lejano, obtengan ese reconocimiento que tanto buscan. Pero ese día no es hoy. 

Sin embargo, hay que decir que los kurdos se caracterizan por su fanática obstinación y constituyen un pueblo entrañable que, en ningún momento de la historia, se quedó de brazos cruzados. Jamás. Aunque la comunidad internacional no les diera el reconocimiento como Estado que ellos reclamaban, se las arreglaron para obtener ciertos beneficios negociando directamente con los países que los incluían. Por ejemplo, en Irak, lograron retener una buena porción del territorio bajo la figura de un autogobierno, sin incidencia de la política nacional, y así instaurar la región del "Kurdistán iraquí", con capital en Erbil. Por su parte, en el país vecino, en Siria, ocurrió algo no tan similar pero que obtuvo los mismos resultados. Lograron hacerse con la zona del noreste sirio y generar un autogobierno con capital en Qamishli, dejando a Kobane como segunda ciudad importante. Aquella zona en Siria la llamaron Kurdistán sirio, o simplemente: La Rojava. En Turquía quisieron hacer lo mismo, pero las condiciones políticas turcas no se lo permitieron. Y en Irán, tampoco corrieron mucha suerte. 

Cuando en 2011 la Guerra Civil en Siria estalló por los aires, el país se vio envuelto en un caos del que nunca pudo salir. En solo cuestión de meses, salieron facciones tan diferentes entre sí que comenzaron a pelear por su trozo de la torta. Tropas gubernamentales y leales al presidente Al-Assad, rebeldes moderados que se autoproclamaron Ejército Libre de Siria, organización terrorista conocida como Frente Al-Nusra —la cual no es más que una franquicia de Al-Qaeda—, Frente Islámico que aglutinó islamistas moderados, y por último la estrella de la obra: el Estado Islámico, o ISIS por sus siglas en inglés. Todos ellos, quedaron dentro de una misma olla a presión que reventaría por los aires. Y, cuando la olla reventó por los aires, los kurdos reaparecieron en la Rojava —noreste de Siria—, para reclamar lo que les pertenecía. Para logar ello, formaron una milicia conocida por sus siglas como YPG —Unidades de Protección Popular—, quienes en pocos días lograron retener su porción de territorio y tomar varias ciudades para ejercer su autogobierno. Una de ellas: Kobane. Sin embargo, su nuevo territorio, otra vez se vería amenazado...



5 de septiembre de 2014; Ain Issa, Kurdistán sirio.

— ¡Coronel! —Saludó uno de los peshmergas en dirección a Abu Nasih, luego de cuadrar.
—Hable, soldado.
—Llegaron los refuerzos del Regimiento de Infantería Peshmerga VI. En estos mom...
— ¿Cuántos? —Intervino el Coronel con una seriedad implacable.
—46 hombres, señor.
— ¡¿Tan solo 46 hombres?! ¡¿Acaso esto es una especie de broma, muchacho?!
—No, señor... Es solo un...
El soldado se vio interrumpido por la funesta actitud del viejo Coronel de revolear un mapa por el aire.
— ¡Con 46 hombres no se puede defender ni una cancha de tenis! ¿¡Qué diablos esperan que haga con una decena de soldados ante una división completa de Daesh viniendo hacia acá!?

Su subalterno guardó silencio y bajó la mirada. El Coronel Abu, se paseaba por la sala pateando los objetos que se le cruzaban por el camino. Se agarró especial furia con una pequeña banqueta que la destrozó en pedazos con la punta de su bota. Su rostro irritado realmente atemorizaba. El hombre gritaba e insultaba a los cuatro vientos, con gotas de saliva que salían esparcidas de su boca como una lluvia de bacterias. La situación lo había superado. No era para menos.
— ¿Qué noticias hay del Regimiento IV? —Preguntó en un tono más sereno tratando de calmarse. Aún estaba rojo y tembloroso de la irritación.
El soldado negó con la cabeza esbozando cierto pésame en sus ojos.
—Hemos perdido comunicación, señor. Lo último que sabemos es que estaban a sesenta kilómetros de Raqqa. Eso fue hace tres días.

OPERACIÓN TEMPESTAD  #Wattys2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora