XIII. LLUVIA DE FUEGO

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"Miércoles 8 de octubre de 2014, La Rojava, Qamishli: 

La Coalición Internacional Aérea liderada por los Estados Unidos, ha decidido tomar parte en el conflicto sirio, iniciando así sus bombardeos del tipo quirúrgicos hacia los enemigos de Estado Islámico de Irak y El Levante. En el día de la fecha, ciudadanos de nuestra capital en La Rojava ya han avistado sobrevuelos de aeronaves norteamericanas. Se esperan reportes ampliados para coordinar las acciones de tierra y aire."

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—77 peshmergas de nuestro cuerpo especializado, 96 milicianos del YPG y 28 guerrilleras del YPJ. 6 morteros simples con 130 proyectiles, 7 ametralladoras medianas PKM y 2 M240. 89 granadas de fragmentación y 10 de humo. 12 RPG7 y un M3MAAWS de sus hombres —repasaba Nicholai el inventario siguiéndole el paso a Kahler.
— ¿Y esto? ¿De dónde salió? —Preguntó Jo acercándose a una especie de chatarra polvorienta.
Repentinamente, la voz de Alex Ramírez tomó por sorpresa a Kahler y Nicholai que miraban con curiosidad aquel vestigio de la Guerra Fría.
—Esto, señores, lo mandaron desde Kobane —decía el colombiano acariciando el metal oxidado de lo que parecía ser una ametralladora de la Segunda Guerra. Kahler y Nicholai lo escuchaban atentamente—. Esta belleza es la predecesora de la famosa ametralladora DHsK que utilizaba el Ejército Rojo en la década del 40. Les presento a la NSV soviética: munición calibre 12,7, rondas de hasta cincuenta disparos, accionada por gas y con un alcance efectivo de casi tres kilómetros; esta muchachita baja cualquier cosa que sobrevuele en altura.
— ¿Es una ametralladora antiaérea? —Preguntó Nicholai hacia Alex Ramírez, quien sonriente no dejaba de acariciar aquella cosa.
—Así es, Teniente.
—No he oído a nadie decir que el Estado Islámico tiene aviones —expresó con inconformidad el kurdo.
— ¿Se puede adaptar para usar en tierra? —Rompió el silencio Kahler.
—Ehmm... Habría que quitar la montura y modificar el... Sí, creo que sí, Capitán.
—Pues ya tienes trabajo, Ramírez. Avísame cuando esté terminada.
—A la orden, jefe.

Mientras inspeccionaban una de las casetas donde montarían una ametralladora PKM, Nicholai repasaba nervioso para sí el inventario. Kahler, seguía con la vista a dos milicianos que acomodaban los sacos de arena en el suelo preparando la famosa "casamata". No era más que una estructura protegida con bloques o costales de tierra, que funcionaban de nido para las armas pesadas de repetición. Los improvisados muros servían para que los operarios de dichas ametralladoras pudiesen disparar sin ser asestados.
— ¿Qué es lo que te preocupa, Nick? —Atisbó a preguntar Jo sin dirigirle la mirada.
—No contamos con piezas de artillería suficientes para hacer frente a blindados...
— ¿Te refieres a los tanques?
—Sí. Tan solo imagina una columna de T55 irrumpiendo por aquella calle. No tendríamos con qué frenarlos.

Kahler caminó unos pasos con sus manos enlazadas tras la cintura, mirando el suelo. A su alrededor, los milicianos descargaban de un camión los sacos de arena, para luego apilarlos a un costado de la improvisada caseta. De un momento a otro, el mercenario levantó el rostro en dirección a Nicholai.
—Hay una vieja frase de sabiduría militar que reza: "haz lo que puedas, con lo que tengas, en donde estés". Tal vez no tengamos lo necesario, sí, es cierto. Pero haremos lo posible dentro de nuestras capacidades; pues es la única forma posible de terminar el día y decirnos a nosotros mismos: "hemos hecho lo que pudimos".
—Suena inspirador, Jo. Pero no creo que alcancen esas palabras en el fragor de la batalla.
— ¿Alguna vez oíste hablar de la batalla de Kursk en la Segunda Guerra Mundial?
—No que recuerde, pero no sé qué tie...
—En Kursk, los alemanes se enfrentaron a un Ejército Rojo que los duplicaba en número, en tanques y en artillería...
—Realmente no entiendo qué tiene que ver con esto, Jo.
—Durante el "fragor de la batalla", los ingenieros alemanes se dieron cuenta que los tanques T55 soviéticos, tenían una debilidad. Un punto frágil de su carrocería. Un defecto que alcanzaría para convertir aquella derrota inminente en una victoria técnica.
— ¿Y cuál era ese defecto?
—Aparentemente, los T55 soviéticos mantienen un defecto original de fábrica que luego fue corregido en sus posteriores realizaciones. Pero por aquel entonces, los alemanes descubrieron que disparando con un arma de grueso calibre sobre el carrusel de "cesta" del T55, alcanzaba para traspasar el precario blindaje y hacer explotar los proyectiles almacenados en su interior. Resultado: la tripulación del tanque moría instantáneamente luego de una implosión.
—Por lo que sugieres dispararles a los carruseles de cesta...
—Así es, Nick.
—Entonces, ahora mismo pasaré ese dato a los operarios de lanzacohetes —Soltó Nicholai alejándose de espaldas.
—Diles que apunten sus RPG7 a los laterales traseros.
— ¡Oye, me olvidaba! —Inquirió el Teniente kurdo, frenándose en seco—. ¿Y cuál fue el resultado de la batalla de Kursk?
—85% de los tanques soviéticos quedaron humeando sobre el paisaje.
— ¿Pero los alemanes? ¿Qué hay con ellos? ¿Ganaron la batalla?
—Eso te lo contaré en otra oportunidad —Sentenció Kahler guiñándole un ojo y siguiendo su camino. Warlock se le sumó al paso. Luego de atisbar sobre su hombro y comprobar que Nicholai ya se había ido, habló hacia su Capitán por lo bajo.
— ¿Otra vez contando mitos de la Segunda Guerra para motivar a la tropa?
—No son mitos, Warlock —Aseveró Kahler mostrando media sonrisa—. Mi abuelo luchó en Kursk. Aunque claro, del lado perdedor... ¿Qué noticias traes?
—Munición repartida en los cinco frentes. Las vías de acceso están cercadas por alambre, lo que dificultará el avance de la infantería, y hemos reubicado los montículos de escombros para que cualquier clase carro no pueda ingresar al pueblo.
—Excepto tanques.
—Excepto tanques, claro...
— ¿Qué hay de los pozos de zorro que te pedí?
—También. Ya están cavados, aunque se rompieron un par de palas en la tarea... No te imaginas lo dura que es esta tierra.
—Bien. Bien... ¿Y el puesto de observación?
—El ruso ya está trabajando en eso... Por cierto, ¿cuándo estimas que lanzarán el ataque?
—Teniendo en cuenta lo desesperados que están por tomar la ciudad... calculo que muy pronto.
—Pues espero que no sea esta noche... Me preocupa el hecho de no contar con visores nocturnos para nuestra tropa.
—Definitivamente no será esta noche.
— ¿Por qué estás tan seguro? —Cuestionó Warlock con curiosidad.
—Porque en el caso que ataquen de noche significa que estarán provistos de visores nocturnos o térmicos, pero de nada les serviría si hay luna llena —expresó Kahler señalando el horizonte, allí por donde la luna del atardecer asomaba sin ostentación alguna. Warlock asintió dándole la razón.
—Siempre en los detalles, mi querido Jo.
—Con pequeños detalles se ganan grandes batallas...

OPERACIÓN TEMPESTAD  #Wattys2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora