"...Escondiéndose en su camuflas
Entre arbustos y sombras le daban lugar,
Él esperando sigiloso a su fugaz presa
Espera que ella en su anzuelo vuelva a caer
Como telón de fondo se escucha una fría explosión
La presa excava la fosa de la razón y escapa
Y el lobo cae herido al suelo sin noción.
Ahora, se cambian los roles
ahora, el cazador vuelve a ser la presa..."Arrojó su fusil carente de munición al suelo. Se puso de pie en completo silencio. Ante miradas que parecían perseguirlo, las eludió meneando la cabeza. Introdujo la última ronda de munición en su pistola y accionó la corredera.
—Corran. Abandonen el hospital y sálvense —sentenció fríamente el mercenario. Y sin mediar contestación alguna, lo último que se vio de él, fue su espalda perdiéndose entre las tinieblas. A pasos tan rápidos como decididos, desapareció de la sala emprendiendo una búsqueda que su resultado saciaría sus propósitos vengativos.Un checheno no caviló, abrió fuego en cuanto vio la sombra de un fantasmagórico sujeto desplazándose con destreza hacia él. Se escondía entre columnas y por momentos parecía multiplicarse por diez. Su velocidad era fugaz, casi como si la de un guepardo corriendo por las sabanas del África se tratara. Quizás un guepardo oscuro, tal vez una pantera. Furiosa por saltar sobre su presa. Cautelosa de no ser vista con facilidad. Ingeniosa por confundir al enemigo. Por aquí, por allá. Ahora o nunca. Precisa como la aguja de un reloj. Letal como el veneno de cien mambas negras. Un solo disparo, un solo fogueo, una sola dirección. El proyectil le perforó el ojo hasta alojarse en su cráneo. El checheno cayó de rodillas, inconsciente, y terminó boca abajo, muerto.
El rebaño es cazado por el lobo hasta que provoca la furia de su pastor. Y en ese momento, cuando el pastor decide salir en su búsqueda, el cazador natural de los fríos bosques se convierte en presa. Se refugia en su cueva luego de haber saboreado una exquisita cena. Se echa a descansar, sin saber que la siesta se convertirá en su eterno letargo.
Mientras ataba el explosivo a lo ancho de la columna, sintió un ruido por detrás. El musulmán del Cáucaso se dio vuelta. Nada, solo oscuridad a su espalda. Siguió en lo suyo. Activó el dispositivo y la luz de led comenzó a emitir intermitencias rojas. Volvió a escuchar ese mismo ruido, tal como si pasos detrás de su nuca se trataran.
— ¿Metzger? ¿Eres tú? —Llamó el checheno tratando de ver entre la oscuridad.El silencio no tardó en contestarle. Los segundos lo pusieron nervioso. Blandió su arma rusa de un lado a otro, como si del bastón de un ciego se tratara. Un extraño sonido metálico por detrás de su nuca, le hizo cerrar los ojos. Lentamente, levantó sus manos en el aire dejando caer su fusil. Se dio vuelta en pequeños y torpes pasos. Y allí estaba. El frío caño de una pistola alemana, ahora rozaba su frente. Su portador era un hombre de casi cuarenta años, de pelo oscuro y barba rasurada. Sus ojos verdosos parecían estar idos, tal como si estuviera en alguna especie trance. El checheno tragó profundo. Era uno de los contratistas con quien había entablado combate minutos atrás. Pensó que cuando abatieron a uno de ellos, el resto se había retirado. Pero no. Estaban allí, pues su líder posaba ante él. El hombre torció el rostro mirándolo fijo a los ojos, como si estuviera endemoniado, y el checheno no tuvo más remedio que cerrar sus ojos para encontrarse con la muerte. El disparo entró por su frente y salió por su nuca... ¿Dónde quedan los lobos cuando el pastor asecha?
Una figura avanzó hacia ellos abriendo fuego sobre el final de la sala de máquinas. Metzger y sus dos hombres se guarecieron rápidamente tras las columnas. Por sus movimientos, no tardó en reconocerlo. Era el contratista sudamericano, a quien había combatido bajo el subsuelo del centro comercial. La guerra por Kobane los volvía a enfrentar. No necesitó buscarlo, pues él vino hacia sus fauces. Y si él estaba allí, el botín prometido por Husaam estaba detrás.
ESTÁS LEYENDO
OPERACIÓN TEMPESTAD #Wattys2016
Action"El hombre jamás podrá saltar fuera de su sombra". Proverbio árabe. Joachim Kahler es un contratista militar privado que alguna vez supo pertenecer a un ejército profesional. Sin embargo, su tormentosa vida lo fue llevando por caminos oscuros hasta...