3.

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Sept.

—Las paredes hablan, Luke Hemmings. —Me revolví en mi cama. No podrían ser más tarde que las nueve pero por supuesto no podrían ser más temprano que las siete de la tarde. El viento que azotaba en el cristal me hizo pensar que al final no fue realmente una buena idea escoger la cama junto a la ventana.

Froté mis ojos para poder enfocar bien la situación; acababa de despertar de una larga siesta, May estaba sentada en la cama de junto mirándome expectante mientras Flynn estaba detrás recargado en la mesa de noche decepcionado de su amiga; acomodó su cabello y negó con la cabeza listo para regañarla.

—May...dijiste que no lo harías. ¡No puedes incomodar a Luke Hemmings cuando a penas lo estamos conociendo! —Exclamó Flynn volviendo a dedicarme una mirada de disculpa.

—Oh, no lo estoy incomodando, ¿cierto? —Fruncí el ceño, no tenía idea de lo que estaba sucediendo. Flynn se dio la vuelta algo molesto y comenzó a tomar de una taza lo que parecía ser café negro.

Me concentré en la camisa de May, parecía una de las que te daban en los campamentos de verano a los que tus padres te obligaban a ir. Era azul eléctrico y decía "¡vamos lobos!" en grande con la figura despintada de un lobo mal dibujado. La miré por unos minutos pensando si sus padres se habrían olvidado de ella mientras estaba en el campamento, y si tal vez ahí ella conoció a un chico guapo en la piscina, o si se enamoró del consejero recién graduado de la preparatoria. ¿Cuál era su historia? ¿Con qué se torturaba?

—¿Luke Hemmings? —Escuché su aguda voz y volví a sus ojos marrones y su cabellera rosada, no podía ver su raíz, como si fuera un ser mágico y hubiera nacido con el cabello rosa.

—¿Qué?—Musité somnoliento. No tenía la energía para pensar en sus claves.

—¡N-n-no es importante! —Se apuró a aclarar Flynn disculpándose por su amiga. —¡Puedes volver a dormir!

—¡No! Luke Hemmings, no puedes volver a dormir, porque las paredes hablan.

Volví a fruncir el ceño. Hasta donde yo me quedé las paredes no hablaban, sólo estaban ahí sin hacer algo en especial. Lo que podría ser una buena metáfora, siendo yo una pared; sólo me faltaría el concreto y los ladrillos para finalizar la comparación; porque mis manos ya habían quedado frías desde hace bastante.

—¿Qué? —Repetí. May rodó los ojos. Flynn suspiró y volvió a esconderse en su taza color verdoso con una cara sonriente en ella. Yo seguía sin comprender.

—¿Nos dirás qué hay realmente con Michael Clifford?

No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No.

No podía torturarme a mí mismo de esa forma.

—¿Q-

—Si vuelves a repetir qué, juro que desfiguro tu rostro. —Amenazó May levantándose de su cama para acomodarse en el pie de la mía. Flynn también se acercó pero siguió manteniendo una distancia considerable.

—Desgraciadamente, no está mintiendo. —Tragué saliva nervioso; en el fondo, sabía que sería capaz.

—Él era un amigo. —Me limité a decir. —Un...buen amigo.

—Tu buen amigo gay.

—Y guay. —Repetí justo como May lo había hecho. La chica puso los ojos en blanco de nuevo y se acercó más a mi rostro como para querer ganar confianza y así me abriera más sobre el tema de Michael.

Metía sus narices donde no la llamaban.

—La gente habla de ti y Michael. —Comentó. —Una chica, que parece que arde de rabia por ustedes. Y otra que te extraña.

¿Qué?, no me atreví a decirlo en voz alta, pero sabía de quienes hablaba: de las únicas chicas que conozco. Amy y Ally, respetando el orden.

—Al parecer, —Continuó la pelirosa. —no soporta que por su culpa su novio le haya pedido un tiempo. Y la otra chica, es dulce y extraña a sus viejos amigos.

—Las paredes hablan. —Repetí porque no sabía qué decir; no quería hablar de Michael. Quería volver a dormir por unas veintinueve horas y despertar cuando nadie estuviera en la habitación.

—Entonces, ¿hablaras de un buen amigo?

—¡May basta! —Casi gritó Flynn. El resonar de la taza se propagó por la habitación, la había prácticamente lanzado a la mesa de noche. Se miraba molesto, parecía que siempre lo estaba con May. —¡Te gusta demasiado el cotilleo!

—¡No puedo evitarlo! —Replicó ella. —Además, estoy entablando relaciones con Luke Hemmings, ¿qué hay de malo en eso?

Todo, quise contestarle. Michael había dejado todo mal y no quería que se mencionara el tema. ¿Por qué no podíamos hablar de la escuela o el clima como compañeros de habitación normales? Quería que May se pareciera tanto a Flynn en personalidad como lo hace físicamente. Todo estaría tranquilo y sería razonable.

—Necesito pensar. No los necesito.

Entonces me levanté de la cama, tomé unos zapatos de correr y azoté la puerta al salir.
Estaba en pijamas y ni así me sentía cómodo.

;;

Los quiero, voten y comenten xx

I'm Not Okay::mukeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora