I'm Not Okay::muke

6.

Sept.

—¿D-dijo que te amaba? —Quise reírme al ver la expresión de May. Parecía enfurecida, le temblaba el labio inferior y tenía aquella mueca entre la ceja que hacía que se viera como una pequeña niña haciendo un drama.

En otra ocasión, que Michael dijera que me amaba hubiese sido algo íntimo, algo que probablemente no le diría a nadie. Pero ahora, oh diablos, quería golpearlo y llorarle en la cara. Quería que Michael entendiera la gravedad de la situación y que le entrara de una vez en la cabeza que no er correcto usar a las personas. Quería decirle cuanto daño me había hecho.

Pero, sobre todo, quería que lo repitiera.

—Sí, sí, lo hizo en el pasillo. —Asentí de regreso hacia los ojos brillantes de May.

—¿Y qué has hecho tú? — Preguntó Flynn desde la otra esquina de la cama jugando desinteresadamente un un cubo rubik. Miró la cara roja y la blanca formarse completas y luego me miró esperando la respuesta.

—Me fui. —Recordé el rostro de Michael y todo aquello que me dijo después. —Trató de detenerme pero me fui...

Flynn sonrió divertido hacia su cubo, se estiró unos centímetros y toco mi hombro con un solo dedo.

oh. oH. oh...

Su toque era suave, y extraño. Era divertido y tenía los dedos huesudos. Quería que tocara mi hombro todo el día sólo para sentir lo delgada que era su mano.

—¿Qué...qué fue eso? —Pregunté con una media sonrisa. —No-no es que me moleste ni-ni-ni nada, quiero decir está bien. No me molesta en absoluto, s-sólo quiero saber de qué va esto.

Demonios, Luke.

—Oh, eso. —Se burló May mientras Flynn volvía a su juego. Hizo un ademán con la mano restándole importancia. —Es el toque de Flynn.

—¿E-el toque?—Dudé, no lo comprendía del todo.

—Es-estoy felicitándote por tus acciones. —Me dijo Flynn con las mejillas encendidas. —Me gustó lo que hiciste.

—Oh. —Exclamé. —Oh, gracias, supongo.

El castaño me regaló una media sonrisa y May se burló rodando los ojos.
Segundos después ambos saltamos ante los pequeños golpes que sonaban en la ventana principal.

Nos miramos extrañados y, como yo era el más cerca comencé a acercarme para ver qué sucedía.

Permanecimos callados, como si alguien peligroso estuviese afuera esperando para atacar. Era divertido ver como algo dentro de ti podía cambiar en cuestión de segundos y unos pequeños golpes en la ventana.

Adentro (muy al fondo) (muy profundo) de mi mente, tenía la esperanza de que fuera él.

Pero no lo era.

Corrí la cortina y observé a tres o cuatro muchachos brincar en la oscuridad con una o dos botellas en mano cada quien.
Me encogí de hombros y llamé a May y a Flynn para que se asomaran a ver qué sucedía.

Los cuerpos de los muchachos se movían al compás de los fuegos artificiales que se observaban a lo lejos.

Al parecer, cualquier cosa significaba fiesta para el Astex.

May, algo molesta pero curiosa, se atrevió a correr la ventana y hablar con los muchachos.

—¿Qué está sucediendo? —Gritó para que la escucharan a través de los estruendos. Observe su cara iluminarse de varios colores. Rojo. Azul. Verde. May era una explosión colorida, era interesante mirar su rostro proyectar todo aquello.